Marina. —¿Cómo estas —nos damos un abrazo con fuerza con Maca. —Bien, gracias por venir. —No digas eso mujer. —atrás mío entra Michel, vinimos solos para poder hablar bien y no ponerla incómoda por eso los nenes los dejamos con Lihue. —Buenas. —entro mirando con vergüenza ya que es la primera vez que venimos a la casa de Silvi, ella esta sentada en el comedor sonriéndonos. —Hola Silvi. —la abrazo con cuidado, fue una operación muy dolorosa que hay que tener mucho cuidado—. ¿Cómo estas?. —Muy bien gracias. —nos sentamos ya que nos convidan mate. —¿Fue buena la atención Sil?. —eso fue lo que a Michel lo tenía preocupado, que no reciba una buena atención—. ¿Alguna queja de algún tipo?. —Noooo Michel, como una diosa me atendieron, la verdad que una maravilla, muchas gracias por todo.