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1438 Words
Me sentí como un estúpido. Cuando estaba tan cerca de ella sentía una extraña sensación de deseo por besarla, quería hacerlo de verdad, aunque me estaba reprimiendo todo lo posible para evitarlo. Por una parte estoy agradecido con Kyree, pero por otra parte me dan ganas de tirarle por la ventana. Me tuve que ir a toda prisa de su habitación, hice la cama rápido. Porque me da toc que estén deshechas, problemas de convivir con Jun. Al entrar en mi habitación fui directamente al baño, necesitaba bajar el dichoso calentó del momento. Después de aliviar me en la ducha, empezaron los remordimientos. ¿En serio me había masturbado pensando en ella? Definitivamente estoy mal. No puedo ver de esa forma a Haelyn, ella aún tiene que superar su pérdida y tiene un bebé, joder, Mingi no puedes hacer eso. Cuando salí del baño en toalla me espanté al ver a Kook con el pequeño en brazos. — ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Haelyn? — Dijo que debía llamar por teléfono a una de las madres de su club para no sé qué de la lactancia y dolor. — Está bien, deja al bebé en la cama y puedes irte. Comenté desde el vestidor, mientras buscaba que ponerme. No tarde en elegir algo simple y volví a la habitación. — ¿Por qué me echas, Hyung? No venía a dejarte a Kyree, solo venía a avisarte de que no entres en la habitación de Haelyn, ella misma pidió que no entraramos porque estaría haciendo no se que de un masaje o algo así raro. — Yo me quedo con el demonio. — Yo también quiero quedarmelo. — Soy el mayor, yo lo cuido. — Pero Lyn me lo dejo a mi. El idiota seguía insistiendo en quedárselo el. — Bien, pues que el elija. Ya gatea medianamente, que él mismo elija. El chico dejó al bebé sobre la cama, justo justo al medio. Ambos nos pusimos en cada lado de la cama, para intentar llamar la atención del pequeño. Los dos empezamos a llamar al pequeño, Kook hacía gestos raros para hacerle reír, mientras que yo agitaba su peluche favorito de gatito. Kyree reía mientras nos veía hacer el imbécil. Sonrisa como idiota emocionado cuando el bebé cayó despacio para mi lado. El pequeño me sonreía de forma tan adorable. Lo agarré en brazos y me tomé la libertad de depositar un pequeño beso en su mejilla. — Esto es indignante, no es justo hyung… ¿Cómo haces para que no lloré contigo? — No lo sé, solo le agrado. — ¿Te has parado a pensar que tal vez Kyree te vea como su padre? — No tiene conciencia, solo se queda con mi olor y lo reconoce. — Los bebés no son idiotas, hyung. Diferencian a sus padres de otras personas, se ve cuando llora… a mí no me reconoce, por eso llora cuando está conmigo o con tae. Pero contigo es como si te conociera de toda la vida — Tal vez sea porque paso muchas más horas que vosotros con él. Y soy el que se encarga la mayoría de noches de atenderlo, bañarlo y cambiarle el pañal. — ¿Y comerte con los ojos a su madre, entra? — No digas estupideces, Kook. Deje al bebé en la cama, para poder empezar a vestirme, aún con la atenta mirada de Kook en mi. — No son estupideces, eres muy obvio. Le miras el trasero siempre que puedes y encima no sabes disimular. — ¿A dónde quieres ir a parar con eso, Kook? — No se, ¿a donde quieres llegar tu, con ella? ¿A dónde quiero llegar yo con ella? Ni yo mismo lo sé, lo único que tengo claro es que no es el momento y no quiero arruinar lo que tenemos ahora, por una estúpida calentura. — No hay nada, de verdad. — Pues solo te advierto, contra más lo ocultes, más te dolerá cuando ella se vaya… — Cuando ella se vaya, empezará una nueva etapa de su vida y yo no pinto nada ahí, más que ser el vecino que estará para escucharla y para cuidad de Kyree. No hablamos más del tema, porque literalmente lo saque de mi habitación. Ya me incomodaba tanta pregunta. Me dejé caer en la cama, al lado del pequeño. Sonreí