Juan.
Voy a la dirección que me mandó Flor por mensaje y que nos veíamos ahi, no sé qué pasó proque le pregunté y no me dijo mas nada, pero cuando llego es un tremendo edificio, me bajo de la moto revisando el teléfono asi veo el numero que me dijo que marque.
—¿Hola?.
—Soy yo Flor.
—Aaah si, ahí bajo. —miro a todos lados y la gente que va entrando y saliendo me miran todo mal.
—¿Joven, busca algo?.
—Ah si, ahi viene mi novia.
—¿Y de qué piso es?.
—Del piso nueve, departamento A.
—¿Nombre?.
—Ahi viene.
—Buenas, él es mi novio Juan, lo va a ver muy a menudo por aca.
—Bien, tiene que llenar los papeles señorita.
—Si, los llena ahora, ¿tiene uno a mano?.
—Si, pasen. —la miro sin entender, pero viene saltando, me envuelve por el cuello dándome besitos.
—¿Qué es esto?.
—Julian me dejo mudarme aca, el tiene unos departamentos aca y me prestó uno.
—Wou, que buena noticia.
—No sabes lo feliz que estoy, no te respondía porque fuimos por mis cosas a la casa de mis abuelos, y tengo que comprar muebles, no tengo nada, solo la cama, ven, vamos a llenar la planilla y te da una llave asi llegas y entras, y la moto podemos llevarla al garaje, hay lugar.
—Si, vamos, me traje ropa como dijiste, asi que la dejo guardado no mas. —lleno la planilla donde toman mis datos y que soy de la persona que vive en tal piso, y me dicen que la llave magnética con mi nombre y documento me va a llegar en unos dias.
—Ven. —abre la puerta del departamento con una llave magnética tambien—. Pasa.
—Si, wou. —esta Lihue en la cocina acomodando unas cosas—. Hola.
—Tia, Juan, mi novio.
—¿Cómo está Lihue?.
—Muy bien, alegre de conocerte al fin. —le doy un beso en la mejilla sonriendo—. Bueno corazón, ya me voy, mañana vamos a hacer las compras para la casa, mándame mensajito y vamos.
—Si tia, gracias. —le da un abrazo cariñoso y su tia sonrie.
—Cuídense chicos, y digo de... —me da risa porque me mira y hace gesto como de ponerme un preservativo—. Cuídense.
—Ay tiaaaaa. —se va y yo miro todo el lugar tremendo—. ¿Y? ¿te gusta?.
—Esta tremendo Flor. —me acerco a la ventana a ver a donde ve porque me pierdo un poco, y da para un parque—. Esta re lindo.
—Estoy feliz de que me dejaron venirme. —tiro la mochila al suelo y la alzo de las nalgas, me envuelve con las piernas y por el cuello—. Ahora vamos a poder tener dos lugares para vernos.
—Cogemos allá y hacemos el amor aca. —sonríe envolviéndome mas—. O al revés, dependiendo la privacidad que tengamos.
—Yo creo que lo que pinte en cada lado.
—Mejor, —me da un beso y la bajo asi queda de pie, la agarro de la cabeza profundizando el beso—. Mmmjjjj. —me alejo apoyando la frente en su frente—. Paremos porque ya me cuesta mucho frenar.
—No frenes.
—Lo tienes que querer.
—Lo quiero.
—No, te largas encima mío sin decir nada,
—Pero lo estoy diciendo. —la miro directo a los ojos sintiendo como me llega a doler la polla de las ganas que le tengo—. Ven, vamos a mi habitación. —me lleva de la mano empujándome, voy serio y diciéndome que debo ser fuerte porque me la pone super difícil—. Trajimos mi cama.
—Menos mal.
—Si, sino dormíamos en el suelo. —en la habitación cierra la puerta poniéndole llave, trago duro viéndola fijo, se saca la remera sonriendo—. Quiero hacer el amor contigo Juan. —viene frente a mi sonriendo y yo no puedo dejar de verla fijo a los ojos—. ¿Quieres hacer el amor conmigo?.
