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Cuando llegué a casa, estaba agotada. Dejé a Kyree en el columpio y me tiré en el sofá. Mingi me había dejado en la calle después de haber comido en un restaurante cerca de casa. Él insistió en que fuera a casa con él. Pero no quise, me di una vuelta por la manzana dejando mi currículum en algunas estaciones de servicio o pequeñas tiendas. Ya sinceramente me ďaba igual de que trabajar, mientras tuviera un trabajo. Tampoco era la mejor forma de ir a buscar trabajo, con un bebé y siendo extranjera. Pero no me quedaba de otra, lo necesitaba. — ¿Cómo te fue? –preguntó Kook mientras tomaba asiento a mi lado. — No lo sé… pero me duelen las piernas. — ¡Mingi hyung! ¡Prepara la cena, Haelyn y yo tenemos hambre! –Gritó para que el chico que debía estar en su habitación, lo escuchara. Lo que yo no esperaba era que el chico apareciera con el pecho al descubierto y con una toalla al cuello. Puede que me quedara mirando como estúpida y creando imágenes nada conservadoras en mi cabeza. ¡Por dios Haelyn! Kenan se reiría de esto y haría alguna que otra broma. Para mí, él era la pareja perfecta. Era un chico agradecido con todo el mundo, adoraba poder ayudar con cualquier cosa por mínima que fuera. En cuanto al ambiente en pareja, el simplemente era un amor de persona. Se preocupaba mucho por mí, sin llegar a ser demasiado sobreprotector. Ambos teníamos la libertad lógica de poder tener otros amigos o de poder hablar con otras personas sin que hubieran celos o malentendidos. Él confiaba en mí y yo en él, plenamente. Recuerdo que siempre que veía un chico atractivo hacía bromas como si él fuera mi mejor amiga. Adoraba esas tonterías suyas y pensar que ya solo son un recuerdo, me rompe el corazón. En esta ocasión hubiera bromeado. Lo que me sorprendió de mi misma fue que me fijará en él como hombre y no como el idiota de mi vecino, como estaba siendo hasta ahora. Y eso me hizo sentirme mal. Todavía está muy presente Kenan. Me levanté bruscamente y me encerré en la habitación. Necesitaba estar sola. Pov - Mingi Me quedé confundido cuando la chica pasó por mi lado a toda prisa y se encerró en la habitación dando un leve portazo. — ¿Le has hecho algo malo, hyung? Se fue en cuanto te vio. — Que yo sepa no… Y si la deje en la calle fue porque ella quiso. — Hyung eres tonto, seguro ella quería que le hicieras compañía. Y tú la dejaste sola. — Pero si ella me dijo que la dejara sola y me llamó pesado. –Me crucé de brazos indignado. — Las mujeres siempre dicen lo contrario hyung. Si te dijo que te fueras, en realidad quería que estuvieras ahí… tú hazme caso, siempre haz lo contrario a lo que ella te diga. — No creo que deba fiarme mucho de la palabra del chico que le tenía pánico a las mujeres y que a las pocas que ha tenido cerca, son a las madres del staff… — Por eso se mucho, las chicas del staff hablan mucho entre ellas y se quejan constantemente de sus maridos. Es gracioso y entretenido. Rodé los ojos al verlo reír recordando cualquier tontería que dijera alguna del staff. Es tan infantil ese puberto. Pero ya me dejó la duda, ¿ella se enfado porque me fui? Pero fue ella la que me lo dijo. Que yo sepa no hice nada más que pudiera enfadarla… ¿Lo del pecho? No puede enfadarse por eso ¿No? Fue una tontería y encima me estaba preocupando por ella. Termine de secarme el pelo en el baño y acomode ya mi pijama. Estaba por ir a la sala, pero seguía dándole vueltas a su enfado. Me arme de valor y entré con cautela en la habitación. Ella estaba tumbada boca abajo en la cama. No era consciente de mi llegada y daba gracias por ello. Sería incómodo porque mi vista se había centrado de inmediato en su trasero. Dios Mingi, relájate. Estás rondando los treinta y es estresante no tener la más mínima vida s****l, pero no puedes hacer esto. Me hablaba a mi mismo mentalmente, más bien me regañaba a mi mismo. Esta chica lo que menos quiere ahora es aguantar a un tío necesitado. Es viuda y está en su luto y ti aquí como un pervertido desconsiderado mirándole