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1253 Words
El chico me seguía los pasos, mientras intentaba llegar a mi estudio y encerrarme allí para evitarlo. Odio trabajar con John o con Seok. Lo evitó a toda costa, de hecho sólo los atiendo cuando me envían correos con lo que necesitan y lo hago porque es trabajo y una obligación. Si no ya me pueden comerme los huevos, que de mi no consiguen nada. Entro en mi estudio, sin respetar mi espacio y consiguiendo molestarme de verdad. — Necesito que revises y aprietes esto, Mingi. — Envíamelo por correo, ya lo sabes. Me acomode en mi silla aún con el demonio con pañales, se había calmado un poco, pero seguía inquieto. Lógico viendo la tensión en el ambiente. — Tengo que explicarte algunos trozos, debo estar presente. No te llevará nada de tiempo, y te dejaré tranquilo con el bebé de la loca… no sabía qué necesitabas dinero, ahora haces de Niñero. — Me están entrando unas ganas de partirte la cara, inmensas. Lárgate de aquí, por favor. –Giré la silla para dejar de mirarlo y centrarme en encender mi equipo. — No voy a irme hasta que termines eso. — Bien, eso quieres. Pues ya está, lo apruebo. Puedes irte. — Ni lo has escuchado. Esto no va así, olvida el pasado por un momento, esto es algo profesional, se profesional. No pude evitar reír, girando de nuevo la silla para enfrentarlo. Mi paciencia se agotó. — No puedo creer lo hipócrita que eres… ¿En serio tú me estás hablando de profesionalidad? El tipo que hizo que su grupo se disolviera, y prefirió salvarse el culo dejando al resto en la calle, me habla de profesionalidad… Que te jodan, John. — Mira Moon, créeme que si no necesitara tu puta aprobación, no estaría aquí. Pero me debo joder y verte la cara para que apruebo todo lo que hago. — El karma hizo su trabajo. –Sonreí con arrogancia mientras me daba de nuevo la vuelta. — Por favor, Mingi. ¿Qué debo hacer para que me apruebes esto? — Discúlpate con Kook, él no tiene la culpa de haber visto un ídolo en ti y haberse llevado un tremendo golpe, al darse cuenta de la mierda de persona que eres. — Kook no me habla y siempre que nos cruzamos hace como si yo no existiera. Me pareció increíble su tono de indignación. — ¿Y eso te sorprende después de lo que hiciste? Eres un egoísta hipócrita, ni una pizca de vergüenza o arrepentimiento tienes… Ven mañana, lo revisaré y me llevaré el cincuenta por ciento de la comisión. — Bien, el cincuenta por ciento. Vendré mañana. Por fin salió de mi estudio. Recargué la espalda en el respaldo y solté un largo suspiro lleno de cansancio. — Le odio tanto, en serio. El bebé se limitaba a babear, mientras se le escapaba el chupete. Tuve que acomodarlo de nuevo en su boca, le dejé el peluche de gatito encima y me centré en la pantalla, mientras tecleaba con la mano libre. Haelyn no tienes dinero en el mundo suficiente para pagarme esto. Estaba concentrado mientras trabajaba, hasta que escuchó la puerta abrirse. Giré la cabeza encontrando a Jun sonriente. Era con el que más hablaba del grupo de mocosos no tan mocosos. Los más mocosos son los chicos de hypen. — Mingi~ –Sonrió mientras tomaba asiento en el sofá de mi espalda. Con el no uso un lenguaje formal, nos tratamos de forma más cercana, como si yo fuera su hermano mayor. — ¿Qué haces aquí, Jun? Deberías estar en los ensayos. — binnie hizo descanso para comer. — Aún es pronto para comer… Ese chico me recuerda a Jin hyung. — ¿Qué tienes en brazos, hyung? – preguntó curioso, mientras alzaba la barbilla. Me vi en la obligación de girarme. Sus ojos se abrieron haciendo muy evidente su sorpresa. — Un bebé… ¡Oh dios mío, felicidades hyung! Ya creí que el único niño en tu vida seríamos Holly y yo. — No eres un niño, Jun… — Solo tengo diecinueve años, soy prácticamente menor, así que, eso me convierte en el único niño a tu lado… los demás no cuentan, porque yo soy tu favorito. Me hice más cercano a Jun cuando perdió a su abuela, la única familia que le quedaba. Sus padres fallecieron cuando él era pequeño y vivía con su abuela. Cuando la mujer no pudo dar más de sí, Jun acudió a mi buscando consejos para ayudarla. Lástima que no pudiéramos hacer nada por ella, más que acompañarla sus últimos días. A él le daba miedo estar solo con ella y que le pasase algo malo estando solo. Por lo que empecé a ir con él a visitarla y fuimos entrando en más confianza, hasta el punto de llevarlo en las vacaciones de Navidad con mis padres. Ya lleva tres años celebrando la Navidad en mi casa y las fechas importantes, como su cumpleaños o el de mis padres. Se podría decir que prácticamente lo adoptamos como un m*****o más de nuestra extraña familia. — Ya no eleves la voz, le harás llorar. –Le regañé, mientras el miraba curioso al pequeño. — Wah se parece a mí… tuviste un hijo muy guapo, hyung. ¿Por qué no me dijiste nada? ¡Lo has robado! –Grito acusando me con el dedo. — No digas tonterías, y no grites, te dije. ¿Por qué querría yo robar un mocoso? — Porque yo estoy creciendo y ya tienes antojo de un niño nuevo al qué enseñar. — No digas tonterías, me costó la vida entenderte, como para pillar otro y más pequeño aún… No es mío, solo le hago un favor a una… ¿Amiga? No se como debería llamar a esa loca. El chico se tomó la libertad de agarrar la pequeña mano del demonio, mientras sonreía mirándolo. Mis emociones con Jun, son similares a las que siente Jin con Kook. Discutimos muchísimo, pero el una de mis debilidades, como Holly. — ¿Una amiga? Es la primera amiga que confirmas después de CL… — Jessi también es amiga. –Intenté defenderme. — No lo es, Jessi es compañera de trabajo, no la consideras una amiga. – Agarró una de las sillas con ruedas y se pegó a mi, tomando en las manos el peluche de gatito – Quiero conocerla, hyung, me da curiosidad. — No digas tonterías, tú concéntrate en los ensayos, Jun. — Tengo vacaciones este fin de semana, voy a dormir en tu casa y como no me dejes se lo diré a la tía Minmin. — No serás capaz de llamar a mi madre para eso… — ¿Seguro? Hace una semana que no hablo con ella, seguro le gustara que le llame… Sabe cuáles son mis puntos débiles, aún a mi edad, le temo a mi madre. El ganó, se quedaría el fin de semana en casa. Pasó el rato conmigo y me ayudó con el demonio. Mientras trabajaba, él se hacía cargo de distraer al pequeño. Pasadas las dos horas, recibí un mensaje de Haelyn. Simplemente me puso un "Ya". Que significa que ya terminó con la sesión. Me despedí de Jun y del resto de su grupo y salí del edificio con el pequeño. Tuve que pedir ayuda al señor Bang, quien casualmente encontré en el parking. Mientras él sujetaba al bebé, yo me pegaba casi literalmente con el coche para volver a acomodar bien la dichosa sillita del coche…
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