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1312 Words
Me quedé un poco confusa con la situación. No soy idiota, se que eran miembros de BTC. ¿Quién no conoce ese grupo en aquí? Nadie, todo el mundo sabe su historia. Y su final. A día de hoy, cada uno hacía sus cosas por separado y no hablo tanto de su separación. Nadie sabe exactamente qué fue, lo único seguro y confirmado fue la relación de Kim John. Meses después, se separó el grupo. Hasta hoy, que llevan ya años trabajando de forma independiente. A veces se reúnen en algunos compromisos, he visto muchas veces los anuncios o cuando salieron por televisión y no pensaba que tuvieran una mala relación. Fingen muy bien ante las cámaras. El chico pálido estaba tan molesto que dio una patada al sofá, pero terminó haciéndose daño en la espinilla. — ¡Joder, soy imbecil! –Se gritó así mismo. Lo peor es que ese grito hizo que el pequeño riera. Por primera vez Kyree estaba sonriendo y morí de ternura al verlo. Aún estoy pasando por un postparto complicado, si aún estoy en esa etapa, y mis hormonas no son lo que eran antes. Lloro por cualquier cosa y esto fue un detonante. — ¿Estás bien…? –preguntó el pálido, mientras me miraba como si fuera la cosa más extraña en este planeta. — Estoy bien… En realidad no, no lo estoy. — Se que voy a arrepentirme, pero quédate aquí mientras me encargo de los bomberos y de explicarles lo sucedido. Puedes tomarte un café o cualquier cosa de la cocina. No me dejó hablar, salió del apartamento antes de que yo hablara. Me senté en el sofá color crema, acomodé al pequeño en mi regazo. Aún no podía creer que una cosita así, fuera una creación mía ¿cómo es posible? Lo amo y lo detesto a veces, pero es mi hijo y el amor siempre va por delante. Lo que más me cuesta es su gran parecido a su padre, cada vez que lo miro no puedo evitar recordar a Kenan y lo entusiasmado que estaba con ser padre. A veces me abrumada tanto, que discutíamos, pero el muy idiota me compraba helado o cualquier tontería y volvíamos a ser la pareja feliz. Pero el destino es caprichoso, un día eres la persona más feliz del mundo y al otro tu familia se va a la mierda por un borracho al volante. El destino me dejó sin familia, sin trabajo y hundida en la máxima soledad. Puto destino de mierda. Aparte la vista del bebé, para tomarme el tiempo de observar la sala de mis cuatro vecinos. Jay era el más amable de todos, siempre que me lo cruzó suele hacerle muchas caras tontas a Kyree, me pregunta cómo estoy y es agradable. En el caso de Kook, es más o menos similar, solo que él es más cortado. Pero igualmente siempre me da los buenos días cuando coincidimos. Con Jin, apenas me cruzó y cuando lo hago él tiene prisa. Es un hombre con mucha prisa. Y por último, el chico pálido. Ese es como un fantasma, o los fantasmas somos el resto para él. La primera vez que me habló, en dos años, fue ayer y para quejarse. No me quejaré, ya que me está ayudando ahora, pero creo que nuestros caracteres chocan mucho. Centre la vista en una de las fotos que había junto a la enorme pantalla plana. En la foto estaban los siete, tan sonrientes y tan jóvenes. Al lado de esta había otra, pero ahí ya estaban solo cinco de los chicos. Jimmy, ¿que es de Jimmy? Se que vivió un tiempo aquí, se mudo hará un año y vine alguna que otra vez, pero creo que tampoco están en los mejores términos. Mi vista fue a la puerta, me puse nerviosa al ver al pálido entrar junto a Kook y uno de los bomberos. Al principio hablaron si tomarme muy en cuenta, después los tres se acercaron para hablar de lo sucedido y coger mis datos. — ¿El seguro se hará cargo, cierto? –pregunté mientras dejaba a Kyree en el carrito de bebé. — Me temo que su seguro caducó, al no pagarlo, señorita Zhou. — ¿Qué? Eso es imposible. Cuando Kenan tuvo el accidente el seguro se hizo cargo, él se hacía cargo del p**o… Ahí me di cuenta, llevaba sin seguro desde que Kenan falleció. El bombero tenía intención de hablar de nuevo, pero Kook se adelantó. — Hablemos fuera de los daños y vemos que podemos hacer… Mientras tanto, puedes quedarte aquí, Haelyn. El chico de cabello n***o y tatuajes salío del apartamento. Me senté en el sofá, sin apartar la vista del suelo. ¿Cómo iba a arreglar todos los daños? si apenas llegó el fin de mes y no trabajo. Definitivamente, el destino es un grandísimo hijo de puta. Kyree empezó a llorar de nuevo, seguramente porque necesita un cambio de pañal. Revisé la pañalera en busca de un cambio para él, pero no tenía. — Necesito ir a mi casa… ¿Se puede? — Ahora mismo están revisando los daños, es probable que hoy no puedas dormir en tu casa… al parecer fue más grave que un simple pollo quedado. — Pero necesito las cosas de Kyree, si o si necesito sus cosas. El chico de tez pálida y cabello n***o bufo con resignación. Se llevó la mano al puente de la nariz, como si fuera a arrepentirse de algo. — Ve al apartamento, está Kook en la puerta… Me quedaré con eso, mientras estás allí. Señaló al bebé, mientras ponía una extraña mueca. — Eso sería genial… aunque nunca se ha quedado con nadie, no se si sea adecuado. Pero debo ir a casa si o si. — Ve, no le haré nada, lo prometo. Lo que él no sabe, es que me da más miedo lo que pudiera hacerle el bebé a él, que el pálido al bebé. Agarré al pequeño llorón en brazos y lo acomode en los brazos del chico con sumo cuidado. El no se esperaba que se lo diera, creo que solo pensaba observarlo en su carrito. — ¿Es necesario que deba tenerlo en brazos? –Se quejó mientras lo miraba con cierto repelús. — En realidad sí, en cuanto no me escuché o sienta, se podrá a llorar desesperadamente y es preferible que sienta que no está solo… así escuchara los latidos de tu corazón y sabrá que no está solo. — Está bien, está bien. Vete antes de que me arrepienta de esto. Deje un pequeño beso en la cabeza del pequeño y salí a toda prisa del apartamento de mis vecinos, para entrar en el mío. Este estaba con un par de bomberos. Estaban y salían siguiendo órdenes del jefe. Caminé hasta la cocina con miedo a estar ahí. En la cocina pude ver a Kook quien llevaba una mascarilla, hablando con el jefe de bomberos. Al verme, el hombre que ronda los cuarenta años, me pasó una mascarilla y me obligó a ponérmela. Allí me explicaron un poco porque no podría quedarme, podría ser peligroso para la salud de Kyree y para la mía. Uno de los bomberos fue al apartamento de los chicos, para asegurarse de que Kyree estaba bien y no necesitaba ir al médico. De mientras agarré las cosas necesarias para el bebé y algo de ropa para mi. Mañana vendrían unos peritos a revisar el apartamento y el presidente del edificio y me darán una cifra para arreglar los daños, si es que puedo pagarlos. Además del gasto de buscar un dichoso hotel. Kook me dijo que me quedara en su piso la noche de hoy, pero debía buscar algo para toda la semana. Lo peor, es que sigo sin recordar haber metido el dichoso pollo o haberlo encendido.
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