Tomé asiento en la maldita silla, justo frente a John. Había dejado el carrito a un lado y Holly se mantenía bajo el carrito del demonio.
— Tengo algo de prisa, debo grabar un programa de baile con los trainers. –tiró su mochila en el asiento de al lado, mientras se cruzaba de brazos.
Seok es tan irritante desde lo sucedido. No soporto a ninguno de los dos. John por su parte estaba con los codos apoyados en la mesa y mirándome de forma divertida.
— ¿Qué te hace tanta gracia? –solté molesto.
— La macha de babas de tu camisa y que lleves un chupete agarrado a ella.
— Es cierto que eso es gracioso. ¿Mingi niñero? Quién lo diría… –Sé burló Seok sin ningún tipo de pudor.
— Ya no discutan niños, estamos aquí para trabajar en equipo.
Bang intentó calmar las aguas, pero era algo difícil.
— No entiendo qué hago yo aquí, sinceramente.
Bang se centró en mí, con su típica sonrisa. Con él es imposible discutir.
— Sencillo, como sabrán pronto saldrá nuestro primer grupo mixto. Aún necesitamos prepararlos para salir a la luz y ustedes son los mejores monitores que puedo encontrar.
— Con eso Mingi no tendrá problema, le encanta andar de niñero. –Bromeó de nuevo John, consiguiendo hacer reír a Seok.
Rodé los ojos por lo infantiles que estaban siendo. Lo peor es que al hombre que debería ser el maduro aquí, le hacía gracia.
— Que gracioso, deberías retirarte como compositor, para sacarte el título de payaso.
Mi comentario cabreo a John, quien dio una fuerte palmada en la mesa. El sonoro ruido que hizo, despertó a Kyree de mala gana y alteró a Holly quien empezó a ladrarle enfadado.
— Genial, lo despertaste. Además de payaso, inmaduro y sin autocontrol.
Me levanté en dirección al pequeño y lo agarré con cuidado en brazos. Con el chupete que tenía enganchado en la camisa intentaba calmarlo.
— Toma asiento, Mingi. Será más cómodo atenderlo.
Obedecí al señor bang, mientras mi furiosa mirada estaba puesta en Kim John. El llanto del demonio poco a poco fue parando y el hombre pudo continuar.
— Cómo iba diciendo, necesito que ustedes tres, entrenen y preparen a los seis chicos. Son tres chicas de catorce, quince y diecisiete. Tres chicos de catorce, dieciséis y diecisiete. Como dije es un grupo mixto y espero que para el año que viene puedan debutar oficialmente, con vuestra ayuda.
— No creo que sea buena idea, Bang. Nosotros ya no somos un grupo y buena relación no tenemos. Yo puedo darles clases de baile, pero trabajar con Mingi no es algo que esté en mis planes.
— Tampoco en los míos, Seok. Por fin estamos en algo de acuerdo. Bang, esta idea es terrible. Prefiero trabajar con otros artistas, a ellos.
— Pero yo quiero que trabajen juntos, porque son los mejores en sus ámbitos. Los tres antes cuando trabajaban hacían arte y se comunicaban como si hubieran sido creados para ello… No les quiten la ilusión de debutar a esos niños, ustedes fueron como ellos. No sean egoístas.
Me levanté de la silla, llevándome la mirada de los tres.
— Me lo pensaré, necesito tiempo para pensar bien.
Le hice una reverencia al señor Bang y agarré el carrito con dificultad, para salir de la sala. Fui directamente a mi estudio, donde me enco tres en la puerta a Jun. Me ayudó a entrar y ambos tomamos asiento en el sofá de cuero n***o.
Dejé escapar un largo suspiro, mientras miraba a Kyree. ¿Cómo puede chantajearnos así? Esa forma de dar lastima por esos chicos… es un chantaje en toda regla.
— ¿Hyung? ¿Qué te tiene tan pensativo?
— ¿Escuchaste lo del nuevo grupo? –Él asintió con la cabeza, mientras jugaba con la mano del demonio. – Bang quiere que trabaje con Seok y John, siendo sus "tutores", profesores o como mierda le quieras decir. La cuestión es que quiere que les enseñemos y aconsejemos, como equipo.
