Vincent guardó el último portarretrato que adornaba su escritorio con una foto de su familia, sus padres, sus dos hermanos menores y él; en el siguiente segundo, miró con ojos sombríos a su hermano Bastián, quien de pronto sintió que la temperatura descendía, provocando así, un escalofrío en su espalda que lo estremeció en cuestión de segundos y terminó tomándose lo que quedaba de whisky en su vaso de un santiamén.
— No hay nada de qué hablar, mi tiempo aquí ha terminado, ya cumplí mi compromiso con Sarah y mi objetivo con Doinel, la empresa vuelve a ser la misma que fue antes, y L&J no me necesita, no es necesaria mi presencia para que siga por el camino que va. No tengo nada más que hacer en este lugar, me voy de París. —Vincent soltó un ligero suspiro cargado de irritación y enojo, pero no era más que una cortina que ocultaba el verdadero sentimiento que lo inquietaba desde lo más profundo de su pecho, miedo.
Muy en el fondo, sabía que estaba siendo un real patán y un cobarde, pero la decisión estaba tomada, él no podía darle a Abby lo que ella esperaba, ya la había destruido lo suficiente el día anterior al zafarse de una responsabilidad enorme, dejándola sola con su embarazo y estaba seguro de que quedándose sería peor y muy incómodo para todos, además, no quería quedarse a presenciar como daba a luz a un bebé que él nunca planeó, que nunca deseó y que nunca aceptará.
Bastián seguía más que perdido aun con la respuesta de Vincent, con aquello no aclaraba sus dudas, no le estaba dando la respuesta que él quería, necesitaba saber el motivo detrás de aquella descabellada decisión y más que todo, quería saber porque volvía a ser tan frío, sombrío e indiferente, cuando en los últimos días se le notaba muy alegre y animado, no tenía la menor duda de que Abby lo hacía muy feliz, lo cambió para mejor.
“¿Se va así sin más? ¿Se va con Abby?” Bastián pensó automáticamente en aquella mujer que intentaba olvidar, pero fue inevitable, quería preguntarle sin que sonara muy interesado de su parte, pues sabía que había provocado los celos de Vincent en aquel evento de L&J y lo que menos quería en ese momento, era ocasionar más problemas de lo que al parecer, ya había.
No obstante, Bastián sentía la necesidad de saber, quería saber porque ella no estaba junto a él en ese preciso instante y por qué Vincent parecía enojado con todo el mundo, así que optó por abordar el tema fingiendo estar desinteresado en el asunto.
— ¡Ah! Ya entiendo todo, huirás con Abby, se casarán en secreto y comenzarán una nueva vida lejos de tantos problemas. Muy bien pensado, hombre, al fin sentarás cabeza, imagino que ella debe estar feliz, ¿por qué no está aquí? ¿Dónde la dejaste? —con la sola mención de ese nombre, Vincent sintió que la sangre comenzaba a hervirle y se le subía a la cabeza en cuestión de segundos; no iba a seguir dándole vueltas al asunto, solo necesitaba la firma de Bastián y se marcharía del país.
Con cara de pocos amigos, tomó un bolígrafo y se lo extendió a Bastián, no tenía tiempo para perderlo hablando de Abby.
— Solo firma, Bastián, lo demás no te incumbe. —respondió Vincent sin la más mínima intención de contarle sus desgracias, de todos modos, ya terminaría enterándose en cualquier momento.
Bastián no estaba conforme con la respuesta de Vincent y la poca información que le daba, tampoco iba a hacer lo que él decía sin estar al tanto de la situación en la empresa, si iba a firmar ese documento aceptando las acciones, tenía que saber en qué términos se estaba yendo Vincent.
— si no me dices lo que está ocurriendo, olvídate de que me haré cargo de tus acciones, no puedes llamarme de un día para otro y prácticamente obligarme a firmar el traspaso sin previo aviso y sin explicaciones, tú no andas por la vida regalando tu trabajo que es lo más sagrado que tienes. Así que ahora mismo me vas a decir todo o tendrás que buscar otras buenas manos en la que dejarás las acciones. —Bastián habló con total seriedad, mientras se levantaba de su asiento, dejando de lado el tono burlón y el mínimo atisbo de diversión en su rostro.
