FRIDA Siempre me había asegurado, desde que Vanessa llegó a casa a vivir con nosotros, que ella siempre estuviera debajo de mí. No soportaba la idea de que compartir a mis papis con esa arrimada oportunista, porque era claro que se había enterado de que la familia Santamaría era una familia muy importante, no tan solo en la política, sino de mucho poder adquisitivo, y estaba segura que quería aprovecharse de eso. Mis papás siempre habían tenido ojos para mí, atención para mí y ver que eso lo tenía que compartir con una huérfana como ella, de ninguna manera, lo podía permitir. Ese carácter de niña buena, de no rompo ni un solo plato, no podía significar otra cosa que una máscara hipócrita que pretendía quitarme mi lugar. Era mi lugar, yo siempre había estado ahí y siempre me había asegura