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No Te Soltaré

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Blurb

Marina lucha para poder volver a confiar en Michel, el engaño sufrido la hacen dudar día a día y en si vale la penar perdonarlo, pero Michel esta más que empecinado en ganarse su perdón, haciendo lo que sea necesario para que ella sepa que es un hombre digno de ella, justos pasarán muchas adversidades las cuales los dos deben decidir, si hasta ahí llega la relación, o si No Se Soltaran.

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Capitulo 1
Michel. —¿Tiene arreglo?. —Yyyy, la veo difícil. —el hombre da vueltas por alrededor del auto viendo todo lo que debe hacerse. —No importa lo que valga, si tiene arreglo lo p**o. —¿Es suyo el auto?. —De mi señora. —¡Ah!, estaba en duda. —¿De si soy gay?. —me divierte que piense de esa forma y que no sabia como sacarse la duda. —Bueno, tiene arreglo, va a tardar un poco porque dañó toda la pintura con esta obra de arte. —Hermosa obra de arte hizo la hija de mil. —Vamos a hacer los papeles de ingreso. Hace los papeles del ingreso del auto, es un conocido de la familia, es de confianza por eso no tengo problemas de dejarle el auto, y sé que me lo va a dejar de maravilla, le ofrecí regalarle otro auto a Marina pero no quiso, quiere ese, y quiere este a toda costa, por eso decidí traerlo así lo arregla. De camino a la casa paso por carne así le hago un asadito que le encanta, esta mujer si que es carnívora, creí que yo lo era y demasiado, pero Marina me saca mucho de distancia en el consumo de carne, ella misma dice que no le agrada ser así, y que le gustaría dejar de comer tanta carne pero que no puede. —Llegué. —Miren quien llegó. —esta en el living sentados jugando—. Llegó papi. —Holaaaa. —sacuden los bracitos que se llegan a levanta un poco mientras ríen—. Hola mis amores. —¿Y?. —le doy un beso en la boca y ahí me tiro al lado de mis hijos besándole los pies dándoles risa—. ¿Tiene arreglo?. —Si, pero va a tardar un poco. —Por mientras uso uno de tus autos. —la miro alzando las cejas—. ¿Qué? Esa loca arruinó mi auto, por lógica debo tener en que moverme y quiero el n***o que es igual al mío. —Bueno, después le acomodo los asientos de los nenes. —Bien. —se para estirándose donde se ve que hace rato que están acá sentados—. En unos días comienzo las clases y me estaba preocupando no saber en que ir. —¿Cuándo comienzan? No me dijiste nada. —En la mañana me mandaron un correo avisando que en tres días comienzan las clases. —¿Y los nenes?. —Los voy a llevar conmigo, por eso quiero un auto urgente. —alza a Sefora que le estira los bracitos asi la alza—. ¿Qué pasa amor mío? No dejas a mami sola ni un segundo. —No quiero que los lleves. —Pues los voy a llevar igual porque quiero recibirme. —Podemos buscar otra solución. —¿Cómo llevártelos a un laboratorio o a una excavación?. —me paro con Elias en brazos que al ver a su hermana en brazos él también quiere—. Los dos sabemos que me los debo llevar. —Mi mamá... Le puedo decir a mi mamá. —No quiero molestarla, va a tener que acomodarse en sus cosas por una responsabilidad que no le corresponde. —Pero ella se ofreció hace un tiempo y dijo que... —Vamos Michel, ¿De verdad la vamos a molestar por nuestra irresponsabilidad?. —vamos a la cocina así comemos algo ya que son las siete de la tarde—. Los llevo y ya, no quiero niñera, no quiero molestar a nadie mas, y solo voy a ir dos veces a la semana por tres horas. —¿Solo tres horas?. —Asi es. —los dejamos en sus sillas a los dos y comienzo a sacar la carne así la preparo para llevarla a la parrilla—. Aunque cuando deba ir a las practicas vas a tener que tuuuu, hacerte de un tiempo así los cuidas. —Mientras me avises con tiempo no va a haber problema. —Por ahí me avisan de una semana a otra, ya me pasó que fué así y debo pasar las practicas del año pasado que no las hice, cuando vaya voy a preguntar. —Bien, ¿vamos afuera?. —Ve, ahí voy que les hago una meme y preparo el mate. —Voy haciendo el fuego. Muchas veces siento que no puedo decidir nada con los nenes, como que por lo que hice con Caro debo quedarme callado en todo lo que decida y eso no me esta gustando nada, porque si no quiero que vayan con ella al colegio no tendría que llevarlos, soy el padre y decido también, no es que solo ella manda acá. Tomamos mates mirando como se hace la carne y como los nenes hacen esfuerzo