j***r, ¡Cómo duele! Pensé que tenía el trabajo perfecto, nunca esperé que me botaran de aquella manera y aún peor, tener que salir por la puerta trasera, sin siquiera dejarme despedirme de los televidentes… esos directores eran muy putos. Sí, admitía que había estado muy distraída, pero, pensaba que esa no era una razón suficiente para hacerme perder mi trabajo de esa manera. Me tiro de panza a mi cama y abrazo una almohada, echándome a llorar otra vez. Mierda, ¿Qué iba a hacer ahora? Si aquel trabajo era lo que me ayudaba a mantener un poco mi cordura para no echarme a morir ante el sueño frustrado de tener una vida plena y feliz al lado de Dru. Doy vueltas en la cama, estiro una mano para tomar mi teléfono, pensando en la posibilidad de llamar a Kendall, pero, al recordar que está