el trasero; que por cierto me esta tentando con ese pijama corto, y pensando cosas poco impuras en la dichosa cama de tonos amarillos. Qué muebles más feos tenía Jimmy. Bien, si, piensa en los muebles feos de Jimmy. En sus horrendos muebles y lo hijo de puta que era. — ¿Mingi? ¿Qué haces aquí? La chica había reparado en mí, cuando sin querer pisé el juguete de holly. — Amh… ¿Quieres un helado? La pregunta viene de un drama que estaba viendo Kook, minutos antes lo escuche. La chica estaba enfadada con el chico y él le dijo de ir por helados. Ella frunció el ceño sin entender a qué venía mi actitud amable y sonriente. Se acomodó mejor en la cama, sentada. Mi vista se debió a sus piernas, pero la apareció de allí de inmediato, cuando ella se puso en pie, acercándose a mi. — ¿Helado? ¿Pagas tu, no? — p**o yo… –Suspire derrotado. Yo mismo había salido estafado. La chica agarró mi brazo y tiró de mí hacia el sofá, me hizo tomar asiento y no dudo ni un instante en agarrar mi teléfono y entrar en la app de comida a domicilio. Kook miraba la escena sonriente, desde el suelo, junto al pequeño Kyree. — Cuánta confianza de repente ¿no? Me atreví a decir, mirándola usar mi teléfono en busca de algo de comer. — La misma confianza que estabas usando tu mientras me mirabas el trasero… si, te veía por el espejo, no eres bueno disimulando. Me quedé mudo, sentí mis mejillas arder y las palabras no me salían. Más molesta Kook empezó a reír de forma estruendosa. — Wow hyung qué atrevido – El mocoso no dejaba de reír mientras me señalaba. — Yo no… — Es gracioso verte todo sonrojado… Ya no te pongas nervioso, todos tenemos ojos y es normal… Yo mismamente también he tenido miradas que se escapaban de mis manos, son gestos superiores a nosotros. — Esto es incómodo, por favor pide la comida y dejemos el tema. Los dos volvieron a reír. Lo bueno fue que ella no se molestó por lo sucedido y se lo tomó con humor. Eso no quita que debo controlarme, no quiero que se sienta incómoda o piense cosas raras de mi. Entiendo que puede ser incómodo vivir con cuatro hombres adultos. — ¿Puedo añadir una pizza? Me dio hambre y estoy segura de que Kookie también tiene hambre. El mocoso asintió con frenesí. Rodé los ojos, pero terminé aceptando. De un mísero helado, terminaron pidiendo dos pizzas y pollo frito. Lo único bueno es que pude pedir cervezas, algo que se me antojo solo a mi. Mientras esperábamos la comida, veíamos un programa de variedades. No esperábamos que Jimmy y Seok salieran en el. No es el tipo de programa al que solíamos ir. Más que nada porque a mí y a algunos de los chicos nos incomodaban. Pero Jimmy y Seok sí que habían estado en algún que otro programa de variedades hace años. No pensé que ahora entrarían como coaches en un programa de citas. Veo que algunos necesitan urgentemente dinero y se ven obligados a ir esos ridículos programas. Kyree empezó a llorar justo cuando Haelyn había aprovechado para ir al baño y Kook recogía la comida en la entrada. No me tocó más remedio que levantarme y agarrarlo en brazos. El muy demonio a nada más estar en mis brazos, se cayó al instante. Debió de sentirse solo en el columpio al no sentir a su madre o a Kook cerca. Volví a tomar asiento en el sofá, con él en brazos. Kook no tardó en llegar, este tomó asiento en el suelo al lado de la mesa. Acomodó la comida, mientras mi atención la tenía ese pequeño. Un holly curioso subió al sofá, le llamaba mucho la atención el pequeño. Algo entendible, ya que era el primer bebé que veía. Sinceramente algo similar a mi, también era el primer, bueno segundo bebe que había tenido en brazos. El primero fue el Halsey, pero solo fue una vez. Ese mocoso ya tiene tres años, creció rápido y con el dulce amor que transmite Halsey. Tal vez deba presentar a Halsey con la loca de Haelyn. Pueden ayudarse mutuamente, ambas pasaron por situaciones trágicas. Me centré en el perro, quien olía con curiosidad los pies del pequeño. Debía admitir que esto me parecía adorable.
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