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1955 Words
Mi segundo mes en casa de los chicos, fue un torbellino de emociones. Me cerré bastante en banda, asistía a las sesiones de terapia, pero no terminaba de abrirme con la doctora. Mi único momento en el que salía un poco de mi constante estrés, era en el club de madres. Con ellas me sentía un poco más libre, a pesar de que apenas saben de mi. La mayoría piensa que Mingi es el padre de Kyree y que por eso viene con nosotros a la mayoría de reuniones. En cuanto al trabajo, cada vez hay más. Donghae entró en exámenes y por lo tanto, no podía estar mucho en la tienda. La mayoría de tardes estaba sola allí, hasta que él llegaba a las nueve de la noche. Me tocaba aguantar a los niñatos en sus vacaciones de Navidad, si, estamos en inicio de Navidad y la mayoría de estudiantes ya tenían vacaciones o estaban en semanas de últimos exámenes. No voy a mentir, me asusta estar allí sola. Pero necesito el dinero. Ya pague la otra mitad de la deuda con los caseros, ahora me queda arreglar los desperfectos de la casa y terminar de convencerlos de que me renueven el contrato. Espero que para el próximo mes, ya tenga de nuevo mi casa. Unos meses más y terminaré de pagar mis deudas. Así por lo menos podré quitarme uno de los pesos que llevo en la espalda. Mi situación con Mingi es neutra, pero Kyree cada vez es más apegado a él. Hay días en los que el chico pasa más tiempo con el bebé, que yo. La verdad, no sé cómo agradecer todo lo que están haciendo por mí los cuatro. Jun ya volvió a casa, de hecho fue esta semana. A penas he coincidido con él por la diferencia de horarios, pero todas las mañanas nos prepara el desayuno antes de irse. Jay está de viaje, con su grupo de amigos, grabando una serie de entretenimiento y Kook es el que más anda libre, dentro de lo que cabe, ya que se va a sus entrenamientos de boxeo o se entretiene dando clases de música a los trainers de su empresa. Por lo que se, la mayoría de veces acompaña a Mingi, para ayudarlo con su grupo. Desperté por la risita de Kyree, de nuevo la silueta de Moon Mingi me impedía ver la cuna del pequeño. El chico se acostumbró a dormir aquí, porque según él, yo duermo como un tronco y no escuchó al pequeño llorar, por lo que termina despertando lo. En mi opinión creo que le asusta o siente la necesidad de saber que Kyree está bien. Según Kook, Mingi está pasando por una crisis de paternidad. Como las crisis de edad, pues similar. Yo sinceramente no lo sé, pero sí que es cierto que anda mucho más pendiente del pequeño conforme va pasando el tiempo. También debo decir que nuestra relación está un poco rara desde lo que medio pasó la otra vez. Y en parte yo tengo algo de culpa, pero por lo que me dijo la terapeuta. Con ella supuestamente debo hablar todo lo que me inquiete o preocupé, y pues le comenté lo sucedido entre nosotros, ese posible beso que quedó en el aire. Y que yo no creí que fuera un beso, hasta que con ella comprendí la situación. No se si solo fue un calentón, del momento o si de verdad hay algo más detrás de esa acción que íbamos a realizar los dos. Lo único que tengo claro, es que no estoy lista para eso, aún debo centrarme en Kyree y en mí, para poder pensar en otra persona en mi vida. Me levanté antes que él y agarré en brazos a Kyree. Me dirigí al baño de la habitación de Mingi, para darle un baño. Llene la bañera y espere a que el agua estuviera a una temperatura apta para el pequeño. Cuando ya estaba listo, lo adentré en el agua con sumo cuidado. El empezó a reír al salpicar el agua. Adora jugar con el agua y es adorable. Lo que más hace ahora es llorar, según su pediatra pronto le saldrán sus primeros dientes. Al parecer va bastante avanzado en eso, ya que muchos niños no empiezan hasta los ocho meses. — ¿Qué es esto? ¿Un baño sin mi? Se quejó con diversión el chico de tez pálida y pijama n***o. Se agachó a nuestra altura y dejó sus brazos apoyados en el borde de la bañera. Es común que lo bañemos entre los dos, más que nada porque cada vez es más difícil hacerlo y conforme Kyree crezca, va a ser más difícil. El pequeño no para de moverse y se hace difícil poder sacarlo después y a la vez estar pendiente de que no se ahogue. Kyree sonrió al ver al chico y no dudo en chapotear el agua. No tarde en sacarlo, para secarlo rápido. El chico se quedó algo más en el baño, supongo que venía aquí para hacer sus necesidades y se encontró de golpe con nosotros dos. Lleve al pequeño de nuevo a nuestra habitación, lo deje en la cama, mientras él se metía en la boca la mano. Ahora le da por meterse las manos en la boca. Busque algo de ropa para él, hace bastante frío, por lo que opto por ponerle un body largo. Lo dejé ahí jugando con Holly, mientras me cambiaba de ropa. Hoy tenemos una especie de comida importante en la empresa de Mingi y los cuatro chicos van a ir, al parecer iba a realizarse el mes pasado, pero no se pudo por un imprevisto. Realmente no sé porqué Mingi me pidió que fuera con él, pero no puedo negarme ya que él me acompaña a todos lados. Cuando ya estaba lista, salí con el pequeño en brazos y con el canino siguiéndome los talones. Holly lleva viviendo aquí desde que su lazo con Kyree inició. El resto de