Desperté bastante temprano, Kyree madrugo y su hambre me despertó. Le di el pecho antes de salir de la habitación, para evitar encontrarme al chico pálido gruñón.
Cuando salí fui directamente a la cocina, donde escuchaba a alguien cantar. Encontré a Jin cantando, mientras preparaba el desayuno.
— Oh buenos días Haelyn ¿Dormiste bien? –Sonrió ampliamente, aún concentrado en cocinar.
— Si, de nuevo gracias por dejarme dormir aquí esta noche… Hoy buscaré un hostal cerca, para esta semana, hasta que terminen de arreglar los trámites.
Tomé asiento en el taburete, mientras Kyree estaba tranquilo en el carrito de bebé.
— Haelyn sabes que puedes quedarte aquí, tenemos sitio y nosotros apenas estamos en casa. No eres una molestia y Kook me habló de los problemas de dinero que estás teniendo.
Lo que menos quería era darles lastima y eso es lo que estoy haciendo ahora mismo. Antes de quedarme embarazada, era una persona independiente a la que le encantaba ganar las cosas por sí misma. Por no hablar de lo orgullosa que era. Lástima que ahora mi orgullo este por los suelos y mi prioridad sea Kyree y su seguridad.
— No quiero ser una molestia o incomodarlos. Empezaré a buscar trabajo esta semana, de verdad no es necesario, Jin.
— Insisto, no eres una molestia y si te quedas aquí, podrás revisar y estar pendiente de los arreglos de tu piso.
— ¿De verdad están los cuatro de acuerdo? No quiero crear problemas entre ustedes.
— Lo digo en serio, Haelyn. Y no crearás problemas, nuestra amistad ya superó los baches más grandes de nuestra vida. Ya nada puede romper lo que tenemos los cuatro… Cuando volváis del hospital, le diré a Yungi que te ayude a traer lo que necesites de tu casa, aquí.
— No es necesario, iré yo sola. No quiero molestar más al señor Moon.
Trate a Mingi de señor, puesto que no teníamos confianza ninguna y es evidentemente mayor que yo. El resto ya son más cercanos a mi y Jin me pidió ayer que le dijera Jin o que al menos le hablara de forma informal.
— No le molestas, le viene bien salir un poco y dejar de pensar solo en trabajo. Solo ten paciencia con él, suele ser bastante complicado de llevar.
Ambos nos quedamos en silencio, él aprovechó para darme el desayuno. Jay también se había despertado, el desayuno rápido para sacar a Yeo. Esa pequeña bola de pelos, estaba pidiéndome comida, mientras Jay lo regañaba por ser pesado.
— Podías aprovechar para ducharte y así estar lista después. –Jin terminaba de recoger los utensilios utilizados para cocinar el desayuno.
— Está bien, ¿en qué baño?
— Puedes usar el mío sin problema, yo ya me voy a trabajar.
Asentí, Jin terminó de despedirse y salió del apartamento. Jay me mostró cual era la habitación de Jin y él volvió de nuevo a la sala, para vigilar a Kyree en mi ausencia.
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Desperté al escuchar de nuevo el llanto del dichoso bebé. Salí de mi habitación aún adormilado y rascándome el brazo.
Caminé hasta la cocina y agarré una taza de café que había preparado Jin seguramente. Me apoyé en la encimera, mientras veía a Jay en un intento fallido de calmar al bebé.
— ¿Y su madre? –Pregunté antes de dar el primer sorbo al café.
— Se está duchando… ¿Puedes encargarte de Kyree? Debo irme, llego tarde a la grabación del nuevo drama y tampoco me da tiempo a sacar a Yeo, hyung.
Sin esperar una respuesta mía, el chico me pasó al bebé, obligándome a dejar mi taza de café.
— Pero yo no… –Me quedé con la palabra en la boca, ya que literalmente se fue y encima dando un portazo.
El pequeño empezó a llorar más fuerte, me lamente mientras me movía intentando calmarlo.
— Por favor cállate de una vez… –suplique acunando al pequeño.
Vi a Kook aparecer por el pasillo sonriendo al verme con el pequeño hijo de satanás.
— Por favor no te rías y atiende lo, Jeon.
— Oh no hyung, tengo que irme a trabajar, estoy teniendo problemas con mi productor y no quiero trabajar contigo. Necesito encontrar otro, pedí recomendaciones ahora y resulta que el productor que recomiendan, el señor Zhou, murió.
