Mire con curiosidad la habitación, al parecer es la de Mingi cuando era adolescente por las fotos y posters que tiene. Esta decoradas de forma bastante adolescente, es gracioso ver las fotos que tiene de su graduación o de sus primeros años en Seúl.
Mi vista se centró al fin en Mingi, cuando él empezó a desvestirse. Me espante al instante levantándome de la cama y frenando lo.
- No, no, no, ¿¿qué haces??
- Quitarme la ropa para dormir ¿qué haces tú?
- Debemos volver a casa, Mingi.
Él negó en rotundo, me hizo sentar de nuevo en la cama y continuó quitándose con dificultad la camisa que llevaba. De la borrachera que llevaba no podía ni desabotonar los botones. Me aguantaba la risa, mientras él ponía un adorable puchero de frustración.
- ¡Ahg! No puedo quitarme esto. -gruño molesto. - Desnudame, Haelyn.
Lo cómico es que justo cuando dijo eso, su padre estaba en el marco de la puerta, detrás de él. El hombre se mantenía de brazos cruzados. El señor Moon es un hombre bastante serio y se ve muy tradicional. Me aguantaba la risa como podía, pero era muy, muy difícil.
- ¿¡Moon Mingi que se supone que haces!?
El chico pegó un salto del susto que se llevó. En mi caso seguía atenta a la cómica escena ante mis ojos.
- Appa...
- Vayan a dormir anda, lo necesitas... que vergüenza de hijo, no se que hice mal como padre, ninguno me salió normal.
El hombre se alejó por el pasillo renegando. Me tomé la libertad de cerrar la puerta de la habitación.
- Pon el seguro, no quiero madrugar mañana y si está abierto mi mamá me despertará. - dijo con un tono infantil y acompañado de un puchero adorable.
Obedecí, cerré la puerta con seguro. Más que nada porque tampoco me parecía cómodo que su madre pudiera entrar si vamos a tener que dormir juntos en una cama de una persona.
- ¿Me ayudas, Lyn?
Me sorprendió que me llamara Lyn y no por mi nombre completo, no es algo que él haga.
Me acerqué a él y empecé a desabotonar su camisa, botón a botón, bajó su atenta mirada.
- Puedo besarte
Levanté la mirada ante sus palabras.
- Yo no...
- Lo siento ¿Sonó a pregunta? Porque no era una pregunta, era una advertencia.
Su mirada era diferente, estaba más oscura de lo normal, entiendo que es por el alcohol ingerido. Dio varios pasos hacia mí, intentando acortar distancias, pero eso me hizo retroceder hasta chocar mis talones con la cama. Trague en seco cuando paso sus brazos por mi cintura. No estoy preparada para esto, creo que no lo estoy.
Él está borracho y esto no está bien. Me siento asquerosa por querer caer en sus encantos.
- Es momento de dormir, Mingi.
Él ladeo su cabeza curioso. Suspire con pesadez, mientras me centraba de nuevo en su camisa, continúe con los botones de su camisa.
- Te ayudaré con el pijama y a dormir.
Fui tajante a pesar de estar hecha un manojo de nervios. No sé cómo pude decirlo sin que mi voz temblara ante las caricias de sus manos en mi cintura.
- ¿Dónde tienes el pijama?
Señaló con la mirada el armario, era pequeño, típico de madera con dos puertas. Aparte con sutileza sus manos de mi y caminé hacia este cuando terminé con su camisa. Dejé esta en la silla y me centré en el armario, evitando mirarle.
Busque algo cómodo para dormir para él y también algo para mi, si dormiría aquí necesitaba estar por lo menos cómoda.
Cuando me giré para darle la ropa, esta se me cayó al sueño mientras me llevaba las manos a la boca por la sorpresa.
- ¡Por dios Mingi! Vístete ahora mismo, ¡no puedes dormir desnudo! -Grité en susurros para no despertar a nadie.
- Tengo calor... ¿No te parezco atractivo?
- Si.. osea no, no. Ponte la ropa ahora mismo.
- Ponmela tu, si tanto quieres que lo haga.
Definitivamente Mingi borracho era un adolescente hormonado y sin ningún tipo de pudor. Negué con la cabeza llevándome la mano al puente de la nariz.
- Eres peor que un niño...
Agarré la ropa del suelo y me acerqué a él. Por su parte, me regaló una gran sonrisa triunfadora. Lo ayude primero a ponerse la camiseta, si eso fue difícil, peor aún sería el pantalón, más porque no deja de tambalearse.
- Creo que después de esto ya te he devuelto todos los favores que me hiciste... ¿cómo me quito ahora está imagen tuya de mi mente?
- No la quites, por lo menos te alegro la vista.
- Ya ve a la cama, necesito ponerme por lo menos una camiseta para dormir y quitarme esta cosa apretada.
- Adelante, yo te observó.
Tomó asiento en la cama, expectante. Si, es un adolescente que acaba de descubrir sus emociones.
Negue con la cabeza, en forma de negación. Me centré en intentar quitarme el top, lástima que este tenía la cremallera en la espalda. Jay fue el que me ayudó a ponerme lo antes.
Él sonreía como si supiera que yo no podía hacerlo sola. Esperaba tranquilo a que le pidiera ayuda. Renegue para más adentros y me acerqué a él, quedando entre sus piernas. Me di la vuelta dándole la espalda y aparte el pelo de la cremallera.
