VANESSA Mis días en el orfanato siempre fueron duros. Eran de aquellos lugares de infierno donde cada segundo que transcurría de tu vida, te recordaban que tan miserable eras. Algunas veces me tocaba dormir en suelo mojado porque no había logrado cumplir con algunas exigencias, algunas otras los mismos niños del orfanato formaban bandos, como reos de cárcel, para molestar o protegerse de los demás. Siempre pensé que mi vida sería solitaria, hasta que conocía a los Santamaría. Me habían ofrecido un lugar donde dormir muy diferente al suelo mojado y un plato de comida caliente casi todos los días, ropa no importa si fuera de uso de Frida pero al menos era linda. Sentí que mi vida había cambiado realmente. Sentí que había ganado una familia, un padre, una hermana, una madre. Sin embargo