El menor se echó a reír, mientras se dejaba caer en el respaldo del sofá.
— Sabes qué Bang lo hace aposta ¿cierto? –Se puso en pie y agarró la pelota de Holly – Pero también es cierto que ustedes tres, son los más veteranos en esto. Tu mismo me has enseñado todo lo que sé y Seok en el ámbito del baile. Con John no tuve la oportunidad de coincidir tanto, pero sí ayudó mucho a Binnie.
— ¿Crees que yo sería bueno? No me llevó bien con los niños.
— Hablo el hombre que tiene un bebé en brazos. Ahora pareces el dios de los bebés, vas preparado para cualquier situación con Kyree. Llevas siempre dos chupetes encima, uno colgando de tu camisa y otro en el bolsillo, por si fuera necesario… Ahora en tu bolsa, no llevas otra cosa que no sea el peluche de gatito, toallitas y ropa de recambio para el.
Todo eso lo fue enumerando, mientras lo iba sacando de mi bolsa. Antes solía llevar mis libretas de notas, un libro por si me daba por leer e incluso champús para cuando me quedaba aquí a dormir.
— No es lo mismo, esos niños tienen de catorce a diecisiete años.
— Cuando nos conocimos, yo tenía quince, hyung. Estuve bastante tiempo de trainer.
Eso era cierto, él fue aprendiz por varios años, hasta que Bang supo en qué grupo ponerlo.
Pase la hora encerrado en el estudio, Jun se quedó un rato, pero tuvo que volver con su grupo. Kyree estaba tranquilo en el carrito y Holly a su lado mordiendo su pelota.
Estaba todo demasiado tranquilo para la maldita noche que me había dado ese demonio. Me dio tiempo a terminar la base de una nueva canción de Kook, solo faltaba que él organizará su agenda para poder empezar a grabar. La letra también estaba lista, la compusimos entre los dos.
En esta canción, Kook quiso centrarse en las emociones de dolor que sintió cuando su familia se disolvió, pero también, plasmó como lo superó y fue feliz con las personas que más apreciaba.
Es una canción llena de sentimientos, una canción simplemente hecha para su voz.
Salí de mis pensamientos cuando me llegó un mensaje. Busqué mi teléfono entre los papeles que tenía en el escritorio y entré al chat de Haelyn. La tengo agregada como la vecina insoportable. Algo largo, pero gracioso. Así siempre se que es ella, cuando es tan largo el nombre.
Me puso un simple "Ya salí". Es bastante seca por mensajes. Pero no puedo juzgarla, porque yo lo soy en persona. Lo que sí me molesta es cuando me deja en visto, lo peor es que lo hace mucho.
Agarré mis cosas y salí de mi estudio con el carrito. No esperaba encontrarme a Namjoon en la recepción discutiendo con su mujer y delante de su hijo, quien lloraba asustado.
No sé a qué venía la discusión, pero es algo grave, por lo molesto que está John. El no era consciente de mi presencia, y la verdad, me quedé quieto admirando la ridícula escena.
— Eres increíble Kwon Joo-Ri, ¿¡Cómo te atreves a hacer algo así!? –Gritó más que furioso, señalandola con el brazo.
La mujer me parecía muy sobreactuada, nunca me agrado. Siempre sentí que se acercó a John por quien era y cuanto tenía.
— ¡No quiero verte en serio! Me tienes cansado, no puedo estar toda la puta vida pendiente de lo que gastas y de lo que haces a mis espaldas. ¿Quieres tirarte a otro? ¡Pues hazlo! pero deja de tocarme los huevos y no toques a Kim Jou.
El niño se asustó más al escuchar los gritos que esos dos soltaban sin tapujos. Llegó un momento que John ya estaba muy fuera de sí y no parecía estar muy sobrio para llevar la situación. Me acerqué a él, en cuanto sentí que su cuerpo se tensaba y su mano hizo el amago de levantarse.
Lo frené y me encargué de sacarlo de allí, con ayuda del recepcionista. Lo que más me jodió, fue tener que llevarme a John llorando. La cara de Haelyn al vernos será todo un poema.