—Si, con todas mis ganas.
—Yo tambien quiero hacerlo contigo con todas mis ganas.
—¿Entonces qué nos detiene?.
—Que eres virgen. —alzo los brazos cuando me saca la remera.
—Bueno, no va a ser mas un obstáculo en media hora.
—Ahora no lo es tampoco. —pongo las manos en su cintura sonriendo cosa que la calma—. Solo que te tengo tantas ganas que siento que no voy a ser el hombre que necesitas.
—Voy a necesitar lo que me des, porque eso que me vas a dar es lo que sientes por mi.
—Pero no necesitas un tipo rudo encima de ti.
—¿Entonces nunca lo vamos a hacer?. —pongo una mano en su nuca besándola con ganas, me agacho un poco apretándole las nalgas y besándola en el cuello—. Mmmjjj.
—Dime si en cualquier momento quieres parar.
—No quiero, sigue por favor, enséñame el placer. —me alejo desabrochándome el pantalón, tiene los ojos lagrimosos y eso me enciende mas, me saco todo menos el bóxer—. Ven.
—Si. —toma mi mano sonriendo, me subo a la cama arrodillado y ella me imita.
—No puedes ser tan hermosa Flor.
Le beso el cuello llevándola hacia atrás asi queda acostada, con calma voy dándole besitos por todos lados, esquivo sus pechos bajando a las costillas, pone las manos en mis hombros y me acaricia la nunca con sus uñas, sinceramente nunca estuve asi de desesperado para tener sexo, si, tuve mi deseo intenso que tenia que llamar a mi compañera de la facu y ella venia a mi casa sin ningún problema, porque la cosa era simple, los dos teníamos ganas y nos las sacábamos juntos, no pasó otra cosa, y ahora es diferente, no siento solo deseo intenso y descontrolado que si me piden que ponga un clavo mi polla seria un buen martillo, sino que hay sentimientos aca, hay admiración, mis dos novias anteriores eran vírgenes, hice lo posible por ser un buen compañero, y ahora tengo muchísimas mas experiencia con Flor, porque tuve mas compañeras sexuales de las que me gustaría admitir. Le saco el pantalón besando sus piernas, subo asi le beso los muslos cuando alza mi cabeza.
—No sigas haciendo eso. —me da una caja de preservativos—. Por favor te necesito a ti, al hombre que me desea no al que crees que necesito. —me arrodillo en medio de sus piernas, se saca la bombacha y cuando abre la piernas acomodándose siento que me da un infarto, por eso con suavidad la toco con mis dedos—. Mmmjjj, aaajjj que rico que se siente. —meto dos dedos dentro de ella y con mi pulgar le acaricio su punto de placer—. AAAAGGGGGG. —los muevo con suavidad entrando y saliendo de su interior—. Oooh por Dios.
—¿Te duele?.
—Nooo, oojjjj. —me inclino sobre ella sacándole un pecho del corpiño y lo chupo moviendo mis dedos con mas fuerza, tengo que lograr que se venga asi es mas fácil para ella.
—Un poco mas, tu puedes mi amor. —subo besándole el cuello, y cuando aprieto su oreja se viene agarrando mi brazos con fuerza y envuelve las piernas en mi cintura, me alejo abriendo un preservativo poniéndomelo rapido, abro las piernas ajustándome en su entrada caliente, mojada y temblorosa por el orgasmo—. Ooojj mi Dios. —me voy para adelante cargándome en la cama con una mano, y con la otra me ayudo, entro y salgo con calma, cada vez que entro avanzo un poco mas.
—Ay mi Dios. —la beso metiendo mi lengua en ella y bajo mi cuerpo pengándome al de ella y sacando mi mano de mi polla, ya me puedo mover sin ayuda donde me tomó la mitad—. Te amo Juan. —paso mi brazo derecho por debajo de su cuello sonriendo y penetrándola entero.
—Yo tambien te amo Flor, hace mucho que lo hago.
—Mmmmm. —aprieta los ojos con fuerza donde ya es mía, mi mujer.
