Capítulo 3DAVINA contuvo la respiración por la emoción. Jamás pudo imaginar que un escenario pudiera ser tan fantástico y diferente. El enorme salón estaba lleno de gente con toda clase de disfraces muy diferentes. Había temblado de miedo en el carruaje y lo mismo le ocurrió cuando traspasó las puertas más bien austeras de la Casa Marlborough. El servicio lo componía un ejército de criados con pelucas empolvadas, casacas rojas y medias blancas, aparte un escocés con el traje típico. Una enorme cantidad de invitados llegaba al mismo tiempo que ella. Entró confundida con los demás y nadie le prestó mayor atención tras mostrar su invitación. Dejó su estola y penetró en el salón con varias otras damas. Por un momento, pudo ver al Príncipe de Gales, que vestía un traje largo color marrón,