Capítulo 4

2725 Words
—Bien. Recuerden que mañana deben estar en el hotel a las ocho en punto—hablo Tamia—Las quiero al quinientos por ciento mañana —continuó— No tomen alcohol, descansen y nos vemos mañana —finalizo. Mire mi reloj para darme cuenta que eran las nueve de la noche y estaba muerta —Estoy muerta, solo quiero caer en mi cama y no abrir mis ojos en una semana —dijo Amatista para luego dar un bostezo —Yo estoy igual— estire mi cuerpo y algunos de mis huesos protestaron —¿Quieres que te lleve? —pregunta mientras entramos en los vestidores por nuestras cosas —No —dije rápidamente —No quiero desviarte de tu camino —dije— Ya llamé un taxi y me debe estar esperando abajo —guardé todo en mi bolso y me puse el abrigo. Tomé mi móvil y escribí Ya estoy lista para irme y muero de hambre Instantes después llego la respuesta Te esperare donde acordamos. Así podremos pasar por algo de comer —Nos vemos mañana Amatista —dije tomando mi bolso— mi taxi ya está abajo —Hasta mañana —dijo distraída en su móvil Me metí en el elevador rápidamente y pulsé planta baja. Cuando llegue salí y me despedí del guardia de seguridad. El frío de la noche me envolvió y ajuste más mi abrigo, caminé una calle más abajo y vi su coche estacionado. Llegue hasta el coche y la puerta del copiloto se abrió. Entre y al cerrar mire a mi lado para encontrarme con la mirada de Marcos —Hola— dije dándole una tímida sonrisa. Él no contestó, sino que me atrajo y me beso. Cuando el beso termino repartió besos suaves en mis labios —Supongo que es tu manera de decirme hola ¿no? —me reí bajo y el hizo lo mismo —Eh estado todo el día por bajar al atelier, darte un beso y sacarte de ahí —No creo qué George o Tamia lo verían con buenos ojos. Digo. Atrasarías el trabajo —Creo lo mismo— dijo incorporándose y encendiendo el auto —¿Qué tal tu día? —me pregunto mientras se incorporaba al tráfico que aún a esta hora había —Intenso —respondí —Mañana tengo que estar en el hotel que no recuerdo su nombre —reprimí un bostezo —El imperial—se rio—Es el hotel de mi Padrino, pero en realidad es más un tío —Bueno. El caso es que debo estar a las ocho—dije—Y tu día ¿Qué tal? —Fue bueno —respondió haciendo un desvío donde se observaban algunas casas y edificios hermosos —Trabaje hasta que me enviaste el mensaje. Es más, mi padre pareció sorprendido, ya que antes de irse fue a ver si ya me había ido como hago normalmente — ¿De verdad? —pregunte curiosa —Vamos nena. Que hago lo que quiero —dijo mirándome un momento para después poner su mirada al frente— Llego a la hora que me da la gana y me voy de igual forma. Siempre he pensado que al final todo quedara a mi cargo — ¿No es mejor esforzarse? ¿sentirte que estas a cargo porque te lo ganaste y te esforzaste? A tenerlo porque eras el hijo de —concluí. Hubo un silencio entre los dos y me arrepentí de haber abierto mi bocota. Marcos siguió conduciendo sin más y yo le solo me dedique a mirar el trágico y luces de la ciudad. —Muchas veces Maddi me ha dicho lo mismo— dijo de repente Marcos mientras estábamos detenidos en un semáforo. Me voltee y lo mire —Me gusta lo que hago, pero quizás siempre he pensado que me merezco todo sin luchar y últimamente me siento con ganas de luchar por lo que quiero y merezco— dijo dándome una mirada intensa. Tomé su mano y la apreté —Me gusta escuchar eso—me incline y bese sus labios—Creo que tus padres estarían más orgullosos de ti si haces eso—el me regalo una gran sonrisa y me dio un beso duro en los labios. El semáforo cambio de color y avanzamos en el tráfico. Marcos entro al estacionamiento subterráneo de un edificio y estaciono, bajo del auto y dio la vuelta para abrirme la puerta —Subamos— me tendió su mano y sin dudarlo la tome. No sabía que pasaría más adelante pero ahora no tenía miedo a nada Entramos al elevador y cuando llegamos al piso puede ver que a pesar de ser un edificio un poco antiguo estaba remodelado. Por lo que observe, solo había un departamento por piso. Llegamos a la única puerta del piso, abrió la puerta y me miro un momento — Bienvenida— entramos. Marcos encendió la luz y toda la estancia se ilumino. Me sorprendió lo básico y estéril del lugar. Todo blanco y n***o sin más. No había fotos, ni nada que hiciera este espacio personal en un sitio acogedor. Solo era un lugar frío y que muy bien cubría todas las necesidades, pero no se sentía como un hogar  —Ponte cómoda —dijo sobresaltándome —voy a la cocina por Algunos menús del restaurant que normalmente pido comida —desapareció en dirección a la cocina. Deje mi bolso y el abrigo en uno de los sofás y me deje caer en el más grande