VEINTIUNO

1857 Words

Dos días después, Audrey y Kendall regresan a San Francisco. Nuevamente me quedo sola, con aquel horrible nudo que se aferraba a mi garganta, recordándome a cada segunda lo estúpida que fui al creer en él. Al menos había dejado de llorar, trataba de mantenerme ocupada en otras cosas para así evitar recordar todos esos estúpidos años que de una u otra forma, había compartido con él. Bajo las escaleras casi corriendo cuando escucho que alguien llama a mi puerta, al abrir, me encuentro a un Dallas sonriente que carga en sus manos una bolsa de cartón, de la cual se expandía un aroma delicioso que me decía que probablemente era comida japonesa. —Sushi, ¿te gusta? —pregunta al mencionar lo que trae en la bolsa. Asiento a la vez de que me hago a un lado para permitirle pasar. —Muchísimo —re

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