CASSANDRA Es irónico pensar en lo rápido que nuestras circunstancias cambian. A veces nos detenemos a ver las siluetas de las montañas, el estruendo de las olas al deshacerse en espuma o las nubes transitar de sobre las alturas. En otras ocasiones, ni dedicamos un minuto a apreciar lo que nos rodea; una comida, el cariño del gato, los colores del cielo. Muchas veces creemos que desacostumbrarnos a la cotidianidad destrozará nuestra rutina; no voy a mentirles diciendo que la sensación de carencia no se esfuma de la noche a la mañana. El asentamiento de las emociones toma tiempo, el acostumbrarse a la ausencia de una persona. ¿Qué puedo decir? Gareth era parte de mi día a día. No tengo un botón que me permita eliminar todos los recuerdos desagradables y las malas experiencias. Por desg