como dieta cuando él no aguantó su peso y cayó sobre mi pecho. Aún no es capaz de aguantar el equilibrio y su cabeza. Lo agarré con cuidado y lo dejé tumbado encima de mí. — ¿Por qué eres tan adorable? Odio que me lo pongas tan difícil… Salí de la habitación con él en brazos, cuando me entró hambre. Preparé el desayuno con una sola mano, ya que con la otra sujetaba a Kyree en brazos. Él pequeño tiraba de mi collar, mientras babeaba mi ropa y hacía extraños ruidos con su boca. Me preparé un simple café americano con hielo y un poco de ramen, ya que no tenía ganas de preparar nada más. Pero moría de hambre. Prepare de más, para que Haelyn también desayunara. Deje a Kyree en su columpio de bebé, con Holly al lado. Acomode la comida en la mesa, mientras sentía la atenta mirada de Kook. ¿Qué tanto está haciendo Haelyn? ¿Por qué está tardando tanto? Me encamine hacia su habitación y llamé a la puerta, no obtuve respuesta pero sí que la escuchaba hablar con alguien. Pegué mi oreja a la puerta, pero eso no fue una buena idea, ya que empuje sin querer la puerta abriendo la. Mis mejillas en ese momento ardieron de vergüenza, por la incómoda situación. La chica tardó en actuar por mi intrusión. Se tapó los pechos a toda prisa con las manos, mientras yo me daba la vuelta. — ¡Lo siento, lo siento! — Les advertí que no entrarán… — Fue un accidente, lo prometo. Solo quería avisarte para desayunar, no pretendía verte desnuda y grabando te. Hasta mi voz temblaba de los nervios que la situación me provocó. — ¡No estoy haciendo nada cochino! de verdad, no es nada subido de tono o algo así… Es una videollamada con Sunhe Me gire de nuevo para verla, la mujer estaba en la pantalla, me saludó agitando sus manos. Haelyn seguía cubriendo sus pechos con sus manos, así que agradable no era. — Le estoy enseñando algunos trucos para aliviar los dolores, según tengo entendido no quieres que ella vaya al masajista. –El tono utilizado por Sunhe era irritante, tiene la voz muy chillona. — Son caros, y no creo que sea fiable que un desconocido de masajes tocando pechos a mujeres. –Me defendí, cruzarme de brazos. — Ay pobre Lyn, vive con un cavernícola. ¿Cómo lo aguantas querida? ¿Aún mea en la puerta para marcar territorio? Siento que sea tu pareja, pero este chico vive en otra época. La chica se aguantaba la risa, admito que yo también lo hacía. Más que nada porque es imposible tomar en serio a esa mujer, con esa voz y con su personalidad en sí. — Si lo admito, soy un cavernícola, aún no me actualice, debo esperar a que me salga la nueva actualización a "estúpido que pierde dinero y deja que su mujer se someta a un incómodo encuentro con un tipo seguramente pervertido". Cuando salga, me actualizo, lo prometo Sunhe. No la deje argumentar, ya que colgué la llamada. — Esa mujer está loca. — El loco eres tú interrumpiendo así en mi habitación, ella me estaba ayudando. — ¿Ayudando a que? A enviarte con un desconocido para que se sobrepase contigo. — Me estaba ayudando a frenar el maldito dolor que siento en los pechos… eres hombre y no te haces una idea de lo doloroso que es tener que soportar el dolor que me produce Kyree al comer. Ella se levantó dándome la espalda, para poder ponerse una camiseta. Me sentí un poco mal, es cierto que no se porque lo que está pasando su cuerpo, pero si veo constantemente sus muecas de dolor cuando da de comer a Kyree o cuando sin querer se da un golpe en alguno de ellos. — Lo siento, no pretendía incomodarte… — No importa. –dijo tajante, mientras salía de la habitación dejándome solo. Está molesta, es evidente. Durante el almuerzo no me habló, simplemente comió y volvió a su habitación para cambiarse. La notaba bastante estresada y eso creo deducir que es por la terapia de hoy. Ya que no podrá saltarsela, ni poner ninguna excusa.
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