— Zhou es el apellido del bebé. Lo dijo el hombre que le atendió ayer.
— ¿Quieres decir que el productor era el padre del bebé? ¿Por qué nunca nos lo dijo Kenan?
— Hombre creo que es mucha coincidencia que ambos estén muertos… y a mi que me cuentas, Kook, ni lo conocía.
Ambos nos quedamos en silencio, yo seguía acunando al pequeño. Kook desayuno un simple vaso de leche y en cuanto tuvo oportunidad se escapó de casa. Debía sacar a Yeo, quien no paraba de ladrar a la puerta, por la necesidad de salir y hacer sus cosas.
Mi paciencia se agotó y la dichosa chica seguía en la ducha. Acomode al bebé en el carrito y puse la correa a Yeo. Salí del apartamento llevando el carrito y al perro. No contento con hacer de niñero, me tocaba sacar al dichoso perro. Si al menos fuera Holly, no me quejaría. Pero mi pequeño Holly está con mi hermano por lo estresado que estaba con el trabajo, no tenía tiempo para hacerme cargo de él y se que el lo cuida y atiende como si fuera su hijo.
Caminé hacia el ascensor y subí en este. Lo que no esperaba es que en la planta siguiente planta para bajar, subieran dos mujeres mayores. Concretamente la señora Sho y la señora Jeong, dos de las mayores del edificio. Y para qué negarlo, las más cotillas y pesadas.
— Buenos días joven Moon
Me limité a saludar con la cabeza. Pero ambas mujeres miraron el carrito y se apresuraron en acercarse.
— Es el pequeño de los Zhou, ¿que tanto te traes con la viuda, joven Moon?
Me molestó que la señora Jeong la llamara viuda y mucho más que fueran de metiches. Yo soy el primer cotilla, pero no voy haciendo daño con chismes.
— Esa debe estar buscando alguien que la mantenga, yo que tu tendría cuidado.
— Uh yo también lo creo… esa ya sabe quienes tienen dinero y seguro busca ser una mantenida.
Las dos cuchicheaban como si yo no estuviera presente. Me parecía indignante como la criticaban.
— Con veintidós años, viuda y con un bebé, es más que obvio lo que está buscando.
— Encima extranjera, esa no tiene ni donde caerse muerta… Qué lástima de chiquilla. –Siguió metiendo mierda la mujer de cabello canoso.
Ambas se echaron a reír, algo que terminó con mi paciencia y ya me dio igual que fueran mayores que yo. El respeto es algo que ninguna debían conocer.
— ¿¡Pueden cerrar la boca de una vez!? ¿Saben acaso por lo que está pasando? Un borracho mató al padre de su hijo y ustedes se burlan de eso…
Salí del ascensor dejando a las dos señoras sorprendidas, normalmente nunca me meto en sus conversación, siempre las ignoro y escuchó en silencio. Pero hoy se pasaron.
Se que yo fui el primero en juzgar y tratar mal a Haelyn, pero tratarla de mantenida y encima hablar así de ella, me pareció algo feo y desagradable… pero así es la gente mayor, no tienen pelos en la lengua y critican todo lo que ven, sea o no adecuado.
El paseo con Yeo y el bebé no fue tan malo como creí. Yeo es un perro sencillo de llevar, no tira de la correa y suele ser tranquilo, solo ladra a los pájaros o cosas que le llamen la atención. Parecía gustarle caminar junto al carrito y el demonio con pañales disfrutaba de su paseo, me perturba como me sonríe ese bebé.
Aproveche que aún era pronto y pare a comprar en una cafetería algo de comer. Llevaba mascarilla y gorra, para mantener el anonimato. La gente era más amable cuando te ven con un carrito de bebé. Me dejaron colarme en la cola para pedir y las señoras me hacían cumplidos, haciéndome ver un gran padre.
Hasta me hicieron descuento en el café que pedí y me libre de recoger el popo de Yeo al tener al demonio con pañales en brazos. Un hombre se encargó de hacerlo por mi. Por no hablar de la cantidad de mujeres que me coqueteaban. No sabía yo que ser padre era así… ¿Tan atractivos son los hombres con bebés?
Volví a casa de buen humor, ni siquiera ver a la chica de brazos cruzados me inquietó. Seguía feliz con mi café de Starbucks.