por agarrar las cosas, les pusimos una alfombra y unas almohadas donde aún no se sostienen del todo bien y los juguetes que son de su edad, Fredy esta echado mirándolos y me temo lo peor con el perro, que le queda poco tiempo, eso si que a Marina le va a pegar con fuerza porque es lo único que le queda de su abuelo. —Pero míralo a ese agrandado. —lo acomodo de nuevo en su lugar—. ¿Qué haces hijo? Puedes caerte de cabeza. —Encima se enoja. —se tira hacia atrás en la almohada quedando casi colgando y me aleja las manos haciendo quejidos. —No te pases eh. —me sonríe sacando la lengua—. Mira que cuando crezcas te voy a dar, aprovecha que aún eres pequeño. —Como te mira, noooo si vamos a tener un rebelde acá. —Rebelde le voy a dar. —se sienta con ellos donde se mueven demasiado, doy vuelta la carne sintiendo el olor rico que tiene—. ¿Cuándo podremos darle de comer?. —Cuando el pediatra nos lo permitan, no puedo darle nada mas que leche. —¿Pero a ti no te enseñaron nada?. —Soy enfermera no pediatra, debo seguir ordenes como cualquiera, y aunque considere que ya pueden comer pures y papillas no puedo darle, me da miedo arruinar sus intestinos. —Entonces esperemos porque te iba a decir que le empecemos a dar de comer. —sonrío al ver como se inclina besando la panza de Sefora que se había tirado hacia atrás. —Me como esa pancita gordita. —me siento con ella así jugamos un poco—. Mira quienes vienen. —la pone mirando como viene Bella con sus cachorros que están inmenso. —AAAAAAA. —alza los brazos y los perros ladran saltando y ellos como que no saben que hacer que pestañean con rapidez y alzan las cejas. —Que hermosos perritos. —la hace que los acaricié, le guía la manito pero cierra la mano agarrándolo de los pelos—. No hija, les duele. —¿Vamos acomodando la mesa?. —Dale, y vamos a lavarles las manos. Tenemos una mesa con sillas aunque me gustaría comprar otra mas grande para cuando venga mi familia, como ya es de noche llevo el carro de los nenes porque ellos se saborean cuando ven comida, no es justo hacerles eso de ponerlos en la mesa sin poder comer nada, les llevamos los termos con agua caliente y la leche por si les da mañas que es muy seguro que si, porque son demasiado absorbentes, nos quieren encima en todo momento, y aunque me queje me gusta que me estiren las manitos haciendo puchero y que cuando los alzo me dan besos o sonríen felices, eso si que me gusta mucho. Le sirvo las mejores partes a ella como hago siempre, así como cuando ella cocina me sirve siempre las mejores partes de la comida, o como cuando hace pastel de papa deja una parte con mas queso, con mas carne, con mas huevo, con mas jamón, todo para mi, yo hago lo mismo cuando cocino. —Quiero que vayamos a la ginecóloga así nos empezamos a cuidar. —Si, obvio, avísame cuando tengas turno así me tomo el día. —muevo con el pie el carro donde gorgotean sin parar. —También estaba pensando en otro embarazo. —me atraganto donde no me esperaba eso—. ¿Por qué te pusiste así?. —Es que cuando lo dije dijiste que todavía era muy pronto. —Si, porque recién los nenes tenían unos días, pero ahora si lo pienso un poco debemos hablarlo mejor. —¿Entonces qué hacemos? ¿Vamos al ginecólogo?. —se sirve mas carne y ensalada. —Quiero ir así le decimos que queremos mas hijos y si es conveniente cuidarme o que lo sigas haciendo tu. —Pero para eso ni vamos, me cuido y ya. —Igual debo ir, llevo una vida s****l activa y debo ir a revisiones y me gustaría que me hagan un chequeo para saber si mi útero puede soportar otro embarazo en buenas condiciones. —Bien, hagamos de cuenta que no dije nada porque no lo vi por ese lado. —Si, lo que menos quiero es perder un embarazo porque mi útero este resentido, fueron dos bebés, ósea, fue bastante pesado, pero me gustaría no sé, cuando tengan unos ocho meses ya embarazarnos. —Vamos, hablamos y exponemos nuestras dudas y si nos dicen que si, le mandamos no mas. —se rie asintiendo y si que me pongo eufórico de pensar en hacerle otro bebé. —Pero hijo, no nos dejas ni comer tranquilos. —lo alza en brazos y el chanta se rie—. Pero ya vas a crecer vas a ver, unos chirlos te voy a dar. —Se rie el hijo de mil. —le da la mamadera con agua, con una mano le ayuda y con la otra sigue comiendo, le corto donde mi hijo no le da ni un poco de espacio para poder cortarse la carne sola—. Ya no toma Mari. —Si. Lavo los platos mientras hace dormir a Elias, Sefora se