—Ahora eres mi mujer Flor. —le doy besitos en la cara con suavidad—. No tienes idea de las veces que soñé con esto. —me muevo con calma, con cada penetración ella entierra las uñas en mi espalda—. Tenerte debajo mío haciéndote mía aaaajjjj.
—Las veces que me imaginé que estabas encima mío. —sonrío sobre su cara sin parar, acostumbrándola a mi, a tenerme dentro—. Pero en mis sueños no se sentía asi de bien.
—Me voy a esforzar de que sea mejor. —todo se descontrola cuando me da un beso en el cuello, agarro su pierna izquierda subiéndola mas y asi entro mejor en ella y no paro, no puedo parar de moverme, frente con frente, gemido con gemido.
—Mmmjjjjj... aaaaAAAAHHHH MI DIIIIOOOOSSSS. —quedo quieto viéndola en su segundo orgasmo conmigo dentro, y es preciosa—. Oojj mi Dios. —la beso viniéndome, solo necesito unas cuantas embestidas y ya, me vengo con fuerza, con desespero.
—OOooJJJJ.
*****
Florencia.
Nos besamos un buen rato y es sabroso como me besa y como me aprieta, aun mi intimidad tiembla, y es como que lo chupo y lo alejo a la vez, y fue magnífico todo lo que se siente, cuantas veces soñé con estar con él, hace dos años ya, que es lo que mi tio sale con Aye y él tiempo que lo conozco.
—¿Cómo te sientes?.
—De maravilla. —mis lágrimas caen y sonrío mientras él pasa las manos por mi cara sacándome los pelos de la cara y secando mis lágrimas—. No creí que era tan lindo, que se gozaba tanto.
—Es maravillo, y puedo asegurar que te va a gustar aun mas. —aprieto los dientes cuando se retira de mi cuerpo—. Ven, vamos a lavarnos.
—Si. —quedo viendo cuando con mucho cuidado se lo saca el preservativo.
—Ven. —vamos al baño donde le pone agua.
—¿Qué haces?.
—Viendo que no este pinchado. —tira el agua al inodoro y lo tira al tacho—. Perdón, una costumbre.
—No pasa nada. —abre la ducha y sonriendo entra—. Es obvio que no tenia idea de qué haces.
—Yo no tengo idea si otros lo hacen, calculo que si porque mi papá me dijo que lo haga y ya me quedó de hacerlo. —cargándome en sus manos entro a la ducha con él—. Juro por Dios que no caigo que seas mía.
—Ay, tampoco soy tan especial.
—Para mi lo eres. —lo abrazo por el cuello y él me envuelve agarrándome de las nalgas—. No tienes idea de cuantas veces me babee al verte mover el culo. —comienzo a reir y aun mas cuando me besa en cuello—. Y cuantas veces desee apretarlo.
—Y besarlo. —se hace hacia atras mirándome asombrado—. Si, me decían las chicas de los besitos en mis nalgas.
—Bueno, ahora si voy a poder darte muchos besitos en las nalgas.
—Ay Juan, que asco.
—¿Porqué asco?. —me gira asi me mojo.
—No espera, no tengo nada para el pelo, si me lo mojo me va a quedar duro. —me hago un rodete aun con él que me envuelve—. Si me sueltas no me escapo.
—No voy a soltarte. —comienza a pasar las manos por mi cuerpo como queriéndome lavar.
—Me da vergüenza que lo hagas.
—Si, salgamos asi descansamos un poco y pedimos para comer. —me da privacidad y lo agradezco, busco entre mi ropa un pijama, no creo que salgamos a ningún lado, son las ocho de la noche entonces no hay nada mas qué hacer, creo—. ¿Se puede?.
—Si, pasa. —sentada en el suelo me pongo crema en las piernas y me masajeo los pies con abundante crema—. ¿Tienes algún número de rotisería? yo no, como esas cosas cuando mis hermanos me invitan no mas.
—Si, tengo varios, según que quieres comer.
—Me encantaría comer pollo frito,
—Bueno, encargamos entonces. —se sienta en la cama y yo sigo con mis pies—. ¿Qué acostumbras comer?.
