—Te dije que no te escabulleras— le reclamo a Annie cuando la veo llegar en el autobús a su edifico. Cuando mi subordinado me habló para informarme que ella no estaba ya en el restaurante supe que vendría para acá. —No planeaba huir— dice ella con cansancio al verme llegar mientras busca sus llaves en su enorme bolso.— Lu esta en tu departamento, nunca la dejaría atrás… y lo sabes.— dice ella molesta mirándome de forma acusatoria. Si ella supiera que cada vez que me habla y mira con tanto desafío tengo un deseo impulsivo por disciplinarla, quizás ponerla en mis piernas y darle una buena tunda que la deje demasiado sensible. Adoro cuando ella me suplica que pare por que ya ha tenido demasiados orgasmos para poder soportarlo. —Entonces por que viniste aquí— le pregunto siguiéndola al in