- ¿Puedes bajarla, por favor? -pedí tímidamente.
Escuché su risita traviesa y minutos después noté sus manos frías por mi espalda. Bajo la cremallera lentamente, como si quisiera torturarme más.
Pero todo quedó ahí por suerte. Me puse una de sus camisetas anchas antes de que se me viera de más. Cuando me di al fin la vuelta, él estaba aún mirándome sonriente.
- Debes quitarte el pantalón, para dormir.
Rodé los ojos, pero le obedecí. Suerte que la camiseta era más larga. El se acomodó en la cama, bajó las sábanas con dibujos de kumamon y dio varias palmadas esperando que me tumbara a su lado.
Mire la cama con un poco de incomodidad, es demasiado pequeña para los dos. Respire profundamente y dejé escapar el aire en un largo suspiro. Entre en la cama a su lado, con intención de darle la espalda y que él me la diera a mi. Supongo que fui algo ingenua, porque no creí que él se tomaría la libertad de abrazarme y pegarme completamente a su anatomía.
Sentía los latidos de su corazón en mi espalda. Iban muy rápido, por lo que deduzco que está nervioso.
El sueño y lo cómoda que me sentía, me impidieron quejarme. No sabía que pasaría mañana, pero estoy segura de que será un día raro.
Me quedé totalmente dormida oliendo el aroma que desprendía el chico, alcohol y perfume de hombre caro, un buen conjunto de aromas.
(♡~♡)
Pov - Mingi
Desperté al escuchar como llamaban a la puerta. Mi cabeza retumba, notaba los efectos de la resaca.
Levanté levemente la cabeza, separándome del cuello de la chica. Ella seguía durmiendo plácidamente bajo la protección de mis brazos.
No quería levantarme, pero la insistencia en mi puerta me obligó a hacerlo. Me levanté con sumo cuidado, pasando por encima de la chica para poder bajar de la pequeña cama.
Di un par de pasos hasta la puerta y abrí esta, encontrándome con mi madre y el pequeño Kyree en sus brazos. La mire arrugando la frente.
- ¿Qué quieres Omma?
- ¿¡Cómo que, qué quiero!? Llegaste muy tarde anoche y tu padre me dijo en las condiciones que te vio. ¿¡Ves eso normal a tu edad!? Y mírate aquí en paños menores ¿¡Qué haces en boxer Mingi-aah!?
Me di cuenta de que estaba prácticamente desnudo, solo llevaba unos tristes boxer de cuando vivía aquí. ¿Cuándo me quite la ropa..?
Ahh ya lo recuerdo... Fue cuando empecé a sudar horrible por el tremendo calenton que tenía.
Mi madre reparó en la escena tras mi espalda y malinterpreto todo, como toda madre histérica y dramática. Aunque la escena no ayudaba. Toda nuestra ropa estaba esparcida por el suelo, yo estaba semidesnudo y Haelyn también... su pierna está a la vista y es obvio que no lleva pantalones.
Creo que sí es lógico que mi madre lo malinterprete.
- ¿¡Pero qué hiciste!? -susurró exaltada mientras me daba una colleja.
- No, no, omma no pasó nada.
Me dolía decirlo, pero no, no pasó nada y recordaba todo lo sucedido anoche. Creo que hoy pasaré mucha vergüenza delante de Haelyn y delante de mí padre.
- ¿Crees que soy estúpida? No puedo creer que vengas a hacer cochinadas a nuestra casa, Moon Mingi.... Me alegro de que tengas a alguien, pero no es necesario que me enteré de tus cochinadas. La próxima te buscas otro lugar.
Parecía un regaño, pero ella estaba sonriendo. Por lo que no entendía nada.
- Pero yo no hice...
- Por otro lado, como dije me alegro de que al final tengas a alguien. ¿Se protegieron?
- Omma por dios, no hicimos na-
- Uf no me importa, no sabes lo que deseo un nieto. Kyree despertó mis instintos de abuela, no tardes en darme un nieto, ¿¡me escuchaste!? A este paso moriré sin ver descendencia.
La vi alejarse por el pasillo mientras le hablaba al pequeño. Solté un largo y sonoro suspiro, para volver a cerrar la puerta y dirigirme de nuevo a la cama. Necesitaba dormir más.
Pase de nuevo por encima de Haelyn y me acomode en la misma posición, volví a esconder mi cara en su cuello, en busca de calor y acomodé mis brazos rodeándola.
(♡~♡)
El día pasó rápido, la mayoría parte del tiempo estuvimos durmiendo. Despertamos pasadas las dos de la tarde. Haelyn se puso los pantalones de anoche, pero se quedó con mi camiseta. En mi caso pude coger ropa de mi antiguo armario.
Mi madre insistió en pasar la tarde los cinco juntos, Haelyn estaba un poco incómoda y lo entiendo perfectamente. Agradable no debe ser tener a mi madre todo el rato detrás y tratándola como si fuera una marquesa. Creo que mi madre no sabe lo que es disimular y no agobiar.
- Ayer estuvimos viendo la gala, hacen una gran pareja en televisión.
A eso me refiero con agobiarla, además de tirar indirectas muy directas.
Decidimos volver a casa pronto, Haelyn no trabajaba hoy y yo tampoco, pero estábamos agotados del largo día de ayer y tampoco habíamos podido mencionar algunos temas que pasaron anoche.