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1798 Words
No podía dejar de mirar la mancha de pintalabios, él se veía adorable, pero no podía dejar de pensar en qué debía quitárselo antes de que subiera al escenario. — ¿Por qué sigues mirándome? ¿Quieres otro beso? Me pilló por sorpresa su pregunta, sentí mis mejillas arder, ante su broma. Negué con la cabeza, consiguiendo hacerle reír. — Tienes pintalabios por toda la cara. Ahora la que rió fui yo, mientras que él frunció el ceño. — ¿Le plante cara a Kwon con la cara manchada de pintalabios? Por eso se reía el muy estúpido… quitármelo, no quiero subir así a recoger mi premio. — Quitártelo tú, tienes manos para hacerlo. — Pero eres mi pareja y tú eres la culpable de la mancha. — Pero fuiste tú el que decidió besarme y sin preguntar. Gané la pequeña discusión, al ver cómo él sonrió apretando los labios y negando con la cabeza. Me giré hacia él, haciendo chocar mi pierna con la suya. Me incline un picó hacia él, para poder limpiar los restos de pintalabios de sus comisuras. Pasé mi pulgar por sus comisuras, para eliminar la mancha. Al levantar la vista no dude en achinar mis ojos. — ¿mi cara está un poco más arriba, sabes? Ahora fueron sus mejillas las que se tornaron de un rojizo adorable. Se rasco la nuca evitando mirarme. — Yo creo que debería ir por agua, si, agua. Se levantó como si la silla estuviera ardiendo y se alejó a toda prisa de la mesa. Estaba prácticamente sola en esta mesa, ya que los chicos se juntaban con amigos y el señor Bang estaba jugando al Candy Crush. La noche continuó más tranquila, Mingi ganó su premio, agradeció este, pero cambió su discurso. Esta vez fue más sincero, más el. — La verdad es que no me siento merecedor de este premio. Siento que muchos grandes productores de aquí hicieron trabajos increíbles, se que me llevaré bastante hate porque dirán que estoy siendo falso o hipócrita, pero me suda un huevo lo que digan… Perdón por la expresión, aún estamos en horario infantil… A dónde quiero llegar, es que muchos productores nuevos hicieron grandes trabajos y ellos también merecen su reconocimiento, estoy seguro de que todos trabajaron con esfuerzo, pero gané yo, porque tengo más gente detrás, no porque lo merezca más que vosotros. –la pausa que hizo, inundó el lugar de silencio – Solo decir gracias a los fans, gracias a todos los nominados por sus increíbles trabajos y gracias Park JiWoo por obligarme a venir. Bajo del escenario. Creo que su discurso terminará en un tremendo regaño de su jefe. — Menudos huevos tiene este muchacho… –susurró el señor Bang sonriendo. El pálido tomó asiento a mi lado de nuevo, mandó un mensaje en su teléfono y directamente lo apagó. — Le envié tu teléfono a mi madre, si pasa algo con Kyree te avisará a ti. Yo debo apagar el mio, no me apetece aguantar un sermón por el señor Park. Me limité a asentir. Ya eran pasadas las siete de la tarde y estaba agotada. Habíamos comido durante la gala, era lo bueno de estar en mesas y no asientos. Estaba cansada de estar sentada y sobre todo moría de hambre. No me gustó mucho la comida que dieron antes y para ser sincera en ese momento no tuve apetito por lo incómoda que estaba en el ambiente. Pero ahora ya estoy tranquila y me adapté un poco al lugar. Salí de mis pensamientos al escuchar el ruido de mi estómago, suplique ser la única al escucharlo, no quería quedar en ridículo. — Yo también muero de hambre –Susurró en mi oído, haciéndome estremecer — ¿Podemos ir ya a casa? –Pregunté de forma inocente mientras dejaba caer mi cabeza sobre su hombro y cerraba los ojos con cansancio. — Tenemos que quedarnos a la fiesta de después, pero podemos escaparnos ahora e ir a cenar a la pizzería de enfrente. Su plan me gustó, pero ¿podíamos hacerlo? No quiero que le regañen o algo por irnos. — ¿Podemos hacerlo? Él asintió mientras se levantaba de su asiento y agarraba mi mano. Se acercó a Bang para susurrarle algo al oído y a los diez minutos ya nos encontrábamos yendo a una de las salidas traseras. Él se había puesto una mascarilla y un gorro, lo mismo me obligó a mi a hacer. Además de ponerme un abrigo de los largos que son comunes aquí, los de fila concretamente. El también se puso uno igual, supongo que con intención de tapar su traje para disimular. Al parecer esto debía hacerlo más a menudo en predicaciones y seguramente con los chicos. Cruzó la calle, pasando por detrás de los paparazzi que se amontonaban en la puerta esperando ansiosos la salida de algunos famosos. Nos adentramos en la pequeña pizzería, Mingi se encargó de hablar con el gerente, mientras que a mi me mandó sentar en la mesa al fondo del local. Lo observé desde allí, al perecer le dio algo al gerente, vi como sacaba de su chaqueta algo y se lo daba. Después volvió conmigo, acompañado del gerente que se encargó de poner un separador para que nos diera más privacidad y estuviéramos separados del resto