VANESSA La tenía. Sabía que el decirle su pequeño secretito la detendría. No podía ignorarme, simplemente la delataría y ella lo sabía. Estaba dispuesta a hacerlo. Esta alerta. Lo podía notar en la manera en cómo su cuerpo reaccionó en cuanto se lo dije, cómo sus músculo se tensaron y como paró de caminar quedando en la puerta, en silencio. Quería que ella se sintiera vulnerable por primera vez como yo me había sentido toda mi vida. Después de todo lo que había descubierto de ella, de lo hipócritas que habían sido. Me hacía falta indagar aún más en el motivo por el cual fui adoptada. Por amor definitivamente no fue. Había algo más. El silencio nos invadió. Estaba esperando una respuesta de Frida, pero no decía nada. Permaneció inmóvil por lo que le había dicho. Su plan de retener a Ale