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1626 Words
Vi como los señores Moon se alejaban con el pequeño y con sus cosas. El señor llevaba el carrito, mientras la mujer agitaba su mano libre, en forma de despedida y Kyree nos miraba llorando desesperadamente. Me sentía una horrible madre, al verlo llorar así. Con lo que no contaba, era con ver a Mingi más afectado por la situación que yo, su propia madre. — Debemos irnos. –fingió un tono frío. Se le da muy mal fingir, es muy expresivo aunque él no lo crea. Por lo menos yo soy capaz de saber con un gesto de su cara lo que piensa. Y ahora mismo, siento que tiene una batalla mental donde parte de él quiere ir corriendo tras sus padres y agarrar al pequeño para que no lloré. Pero su otra parte, la fría y diría que madura, le obliga a mantenerse sereno y seguir con los planes que tiene previstos el día de hoy. Ambos entramos en el coche, observé por última vez la casa de los señores Min. Yoongi arrancó y nuestro trayecto a dios sabe donde, dio comienzo. Lo observaba de reojo, manteniendo la compostura en el asiento. Sentía que él también me miraba, pero los dos nos evitamos. — Kyree estará bien, lo prometo. Comunicó el, creo que se lo dijo más para sí mismo, que para mi. — Confío en tus padres, tienen más experiencia que yo. Él sonrió sin mostrar los dientes y sin apartar la vista de la carretera. Pero volvió a ponerse algo más serio. — En la gala debemos parecer naturales, no quiero nada exagerado. Y es preferible apenas hablar. — Por mi parte no tengo nada que decir, así que, poco hablaré. — Tu no te preocupes, solo mantente a mi lado todo el rato. Espero que no se alargue mucho. Él estaba agobiado con esto y era muy notorio. Entiendo que para él tampoco es agradable. El también está siendo obligado y lo hace por ayudarme, cuando perfectamente podría negarse… Le debo unas cuantas, así que está será una buena forma de agradecerle. — Seré la mejor novia florero, no te preocupes. — Si sobre eso… Se que puede molestarte, no es lo que pretendo, pero ¿podrías quitarte el anillo de matrimonio que llevas? — Es de pedida, me lo regalo kenna el mismo dia que le confesé la llegada de Kyree. El iba a relagarme otro anillo, pero le dije que no me hacia falta malgastar en otro ya que debíamos ahorrar para pañales… Me lo quitaré, pero debo llevarlo encima. — Entonces dejatelo puesto, es algo importante para ti y lo entiendo. No es necesario que te lo quites, ignora lo que dije. Note un cambio en su tono de voz, antes parecía ser más frío. Pero al saber la historia detrás del anillo, él se volvió más cálido conmigo, al punto de poner su mano sobre mi muslo. Fue algo atrevido, pero me reconforta. Durante el resto del trayecto permanecemos en silencio, dejó el coche frente a la empresa y ambos bajamos de este. Un señor bajito y con gafas nos esperaba sonriente en las escaleras para entrar al edificio. Junto a él, más adelante había un coche n***o, justamente un Hyundai paradise, el que suelen llevar los chicos algunas veces. Sobre todo Jay lo lleva, Kook y Jun son más de Mercedes. Y a Yoongi le da un poco igual, mientras tenga ruedas y arranque. Se dio un apretón con el hombre sonriente, en mi caso le hice una reverencia, porque parecía alguien bastante importante, además de ser mayor y tener que mostrarle respeto. Mi mano se mantenía entrelazada a la de Yoongi, mientras que con la otra libre, tocaba el hombro del hombre. — Bang, ella es Haelyn. Haelyn, él es el señor Bang, dueño de la empresa. Tenía justamente enfrente a uno de los hombres más importantes en la industria del entretenimiento. Me sentí muy pequeña a pesar de ser casi de la misma altura que ese hombre. Volví a repetir la reverencia, pero esta vez más pronunciada. El hombre sonrió de forma amable. Ese hombre era un gran modelo a seguir para mi, era un gran productor, un gran compositor y los chicos hablan maravillas de él. Sobre todo Jun, siempre alardea de las cenas que comparten. — Me alegro de conocerte al fin, Mingi no para de hablar de ti. — Bang… –Regaño el susodicho apartando la vista. — Es un placer conocerle, señor Bang. — Debemos irnos ya, pero tengo varias conversaciones pendientes contigo. –nos guió señalando el coche– Por cierto, dime Bang, señor me suena a hombre viejo y aún tengo solo cincuenta. Entramos en el coche junto al hombre, Mingi se puso en el medio, de forma que el primero en salir sería el señor Bang. Aproveche el trayecto para prepararme mentalmente a lo que se me venía encima en cuanto saliera de este coche. — Recuerden que son pareja, intenten