frente a un enorme televisor. Segundos después apareció de nuevo Marcos con unos menús en sus manos — ¿Sabes? me supuse que no cocinabas o que tenías a alguien trabajando para ti, pero Jamás pensé que vivías a base de comida a domicilio —dije riendo —Para tu información —dijo tomando el teléfono del salón y dejándose caer a mi lado —Se cocinar un poco— Arqué mi ceja con incredulidad —No me mires —así se río— Mi madre nos enseñó a defendernos solos a mis hermanos y a mí, con respectó al aseo si tengo ayuda de una agradable señora que viene dos veces por semana. Me hace la limpieza y se encarga de mi ropa —Así que tengo ante mí a un mimado no tan mimado ¿eh? —me burle y el hizo una mueca linda —Oye. No soy mimado —se defendió —Esa siempre ha sido Maddi. Pero no le digas que dije eso. Toma— me tendió los menús —pidamos algo de comer que me muero de hambre—las tome y revisamos cada uno  —Voy a pedir camarones empanizados con aderezo de alcaparras y aceitunas, papas fritas, ensalada mediterránea y ¿tu? —tenía la boca hecha agua, pero debía comer ligero para mañana —Sabes. Te odio por poder comer todo lo que deseas— dije arrugando el entrecejo —Tu comes lo que se te antoja— ironizó —Pero hoy no. Siempre la semana previa a algún desfile como lo más saludable posible y créeme, este no será la excepción —suspire resignada —Así que yo pediré la ensalada de pollo con elote y lechuga acompañado de arroz integral con verduras —me reí ante la mueca— De postre... — ¡Ah! ¿¡puedes comer postre!? —fue su turno de reír— esa no me la esperaba. Si ese es el caso yo pediré un cupcakes de chocolate sundae —¡Bastardo! — le di un golpe en el hombro di un grito ahogado cuando se lanzó encima de mí y me dejo bajo su cuerpo —Bueno. ¿Qué vas a pedir tú? —susurro cerca de mis labios. Tenía las palabras atascadas en mi garganta e hice lo que en realidad quería. Lo atraje y lo bese inmediato el profundizo el beso y me deje llevar. Sus manos recorrían mi cuerpo un escalofrío me recorrió cuando metió sus manos por debajo de mi blusa suelta y no puse resistencia, rodeé mis piernas en su cintura para no dejarlo ir y eso pareció gustarle ya que abrió mi blusa dejando al descubierto mi brasier rosa de encaje. De repente su estómago protesto haciendo eco del mío que hizo que nos separáramos —Al parecer tu estómago y el mío son prioridad —me dio una sonrisa ladeada. Nos enderezamos en el sofá y comencé a abotonar mi blusa —¿Qué quieres de postre? —Yogurt de piña y fresa— dije —Que sean dos —dijo poniéndose de pie— seré solidario contigo esta noche —¿Por esta noche? —pregunte divertida —Tan seguro de ti estas que piensas que habrán más noches— Marcos me sorprendió acercándose hasta estar a centímetros de mis labios —Eso ni lo dudes —susurro en voz baja y ronca —Hace unos segundos mientras te retorcías y gemías debajo de mí, me lo confirmaste y créeme aún no hemos terminado. Esto solo empieza— finalizo barriendo mis labios suavemente dejándome necesitada y dolorida ¡Mierda! No lo niegues más Victoria. Te mueres por comértelo y él también se muere por probarnos Vicki. Susurro una voz en mi cabeza. Me retorcí en el sofá mientras el muy cabrón se enderezaba y marcaba al restaurant ★★★★★★★★★★ —¿Qué haces? — dije despertándome mientras era levantada en brazos —Te quedaste dormida encima de mi nena— dijo Marcos mientras caminaba conmigo en brazos. Recordé que habíamos devorado todo lo que pedimos y nos acostamos en el gran sofá del salo a hablar y hablar por un rato. Pero el cansancio del día me dejo KO. —Déjame en el piso— dije mientras me removí. Miré mi reloj y vi que marcaba las once y media de la noche— ¡Mierda Marcos! debo irme. Es muy tarde. Me pides un taxi por favor —Quédate esta noche— me pidió mientras me dejaba en el piso, pero me tomo de la cintura por muy apetecible que la propuesta resultara no podía —Tengo que estar mañana a las ocho en el hotel y no pienso aparecer con la misma ropa del mismo anterior —Está bien— me soltó haciendo una mueca —Yo te llevó, no andarás en un taxi por ahí a esta hora —recogí mi bolso y mi abrigo y seguí a Marcos hasta la puerta donde tomo las llaves para luego envolverme en sus brazos —El sábado eres mía por todo el día ¿me entiendes? — no me resistí y le besé suavemente —Pero podemos quedar mañana —No lo creo —dije con un mohín— Recuerda que mañana estaremos todo el día en el hotel y el viernes debo estar a las ocho de igual forma para el desfile de esa noche. Lo siento —  Marcos resoplo exasperado— Pero el sábado seré tuya ¿te parece? —¿Qué sin me parece? —pregunto acercándose más a mis labios— estoy loco por que llegue