VANESSA Cuando Alex llegó a la cocina y abrí los ojos, vi cómo apretaba sus manos, en un intento de controlarse, esa sensación me dio, no lo sabía a ciencia cierta. Lo único que pasó por mi mente fue ver esos ojos verdes con el entrecejo fruncido, y un escalofrío que recorrió mi columna vertebral. Furioso. Era la palabra que podía describir a Alex en ese momento. Me tomó del brazo y me arrastró fuera de la cocina, lejos de Diego, y de todo lo que implicaba que me pudiera limpiar la cara llena de pastel. Sin decir una sola palabra. Por suerte me había limpiado la mayor parte del pastel de la cara. Yo estaba confundida con su actuar. ¿Qué había hecho para que él estuviera de esa manera?. No lo entendía a él, no entendía nada. Me subió escaleras arriba y me llevó a su habitación cerrand