CAPITULO 6

628 Words
Capítulo seis —Buenos días, Ana —saluda Andrea con una sonrisa cuando llego a GEH al día siguiente. —Buenos días, Andrea. —Mi estómago da un vuelco y me siento tan nerviosa. —El señor Grey aún no llega, así que me alegra que llegaras antes que él ya que él siempre, siempre es puntual. Tu deber como asistente personal él mismo te los dirá. Abro los ojos como platos, pero me recompongo inmediatamente. Joder, ni siquiera sabía qué puesto era en el que iba a trabajar. Pensé que me tendrían como a la chica de los mandados en cualquiera de los pisos de abajo... pero AP de Christian Grey, eso ni siquiera se me pasó por la mente. —¿No eres su asistente personal? Creí que yo sería tu ayudante, como una becaria o algo así. —Ella niega, riendo. —No soy su AP, soy su secretaria. Somos sus secretarias. —Señala el asiento vacío a su lado—. Olivia aún no llega, pero somos ella y yo. Cada vez la empresa crece más y él como jefe tiene más responsabilidades. Tiene a su segunda al mando, quien lo ayuda lo suficiente, pero aún así al señor Grey le gusta encargarse de todo por su cuenta. —Entiendo... —Las puertas del ascensor de abren y la otra rubia, Olivia, sale rápidamente, tropezando con sus propios pies sin llegar a caerse. —Dios, el señor Grey ya está abajo. Casi me ve. —Se sienta en su silla al lado de Andrea y enciende su equipo. La saludo con una sonrisa y ella me frunce el ceño, antes de voltear la cara a su equipo nuevamente. Sí, es un amor. El ascensor vuelve hacer ese sonido que anuncia su llegada y cuando las puertas se abren de nuevo, Christian Grey camina hacia nosotras con paso seguro, como dueño del universo y como el que se sabe dueño de todo a su alrededor. Andrea y Olivia se incorporan en su asiento con la espalda recta, así que las imito y me sostengo sobre mis pies más derecha de lo que he estado en toda mi vida. —Buenos días, señor Grey —saludan sus secretarias al unísono. Luego me mira con una ceja alzada. Uh... bueno, no me había enterado del coro armónico que tenían aquí. —Buenos días, señor Grey —murmuro, bajando la cabeza avergonzada. Aún recuerdo lo que pasó ayer. Me sigo diciendo que fui muy brusca y aún así él me dio el trabajo, incluso cuando era obvio que habrían personas mejores que yo en cualquier otra parte. Así que debería estar agradecida. Intentaré ser más dócil con él en forma de agradecimiento y porque es claro que debo ser respetuosa con mi jefe. Espero no tener ningún problema. Pero también es mi forma ser, pasa cuando sientes que has vivido demasiado para tu edad. Que hay cosas que jamás debiste ver. Todas las veces que tropiezas o que te hacen caer, vuelves a levantarte y cuando lo haces, lo haces más fuerte, y no te dejas amedrentar por nadie. Y él no será la excepción si me trata mal sin ninguna razón... lo cual espero que no suceda; necesito este trabajo. —Andrea, en media hora en mi oficina. Repaso de agenda. Olivia, café y pastelito en cinco minutos. —Ambas asienten rápidamente—. A mi oficina —me ordena. Suspiro y asiento con una pequeña sonrisa... de disculpa. El frunce el ceño con confusión, sus labios ladeándose brevemente antes de iniciar el camino hacia su oficina—. Ah, Olivia, no vuelvas a llegar tarde. Es la segunda vez. A la tercera estás despedida. Al señor Grey no se le escapa nada... debo tenerlo en cuenta.
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