Arizona
Mentiría si digo que esos días en la casa de mis padres no me estaban cayendo de maravilla. Llevaba solo cinco días en ese lugar, pero, nuevamente se me había vuelto una rutina el levantarme temprano para ayudarle a mi madre a preparar el desayuno, para luego ir al centro comercial para ayudarle a papá unas horas en la cafetería, donde luego volaba hacia el restaurante de mi hermano, ahí me quedaba otro par de horas charlando con él y sus cocineros, quienes me daban algunos tips se cocina, luego de ello, volaba de regreso a la casa, donde me pasaba la tarde leyendo artículos en internet de periodistas con renombre a nivel mundial, de los cuales esperaba aprender algo de ellos.
Algunas noches me las pasaba hablando por mensajes con Dallas, con quien últimamente solía hablar más. R