Vincent se quedó inmóvil por unos segundos y su corazón se encogió al recordar las palabras de Abby el día anterior. Claro que le dolía abandonarla; marcharse, sin verla una última vez, y que quizá no la vuelva a ver nunca más, pero seguía firme con su decisión, no iba a perder su tiempo, energías y esfuerzos por cuidar de un bebé que nunca estuvo en sus planes y que jamás lo estará.
— Abby está embarazada. —Vincent soltó de repente como si de una bomba se tratase, se dignó a hablar después de todo, a pesar de que no quería ser él quien le informara a su hermano, a nadie de hecho, sin embargo, sintió que decirlo fue liberador, aquel tema le perturbaba tanto, que no se había dado cuenta que necesitaba soltarlo en voz alta.
Bastián quedó atónito e inmóvil en su lugar al escuchar aquella noticia, miraba a Vincent con los ojos más abiertos de lo normal y de pronto sintió un malestar en el pecho, porque él más que nadie sabía lo que eso significaba.
“¿Abby qué?” Bastián quería creer que era una broma, pero su hermano mayor nunca bromeaba y mucho menos con un tema tan delicado, no pasó mucho tiempo cuando cayó en cuenta de lo que Vincent estaba haciendo, lo conocía a la perfección, no hacía falta que le dijera más para saberlo y lo lamentaba desde su alma por lo mal que debería estarla pasando la castaña y no saber qué hacer o si sería correcto, aunque sea, dirigirle la palabra.
Sus ojos avellana se entrecerraron mirándolo con desaprobación, de pronto sintió como la sangre comenzaba a hervir en su sistema, le resultaba difícil creer que su hermano le estuviera haciendo esto a esa pobre mujer que estaba dispuesta a cualquier cosa por estar junto a él, pero que evidentemente, no recibía lo mismo.
— ¿Te estás dando cuenta de la canallada que estás haciendo, Vincent? La vas a abandonar en ese estado por tu estúpido pensamiento de no tener hijos por creer que serán un obstáculo para tus negocios, ¿a estas alturas sigues con esa tonta y absurda idea? —Bastián no se quedaría callado, la noticia le había caído como una patada en el estómago, y no tanto por el hecho de saber que la mujer que él quería esperaba un hijo de otro hombre, y que ese hombre fuera su propio hermano, sino que ese imbécil la iba a abandonar a su suerte y con un hijo. A Bastián le hubiese gustado estar en el lugar de Vincent, pero para hacer todo lo contrario que el mayor de los Lefebvre, para hacer a Abby la mujer más feliz sobre la faz de la tierra y demostrarle cada día lo agradecido y feliz que estaba por regalarle algo tan hermoso como un hijo, por formar una familia. Le cabreaba saber que Vincent tenía en sus manos la oportunidad que él hubiese querido y la estaba desperdiciando de la peor manera, lo que hizo con las manos, lo estaba arruinando con los pies. —Estás tomando la peor decisión de tu vida y con eso lo único que vas a lograr es perjudicar y arruinarle la vida a Abby, ¿es que ni siquiera te das cuenta? Sabes muy bien por todo lo que ella ha estado pasando, hace poco se enteró que su madre y su hermano son unos delincuentes y presenció como los sentenciaban a años de prisión, ¡su propia familia! ¿Y tú la vas a abandonar en el momento que ella más te necesita? ¡Pero, claro! Vincent Lefebvre solo piensa en sí mismo y en su propio beneficio, porque nunca has dejado de ser el ser más egoísta que pueda existir en el mundo, que no le importa tomar decisiones erradas que repercuten en la vida de los demás. No salgo de mi asombro de verdad, y lo lamento tanto por Abby, porque por más que sea una mujer inteligente y capaz, no fue suficiente para darse cuenta a tiempo de la clase de hombre que eres, porque ella merece mucho más, pero lo más triste de todo, es que a ti no parece importarte en lo más mínimo lo que ella esté sintiendo en este momento. Joder, ¡Abby está embarazada! Hermano, la destruiste.
Bastián le soltó en la cara todo lo que llevaba por dentro, aunque sentía que aún le faltaba más cosas para decirle, pero estaba tan cabreado con Vincent y preocupado por Abby, que solo podía pensar en que debía hacer algo para que ella estuviera bien y pasase su embarazo en tranquilidad, sea con la presencia de Vincent o no.