—Bueno, en casa de mis abuelos hay chef las veinticuatro horas del día, hay dos todos los dias y los feriados y fines de semana hay otro.
—¿De verdad?.
—Sip. —me paso crema por mis brazos disimulando la incomodidad de mi intimidad por abrir de golpe mis piernas—. Entonces ellos ya al saber nuestros gustos cocinan lo que quieren, total todo lo que hacen nos gusta.
—¿Y qué seria lo que cocinan?.
—A ver que fue lo ultimo que comí de ellos. —intento recordar que fue—. A si, repollo asado con una salsa, atún, pero atún el pescado no en lata, una marinada y achicoria que estaba tremenda.
—¿Qué es achicoria?.
—Si lo pongo del lado fácil es como si fuera lechuga, pero es super amarga, solo hay que saber hacerla, ellos me enseñaron a cocinar asi que cuando ya tenga cocina te voy a preparar cosas riquísimas.
—Uuhh que bueno, quiero comida en mi cuerpo, ven, te ayudo porque vi la cara que hiciste. —me para con total facilidad—. No finjas que duele, si duele duele Flor.
—Si, me duele un poco.
—¿Habrá alguna farmacia por aca?.
—Si, en la otra esquina.
—Vamos a comprar algo para el dolor y mas preservativos.
—Voy asi no mas, que me importa.
—Y si, —me da risa porque se me arrima fregándose en mi espalda—. A mi me encanta.
—¡Ay, loco!. —salimos de la habitación como podemos porque sigue abrazándome, fregándose y besándome el cuello—. Ya vamos a hacerlo de nuevo.
—Si, lo vamos a volver a hacer y varias veces. —me da como escalofríos, aprieta uno de mis pechos y pego un saltito a las risas—. Si por mi fuera no salimos de aca en todo el fin de semana.
—Diría lo mismo pero mis hermanos seguro vienen.
—Nos vamos a mi casa.
—Es una buena idea. —agarro la llave y salimos de la misma manera, voy al ascensor riendo—. Antes de que sigamos, ¿traes dinero?.
—Si, traigo el celu, p**o con QR.
—¡Ah, bien!. —nos subimos al ascensor donde vamos solos—. Ay mi Dios Juan, se te esta parando.
—Si, mejor me alejo. —se hace a un lado aguantando la risa—. Encargué la comida, dijeron que a las diez hacen reparto.
—Puf un montón.
—Si, la verdad que un montón.
—Pero podemos hacer otra cosa hasta las diez. —lo envuelvo por la cintura saliendo del ascensor—. Ahora tengo mucha intriga.
—Yo igual.
—¿Tu de qué tienes intriga?.
—Si voy a tener aguante o no. —lo envuelvo con los dos brazos riendo—. Si, me vine re rapido contigo.
—¿Es alago o insulto?.
—Yo creo que alago y beneficiario.
—¿Por?.
—Porque me vuelas tanto la cabeza que no necesito dos horas de dale y dale para venirme, un poco humillante porque ahora si fueron diez minutos fue mucho —me rio mirándolo a los ojos porque sonríe, y si, me lleva él, yo camino no mas—. Y es beneficioso también, porque vamos a tener mucha practica hasta que tenga aguante.
—Eso me encanta.
—Eres una loca que no sabes el pie que me das, llegamos. —de la mano me lleva al mostrador donde atiende un chico—. Hola, ¿Cómo estas?.
—Bien gracias, ¿en qué los ayudo?. —me arrepiento de no traer corpiño porque pega miradas fugaces a mis tetas, y uso el brazo de Juan para cubrirme.
—Necesito cuatro cajas de preservativos premium extra finos. —sonrío apoyando los labios en su brazo—. Quiero una tableta de las pastillas para los ovarios, —el hombre señala detrás—. Esa, quiero un jabón hipoalergénico, y elige amor shampoo y crema, yo me lavo con cualquiera.
—Si. —hay unos estantes donde agarro hasta un jabón corporal.
—¿Algo mas?.
—No, nada mas.
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