sábado —dijo para después atacar mis labios ★★★★★★★★ —Natasha has el andar con energía —dijo en voz alta George —No quiero a una desgarbada desfilando. ¡Pero qué demonios te pasa! —gruño George enojado con la chica pelirroja que estaba en medio de la pasarela que habían colocado en el salón del hotel  —Lo siento —se disculpó —No dormí mucho —Les advertí que descansaran —respondió mirándonos a todas —Me importan tres pitos si el novio, marido, amigo con derecho a roce le quiere a su disposición. Todas ustedes deben venir descansadas y con energía para afrontar el día —continuo mientras nos lanzaba miradas de odio a cada una —Esto señores. No se trata solo de ustedes. Es el trasero de Tamia y el mío en juego, también es lo que los diferentes medios de comunicación verán. Vendrán presentadores, editores de revistas. ¿quieren ser la burla de ellos por unos meses? o hacer su trabajo excelente y ser la sensación por una semana —concluyo el bastardo. Ninguna respondió solo asentimos como niñas regañadas —Bien. Ahora empecemos de nuevo y podrán tomar un receso de una hora para almorzar  Todas tomamos nuestras posiciones mientras George nos evaluaba. Salí cuando fue mi turno y no hubo ningún problema. Una a una dimos lo mejor para que George no gritara. Una vez terminamos eran las dos de la tarde y mi cuerpo estaba agotado. Tamia que hacia media hora atrás se había unido a su compañero se apiado de nosotras y nos dio la hora para almorzar. Cuando salía de la parte de atrás de la pasarela me encontré a Macos conversando muy animado con un hombre. Este era alto ojos cafés y cabello castaño claros, podía ver algunas canas, pero en vez de verse mal se veía un hombre maduro e interesante pero el que me quito el aliento fue Marcos con su traje habitual pero esta vez n***o de tres piezas. Al parecer sintió mi mirada porque volteo su mirada a un lado y me sonrió mientras el otro hombre me miraba curioso. Le sonreí de lado a Marcos y me fui a donde estaba el comedor del hotel. Ahí había un buffet de alimentos. Mi estómago gruño y me fui directamente a servirme algo para saciar mi apetito. Me decidí por una ensalada de brócoli, unas brochetas de pollo con espárragos, para tomar escogí un jugo de naranja con fresa que me venía de maravilla para reponer energía y por último elegí un yogurt de ciruela. Puse todo en una bandeja y me fui en busca de Amatista que estaba junto a Natasha —Pensé que George te mataría —escuche hablar a Amatista mientras yo tomaba asiento. Natasha solo se rio y negó divertida —Mi novio me mantuvo ocupada anoche —me dio una mirada picara— Además George y Tamia siempre están estresados cuando estamos a punto de presentar una colección— dijo antes de darle un sorbo a su bebida —Pero dejemos de hablar de mi —continuó —Ahora quiero saber cómo te sientes para mañana en la noche —Súper nerviosa —confesé —me siento como una novata ¡Dios! y ¿si lo arruinó? —Natasha y Amatista resoplaron —Aquí entre nos— dijo Amatista inclinándose un poco en su silla— nosotras pensamos que te ira bien, solo se tu misma con los invitados. La que debe estar asustada es Ailyn. Ya que podías impulsar tu carrera mañana en la noche —¡Vamos! que la prensa no le tiene mucho cariño a la perra —dijo Natasha como si nada— Ella es la imagen de la compañía hasta esta campaña y no creo que le renueven el contrato. Maddison. La hija de Mark era una de las modelos favoritas de la prensa— continuo— bueno. Aún lo es y ella además de ser imagen de la empresa también fue la encargada de difundir y representar la línea de ropa en Italia y Alemania donde les fue muy bien, el carisma y cara angelical de Maddi repunto las exportaciones de las prendas. En cambio, Ailyn —ella hizo un gesto de provocarse el vómito —Amatista y yo reímos— Era una grosera y déspota o como la prensa alemana la nombro una Frau ohne Manieren —¿Eh? — dije sin entender —Una mujer sin modales— dijo Amatista —Mark estaba enojado, pero Matteo intercedió culpando a los alemanes de ser ellos los groseros y todo se olvido —c*****o de mierda. Eso lo Matteo Ùzcategui es— dijo entre dientes Natasha— El muy idiota no sabe lo que dejó ir —Amatista negó —Eso ya no importa. Estoy segura de que Amatista encontrará a un hombre que se desvivirá por ella— dije haciéndola sonreír, aunque sus ojos mostraban cierta tristeza Terminamos de comer entre risas, bromas y cotilleos. Por supuesto exactamente una hora después una de las asistentes de Tamia nos dijo que hora de regresar a trabajar. Sin duda un día largo. No me quería ni imaginar el día del desfile.  
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