chicos ya estaban listos, con sus trajes elegantes. Ayer me tocó ir de compras con Jun, ya que este insistió en que sería algo importante. Me compré algo elegante, pero simple. Unos pantalones de vestir, bastante elegantes, iban a juego con la americana y un top n***o, de encaje y tirantes con algunas transparencias. Luego llevaba encima la gabardina negra y los tacones negros. Me quedé un poco asombrada al ver a Mingi en traje, no era algo común de ver. Así que, me tomé el tiempo de apreciarlo, tal vez demasiado tiempo. — ¿Haelyn, nos vamos? –preguntó agitando su mano en mi cara. Asentí con la cabeza, intentando ocultar mi leve sonrojo por la vergüenza. Salimos de casa, para dirigirnos al parking subterráneo. Yo fui en el coche de Mingi, porque estaba preparado para llevar a Kyree. Jun, Jay y Kook irían en otro coche. No entendía el porqué de eso. ¿Por qué no vamos todos juntos si vamos al mismo lugar? — ¿Por qué no vamos todos juntos? –Mi tono curioso le hizo gracia. — Porque primero iremos a dejar a Kyree con mis padres. Su respuesta me dejó confundida. — ¿Qué? Creo que me perdí… ¿cómo que dejarlo con tus padres? — No vamos a una simple comida… Es una gala de premios… durará seguramente todo el día y lógicamente no podemos llevar a Kyree a un acto público y retransmitido en televisión internacional. — De nuevo repito ¿¡Qué!? ¿En qué momento pensabas decirme que no era una comida? — Pues… no he encontrado el memorando de confesarlo hasta ahora… pero tranquila, todo está en orden, mis padres llevan sabiendo que se quedarían con él, toda la semana. –hizo un parón, para poder girar el volante sin interrupciones y seguir conduciendo. –Todo está bien preparado, llevo la bolsa esa grande con todo lo necesario para él. — Me parece increíble que me mintieras… — No podía permitirme que te negarás a ir. Eso me enterneció un poco, bajando mi enfado. — No iba a negarme, sabes que os debo mucho, obvio que os acompañaría. –confesé, acomodandome en el asiento. — Ya… la cuestión es que… puede que vayas como mi pareja. — ¿Cómo tú pareja? ¿Por qué razón? — Porque… públicamente creen que somos pareja. El silencio incómodo inundó el ambiente del coche. El carraspeo, mientras se acomodaba mejor el cinturón, nervioso. En mi mente aún viajaba la palabra pareja y pública, ¿Cómo? ¿En qué momento nos hicimos pareja pública? El debió leerme la mente o la expresión extraña que estaba poniendo en la cara, ya que volvió a hablar. — Nos sacaron fotos una de las veces que salimos juntos para comprar o para cualquier cosa la verdad, no sé donde nos hicieron las fotos, pero estábamos juntos lógicamente… la cosa es que yo ese día no llevaba mascarilla y eso me delató bastante. Solté un largo suspiro, aún asimilando sus palabras. — Y las fotos fueron reveladas en revistas de cotilleos, dando una falsa noticia… Por eso digo que públicamente eres una especie de pareja. — Pero si voy contigo confirmaré esos rumores. No puedo permitirme salir en televisión, Mingi. — Hablé con Bang, el dueño de la empresa y con mi otro jefe. Es posible que les insistiera en que te contratasen como aprendiz de producción para el nuevo grupo… pero el acuerdo lo lleva mi otro jefe y este insiste en que debemos darle algo a cambio. — ¿Algo a cambio? No entiendo. — Una portada, quiere crear morbo con nosotros dos, para llamar la atención de la prensa y resaltar como empresa. Esto no lo hace Bang, él no es así. Debo obedecer, porque ese tipo también es mi jefe… — ¿Quieres decir que debo fingir ser tu pareja durante esta noche o el tiempo que sea necesario y me darán trabajo estable como productora? El asintió. El debate mental que me creo fue bastante grande. Fingir ser su pareja y poder tener el trabajo que sueño o negarme y seguir vendiendo ramen y tabaco a niñatos. — Aprendiz de productora –corrigió sonriendo, mientras apartaba el coche frente a una casa bastante bonita y tradicional coreana. Puse los ojos en blanco, mientras me cruzaba de brazos. Él se quitó el cinturón y se giró hacia mí, tomándose la libertad de agarrar mis manos. — De verdad que yo soy el primero en estar molesto con esto, no me gustan los circos mediáticos y menos ser el verdugo. Pero es algo bueno para ti y también para el grupo de trainers… Debo promocionar me como su productor y de verdad, me gustaría poder presentarte como mi compañera de trabajo y no como mi "pareja". — Está bien, lo haré. Lo haré por Kyree y por esos chicos. — Gracias, Haelyn. No entendí bien porque me agradeció, al fin y al cabo quien me consiguió como pudo un trabajo mejor, fue el. Dio un leve golpecito en mi pierna y bajó del coche. Se llevó consigo a Kyree, baje para saludar al señor y señora Moon. Fue un poco brusca la situación, al menos para mí. Porque no estaba preparada para este encuentro. Ambos Moon, parecían estar felices de que el pequeño pasará un tiempo con ellos. Soy consciente de que Mingi suele hablar con sus padres varios días a la semana por videochat y el pequeño Kyree suele estar con él, cuando lo hacen. Me quedé observando la bonita imagen que tenía ante mis ojos, Mingi aún cargaba a Kyree en brazos, mientras la mujer le tocaba las manitas al pequeño y los tres sonreían.
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