parecer naturales, cómo actúan ustedes normalmente. — ¿Bang, si preguntan por Kyree que digo? La pregunta utilizada por Mingi, también la tenía yo. Él hombre pareció tener un debate mental consigo mismo. — Amh… sinceramente no sé, esto no fue idea mía, lo sabes… Decir que es sobrino de Haelyn o inventaros cualquier cosa. — ¿No podemos decir la verdad? Es su hijo y no veo cuál es el problema de estar en una relación con una madre soltera. Yo preferiría quedarme callada, me da igual lo que quieran decir, tenía pensado quedarme con la boca cerrada toda la gala. — Si eso es lo que quieres adelante, ya te dije que yo no soy el responsable de esto, y no se que tienen planeado el señor Park. Los tres nos quedamos en silencio al llegar a la alfombra roja. Escuchaba gritos de fans, música y mucho barullo. Cosa que me asustó y por ente, me aferré al brazo del chico. Como dije antes, el primero en salir fue el señor Bang. Quien saludo a la multitud y periodistas que estaban apalabrados a las vallas que los separaba de la alfombra. El siguiente en salir fue Mingi, eso provocó muchos más gritos y más barullo. No estaba preparada para algo así y él lo notaba, ya que me miraba esperando que agarrara su mano para salir del coche. Tenía unas ganas horribles de vomitar y salir corriendo de aquí. Pero no podía hacerle eso, debía recomponerme y salir con una gran sonrisa frente a todas esas cámaras. "Piensa en el trabajo estable, trabajo que tanto sueñas, Haelyn" me dije a mi misma mentalmente. Aguirre su mano, sintiendo los nervios también de él. Mingi temblaba, pero intentaba aparentar estar tranquilo. Se ve que para él esto tampoco es fácil. Salí de ese coche, observando con detalle todo lo que había a mi alrededor. Lástima que solo pudiera ver cámaras o teléfonos móviles grabandonos. La gente lo graba todo. Mis nervios aumentaban conforme nos movíamos. Me tranquilice un poco cuando nos reunimos con Jay, Kook y Jun a unos pocos metros de nosotros. Estos estaban sacándose fotos juntos. Parecían haber nacido para posar, eran obras de arte, siendo capturadas por cientos de flash. Bang se unió a los tres chicos, mientras nosotros esperábamos. No se a que esperábamos, pero estábamos ahí quietos. La mano de Mingi cambió de estar entrelazada a la mía, para rodear mi cintura y acercarme a él, con el propósito de susurrarme algo. — Nos tenemos que hacer un par de fotos ahora, ignora comentarios, tu solo posa dos minutos y nos vamos. Sólo aceptaré las entrevistas de dentro, las de aquí fuera son solo paparazzi de prensa rosa y solo buscan morbo. Me limité a asentir con la cabeza, mientras miraba atentamente a los chicos. Era la única forma de distraerme y no entrar en pánico al ver cuanta gente me estaba mirando e inspeccionando. Para la siguiente foto nos unimos a ellos, curiosamente nos metieron al medio, quedando entre Kook y Mingi. Kook apoyó su brazo en mis hombros, regalándome una pequeña sonrisa. No sabía dónde acomodar mis brazos y a la cintura no podía, porque estaba el brazo de Mingi. ¿Cómo debo poner los brazos? No me dio tiempo a pensar, cuando ya tenía cientos de flash dándome directamente en la cara. Intentaba mantener los ojos abiertos, pero era realmente incómodo. Más cuando escuche como nos llamaban, hacían ruidos y gritos, como si fuéramos animales, todo para que miráramos a su cámara. El respeto en los paparazzi no existe al parecer. Para las siguientes fotos, los tres chicos tuvieron que seguir la alfombra, dejándonos ahí. Lo mismo pasó con el señor Bang, después de hacerse un par de fotos con nosotros. Fue peor que nos quedamos solos, los paparazzi elegían incluso las posturas que debíamos poner. No era incómodo con Mingi, el intento en todo momento que yo no me agobiara. — ¡beso! ¡Queremos un beso! Gritaron varios paparazzi. Eso sí me incómodo y a Mingi también, por cómo apretó más el agarré de mi cintura. Creo que a él le pilló bastante de sorpresa, mientras que yo, la verdad si me esperaba una posible petición así. El me miró presuntamente ¿Qué debemos hacer? Si no lo sabe el, menos lo sabré yo. ¿Qué debíamos hacer? Obedecer o simplemente ignorar las peticiones de la mayoría de los paparazzi. Deje que él tomara la iniciativa primero, si quería besarme simplemente lo aceptaré, si no es así, seguiremos nuestro camino, deduzco. Nos miramos atentamente, él parecía tener un debate mentar sobre qué hacer. Y simplemente esperaba su primer movimiento, para saber actuar. Pero en cuanto sentí su mano libre en mi mejilla, supe que habría beso.
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