durmió en el carro y ya era su hora de dormir, así que no creo que se despierte hasta las seis de la mañana mas o menos, pero Elias estaba medio quisquilloso donde quería que lo mesan y lo apapachen un poco, le gusta que le demos besos y caricias para dormir, no es que la meme y ya, Sefora es mas calmada con eso, la podemos acostar, con la meme acomodada y ya, se duerme sin mas nada. Cuando termino con la cocina me voy afuera, Marina odia que la cocina quede sucia después de cualquier comida, y como no quiero que baje después de hacer dormir a Elias y se ponga a limpiar lo dejo listo; recorro el galpón de los perros viendo como va quedando, me termino el cigarro y me prendo otro, lleno los tarros de alimento y de agua, veo que vamos a poder tener muchos perros y darles un mejor hogar, en unos días ya tenemos turno para operar a los más grandes y los otros tienen control dónde nos van a decir cuando podemos operarlos. —Me gusta mucho como va quedando. —Si. —me lo fumo rápido dándole la espalda así no me ve haciéndolo, aunque ya lo ha hecho muchas veces solo que cada vez me avergüenza mas—. Me esta gustando como va quedando. —Vamos a poder tener muchos perritos. —acomoda unas mantas sobre los almohadones donde duermen—. Pero rescatados si, nunca me gustó eso de comprar perros. —A mi menos, no tenia animales por vivir en el departamento pero ni se me pasó por la cabeza comprar uno. —Podriamos ir a la perrera y rescatar a varios, a mi no me jode que los maltratan ahí. —Cuando quieras vamos y nos traemos a varios, a los mas viejitos, cosa que le podamos dar unos últimos días de vida dignos. —Me encanta la idea. —me quiere abrazar pero niego alejándome—. Abrázame malo. —Estoy pasado, me voy a dar un baño y ahí hacemos lo que quieras. —Ya sé que fumas Michel, no me va a hacer nada. —No quiero que te envuelvas en esta mierda. ***** Marina. Vamos a la casa en silencio, se pone mal después de que fuma, le he dicho que no debe ponerse así porque es su vicio y entiendo que es difícil, que le va a costar dejarlo y si es que algún día de su vida lo deja, creo que necesitaría rehabilitación para lograrlo, y que no es decir lo dejo y ya, él decía eso antes, que cuando tengamos un hijo lo iba a dejar, pero ahora se esta dando cuenta que no puede, y que entre mas se quiere autoconvencer de que lo va a dejar, mas fuma, mas se aisla y mas pasado a ese olor anda, eso es lo que lo avergüenza, que no puede cumplir su palabra y cree que es débil por no hacerlo. Se saca la ropa quedando en bóxer, rodea la casa entrando por el lavadero, mete la ropa de inmediato a lavar con un montón de jabón donde quiere sacarle el olor. —¿Los nenes duermen?. —Profundamente. —me paro delante de él rozando con los dedos el borde del bóxer—. ¿Vamos al cuarto prohibido?. —Vamos. —lo freno cuando quiere ir—. ¿Qué pasa?. —Yo tengo el mando. —pienso que se va a negar pero termina asintiendo con una sonrisa gigante. —Vamos que esto va a estar bueno. —vamos a la habitación "prohibida" en donde tiene un código de seguridad que solo él y yo lo sabemos, mejor que lo halla hecho así porque si ponía llave, Silvi con su hija podrían abrir llevadas por la curiosidad, dejamos la puerta abierta por si los nenes lloran—. ¿Qué hago?. —Ve a la cama. —el corazón me late como loco al verlo ir a la cama totalmente dócil, queda parado al lado mirándome divertido. —¿Qué hago ahora?. —Emm. —miro hacia todos lados pensando, recuerdo que de un cajón saca los lazos que me pone en las manos—. Sácate el bóxer y acuéstate. —voy al mueble viendo que hay muchas cosas, y solo los lazos a usado conmigo—. Gánate en medio de la cama. —Si señora. —no me quiero reir pero no aguanto la sonrisa. —Voy a atarte las manos, si las dejo muy ajustada me dices. —me mira a los ojos provocándome y si que lo logra porque me pone muy nerviosa—. Listo. —¿Me vas a vendar los ojos?. —No, quiero que veas todo. —Eres sádica. —me saco la ropa con su mirada depredadora puesta en mis manos—. Inclínate un poco. —Yo estoy al mando, y yo decido, sino en vez de taparte los ojos te voy a tapar la boca. —¡Te gusta tener el poder!. —Me encanta, aunque siempre lo tengo, solo que no te das cuenta. —Muy chistosa. —me saco todo quedando desnuda, me subo a la cama mirándolo a los ojos—. No me mires, haz algo mujer. —Estoy pensando por donde empezar. —miro hacia afuera cuando escucho un solo llanterío—. Dios santo. —NO... MARI DESATAMEEEEE. —corro