Metí la carta en el cajón de los cubiertos de la cocina. Era la tercera carta que recibía en menos de dos días. Las tres decían exactamente lo mismo. Mis padres querían verme, y no era solo un querían, me estaban exigiendo que fuese a verlos. ¿Con qué maldito derecho?. —Mami— Lu me llama y la veo ya lista con su mochila colgando de sus hombros y sus clásicas dos coletas. ¡La escuela! Corremos fuera del departamento al auto-bus pero un auto n***o nos esperaba. Un hombre de cabeza rapada y tatuajes se baja de este. —Suban, iremos a la escuela. —¿Vino por nosotras el señor Thorsen?— pregunta Annie saltando mientras sostenía mi mano agitándome en el proceso. —No, él se encuentra ocupado por ahora pero me indicó llevarlas a sus destinos respectivos durante el día.— sorprendentemente le