de clientes normales. Osea que me quedó claro que Mingi les dio alguna clase de soborno o propina a cambio de privacidad. — Ya puedes quitarte la mascarilla, toma mira que quieres comer. Me paso la carta del restaurante, me concentré en leer la cantidad de pizzas que había. Me sería difícil decidirme por una. Luego recordé que estamos en corea y que aquí la mayoría de pizzas son de varios ingredientes y tipos en una misma masa. Por lo que puede ser una barbacoa, una cuatro quesos y hasta una marinera juntas. Pero aún así sería mucho para mi, por lo que me quedé mirando al chico, quien estaba concentrado en la carta. — ¿Por qué me estás mirando, Haelyn? –preguntó en un todo divertido sin apartar la vista de la carta. — No se que pedir… — Pude lo que quieras, p**o yo. Deberías aprovechar. No me gustaba la sensación de ser una mantenida. Siempre paga todo y no me gusta deber nada a nadie, cosa que con el estoy dejando pasar. Ya le debo tantas cosas que no sé cómo voy a devolverle tantos favores. — Ya te debo muchas cosas, ¿cómo voy a devolverte todos los favores? — Se algunas formas de devolver favores… ¿Qué estás dispuesta a hacer? –preguntó de forma traviesa y elocuente. Su tono travieso me pilló por sorpresa. Podía jurar que mis mejillas estaban rojas como un tomate. Él sonrió divertido, negando con la cabeza. A tomado alcohol durante la gala, deduzco que de hay su sonrisa traviesa y su aura divertida. Según los chicos, él antes tomaba mucho alcohol, demasiado según Kook. Pero desde que vivo en su casa, apenas le he visto tomar más que cervezas o alguna copa de whisky un fin de semana, que es cuando yo no trabajo y estoy en casa con Kyree. Supongo que no toma mientras está a cargo de Kyree, por eso espera al fin de semana. Esta vez se dejó llevar por las emociones y el agobio que se sentía en la gala y tomó varias copas de más. — Claro, puedo devolverte el favor con una patada. Seguro eso te gusta… Él no era el único que podía divertirse intentando avergonzarme. — No tengo fetiches raros, señorita Monner. Soy más tradicional en el ámbito íntimo. –confesó aún travieso. — Qué lástima entonces, en mi caso me gustaría probar cosas nuevas. Supongo que ya tienes una edad avanzada para lo moderno que es el mundo s****l hoy en día. — ¿Me estás llamando viejo? Solo nos llevamos cinco años. — ¿Solo? Aparentas más edad, entonces. –bromeé intentando molestarlo. — Mocosa grosera, respeta a tus mayores. Me veo en la obligación de regañarte y ahora elegiré yo la comida, perdiste tu oportunidad. No pude evitar reírme al oír su todo de indignación y claro todo de Satoori de Daegu. Es muy gracioso cuando utiliza su acento natal. Él pidió la comida, junto con un vino y una botella de agua. Según él, necesitaría estar borracho para aguantar más horas de gala. — Seguramente terminé borracho, esta vez te pediré que me cuides. Serás la adulta este rato ¿Vale? Asentí con la cabeza, mientras comía un trozo de pizza y él se tomaba una copa de vino relajado. No es una persona violenta, por lo que no me preocupa tener que cuidar de él. Ya parece estar bastante feliz y cariñoso, cada dos por tres me sonríe y me aprecia de su pizza ya mordida. Incluso una vez me ofreció los bordes, porque él no se los come. Al terminar de cenar, una hora después, él pagó la cuenta y nos preparamos de nuevo para entrar en la gala. Justo se estaba presentando jessi con Jackson, amo la música de jessi. Soy muy fan de ella. Me quedé atontada mirando como esa mujer brillaba por sí sola, con su firmeza y su seguridad. Admiraba tanto lo fuerte que era ella. La gala continuó hasta medianoche, los chicos habían desaparecido y el señor Bang también se había ido. Para salir del lugar tuvimos que pasar de nuevo por la alfombra roja, allí el coche de antes nos recogió. Este nos llevó hasta la empresa, donde nos dejó donde estaba el coche de Mingi. Me tocaba conducir, algo que no suelo hacer. El chico iba bastante contento, demasiado diría yo. Me costó subirlo al coche, ya que no se separaba de mi diciendo que si lo hacía moriríamos por una bomba letal enviada por los alemanes… no se que clase de películas se está montando en su cabeza. Durante el trayecto a casa de sus padres, él fue cantando y apretando mi mejilla cada que podía. Di gracias de llegar sanos y salvos a la casa de sus padres. Baje del coche para recoger a Kyree, pero no contaba con que él también bajará del coche y me levantaba en brazos como si fuera un saco de patatas. — ¡Mingi! ¡Suéltame! Me ignoró por completo, su padre abrió la puerta de la casa. No pude ver la cara del hombre, ya que lo único que veía era la la espalda del chico y él coche que habíamos dejado atrás. Me espanté cuando entramos en la casa y vi por fin al hombre de brazos cruzados mientras nos alejabamos por el pasillo. Mingi entró en una de las habitaciones y me soltó en la cama.
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