a la habitación viendo que se les salió el chupete. —Listo hija. —la alzo donde esta rabiosa apretando las manitos y roja donde hace fuerza para llorar y gritar—. Shhhh, listo amor, ya pasó. —muevo a Elias con mi mano en su vientre logrando que se vuelva a dormir, pero Sefora gimotea con desespero—. Tranquila princesa, no pasa nada. Le doy un besos calmándola, si que estaba asustada parece, no sé si los bebés tienen sueños, algunos dicen que si, pero a la vez me digo que es lo que sueñan si lo hacen, porque no creo en la reencarnación y ellos no conocen mucho, estamos seis días a la semana en la casa, no he podido ir a la iglesia y algunos sábados vamos donde Lihue o salimos a comer pero después casi nada, la hamaco hasta que se duerme, pero cuando quiero acostarla al lado de Elias donde duermen juntos, llora de nuevo y me da miedo que despierte a su hermano, por eso la alzo enseguida, creo que va a ser una noche larga porque no creo que pueda dejarla dormir, a no ser que sea conmigo en medio de mis brazos, le hago una mamadera moviendo el cuello donde me duele, cuando me acuerdo que dejé a Michel atado en la habitación y en bolas. —Perdóname Michel. —me mira enojado, pero a mi me da risa aunque no me rio—. Es que los nenes lloraban. —Los oí, y debiste desatarme. —Se me pasó. —Te grité que me desates, ¿si había entrado alguien a la casa?. —Bueno ya, que ya pasó, y ya me equivoqué, y ya te pedí disculpas, no va a volver a pasar. —No. —se para moviendo los hombros exagerado, como si lo hubiera dejado dos horas atado—. No va a volver a pasar porque nunca mas me vas a atar de nuevo. —Tu menos. —alza las cejas dejando de moverse—. ¿Piensas que solo tú haces lo que quieres? No mi amigo, estas equivocado, yo acá también decido. —Eso vamos a verlo. —Asi es. —paso por su lado saliendo de la habitación sin dejar de darle la mamadera a Sefora que ya duerme profundo pero con su mano pellizca mi pecho donde no quiere que la suelte—. Eso vamos a verlo. —Si, vamos a verlo, y vas a ver que no te va a gustar nada. —Vamos Michel, fueron cinco minutos nada mas. —Cinco minutos humillantes, porque me podías haber desatado enseguida. —¿Te quejas por cinco minutos?. —como puedo busco ropa interior limpia con mi hija en brazos que no creo que me vaya a soltar—. ¿Y por esos cinco minutos te sientes humillado?. —lo miro riendo—. Lo que fue humillante fue cuando me dejaste afuera del hospital con un montón de personas mirando, y no fueros cinco minutos, fueron meses de humillación. —No hacia falta decir eso. —¿Es que de verdad creías que nunca te lo iba a reclamar? Si que tienes el ego alto Michel. —Ya estas diciendo puras pavadas. —Cuando yo las digo si, son pavadas, que linda democracia que es esta relación. —la dejo en la cama con suavidad poniéndome la bombacha y el camisón. —Crei que eso había quedado saldado, que no ibas a hacer esto. —me rio con ganas de mandarlo donde cagó el conejo—. Tenemos sexo, ósea, creí que ya no habían rencores. —Tenemos sexo porque es una necesidad fisiológica Michel. —estoy parada al lado de la cama mirándonos de frente—. Si, te quiero, no voy a negarlo, pero no voy a actuar como si eso que me hiciste no hubiera pasado porque no es así. —¿Entonces porqué estas conmigo si es un tormento?. —miro a Sefora y creo que ya supo la respuesta—. ¿Solo por eso?. —Creo que no es hora de hablar de nosotros. —Pero me dijiste de mas hijos... No es posible que cambies de ideas así como así, con eso de que querías hijos di por hecho de que me habías perdonado. —Quiero mas hijos y los quiero contigo, pero hay muchas cosas, yo... —me agarro de la cabeza donde no quería llegar a esto, pero me salió a borbotones y ya no pude parar—. Estoy confundida y quiero olvidar el tema pero no puedo, no puedo hacerlo Michel, por mucho tiempo me quise autoconvencer de que podía vivir contigo como si nada hubiera pasado, pero cuando dijiste que te humille por dejarte cinco minutos atado fue la gota que derramó el vaso. —Es mejor que duerma en el sillón. —Si, mejor o vamos a seguir con esto y no vamos a llegar a nada. . . 1° Mi Salvación. 2° Revivir. 3° Libérame. 4° Mi Pequeña Obsesión. 5° Otra Oportunidad. 6° No Me Sueltes. 7° No Te Soltaré. ■ 8° Insegura. "letras rojas". 9° Insegura. "Letras azules". 10° Cuídame. 11° Tocando el Cielo. . . Fb: Carla Alonso Escritora. Ig: Escritora Carla Alonso.

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