A Vincent no le cayó muy bien que le dijeran la verdad en la cara, escuchar las palabras de Bastián lo enfureció tanto, que dio un golpe en seco en el escritorio que resonó por toda la oficina y dejó un dolor latente en sus nudillos, pero no le importó en lo más mínimo, estaba cerrado a escuchar las opiniones de los demás, no estaba dispuesto a soportar los sermones de su hermano menor, nada de lo que dijera lo iba a hacer cambiar de parecer, ya estaba totalmente decidido, no quería un hijo en su vida, no quería más responsabilidades de las que ya tenía con sus prósperos negocios.
Con el rostro enrojecido de ira y sintiendo la sangre correr con rapidez en su sistema, miró a Bastián con la mirada más gélida y le respondió con voz fría e indiferente.
— No es tu maldito asunto, Bastián, no te metas en lo que no te importa. Son mis decisiones, es mi vida y a ti no te afecta en nada lo que haga o deje de hacer. ¿Para eso querías que te contara? ¿Para regañarme como si fuera un niño? No me jodas. Si no estás de acuerdo con firmar el traspaso de mis acciones te hubieses ahorrado todo esto. Ya encontraré a otra persona que aceptará sin hacer preguntas estúpidas y sin que dé opiniones de mi vida personal. Puedes retirarte si lo deseas. —Vincent tomó los documentos que le había dejado a Bastián para que firmase, sin la más mínima intención de seguir escuchando una sola palabra que saliera de la boca de su hermano.
No obstante, Bastián puso una mano sobre los documentos, impidiendo que Vincent lo alejara, por su mente pasaba una sola cosa; su firma en ese documento era lo que tenía en sus manos en ese instante para que Vincent se alejara de una vez por todas, con ese traspaso, su hermano mayor iba a desaparecer y Abby estaría tranquila sin tener que ver la cara de ese hombre que probablemente la dejó devastada al negar su responsabilidad como padre, estaba a una firma de hacerle el bien a todos, incluyéndolo a él.
— Firmaré, me haré cargo de tu mierda. —dijo Bastián sin apartar su desafiante mirada de la de Vincent, quien se detuvo por un segundo sintiéndose aliviado de que al menos no tendría que buscar a otra persona de confianza a quien dejarle sus acciones y que, al parecer, no iba a entrometerse más en sus asuntos.
Apretando su mandíbula e insultando a Vincent en su mente, Bastián tomó el bolígrafo y dejó su firma en el documento, sintiéndose seguro de lo que estaba haciendo, a él no le importaba las acciones, solo quería que Vincent desapareciera como tenía pensado hacerlo y si no le estuviera regalando las acciones, pagaría cualquier precio con tal de llegar al mismo punto.
— Puedes usar esta oficina o quedarte en la tuya, como mejor te parezca, ahora eres el accionista minoritario con más acciones. —informó Vincent más calmado que hace un momento, después de que se concretara el traspaso, ahora podía irse de la empresa y del país, ya podía huir como el cobarde que estaba siendo.
Bastián dejó el bolígrafo sobre el escritorio y lo miró con lástima, esbozando una pequeña sonrisa llena de incredulidad, aun no podía creer que ese hombre que llevaba su sangre pudiera ser tan cruel, indiferente y frío.
— No hago esto por ti o por tus acciones, ni siquiera lo hago por la empresa de Sarah. Lo hago para que desaparezcas de aquí lo más rápido que te sea posible, porque sé que eso es lo que está pasando por tu mente en este momento, lo hago por Abby, para que no tenga que volver a ver el rostro del hombre que arruinó su vida. Feliz viaje, hermano. —Bastián tomó los documentos que certificaban que las acciones de Vincent pasaban a ser suyas, y bajo la mirada fulminante de Vincent, se retiró de la oficina dejándolo con la palabra en la boca, con los músculos más tensos de lo que ya estaban y con un lío en su mente, pero antes de cerrar la puerta y desaparecer de su vista, volvió a mirar a Vincent solo para decir unas últimas palabras que iban más allá que unas acciones que acaba de regalarle. —Gracias por dejármelo todo.