El beso cada vez fue intensificándose, Anderson comenzó a besar mi cuello lo cual me excito aún más, pequeños gemidos salieron de mi boca sin poder evitarlo. Él se acercó de nuevo a mis labios donde lo esperaba con ansias, pero estos nunca tuvieron contacto.
—Espero haber respondido a su pregunta señorita Miller —dijo dulcemente acomodándome el mechón de cabello que estaba en mi rostro detrás de mi oreja. Estaba desconcertada por el cambio tan brusco de la situación —.Quizás lo que le diga a continuación le parezca algo extraño, pero me gustaría invitarla a cenar mañana a las ocho de la noche, claro si usted quiere tener una cita conmigo— preguntó sin soltarme de la cintura.
Guarde silencio meditando su propuesta, estaba confundida por la acción de hace unos momentos, mi respiración aún estaba agitada y la humedad debajo de mi ropa interior me había dejado con ganas de más. Después de tanto meditarlo decidí responderle:
—Acepto su invitación señor Anderson.
Él al escuchar mi respuesta me soltó de la cintura sonriendo ampliamente, parecía que había logrado lo que quería.
—Perfecto, pasaré por usted a las ocho. No se preocupe por darme su dirección ya la tengo. Yo también tengo esa parte investigadora señorita Miller—dijo acomodándose el saco—. Si no tiene más preguntas la acompaño al elevador—pronunció recogiendo mi libreta para entregármela. La tomé todavía confundida.
—No tengo más preguntas y gracias por su tiempo—fue lo único que dije.
Ambos salimos de la oficina, una vez que llegamos al elevador presioné el botón. Antes que esté llegará lo miré directamente a los ojos, algo en él todavía me resultaba familiar. Él me veía como queriéndome decir algo; sin embargo, el elevador llegó y poco después ingresé en el.
— ¡Espérenme!—escuchamos una voz acercándose a nosotros.
Volteé y me di cuenta que era el mismo hombre que llamó a Anderson en el club.
—Justo a tiempo, necesito llegar al lobby —dijo este hombre ya cerca de la puerta—.Andrew, tengo todo listo para la junta de mañana—le informó.
—Si lo sé, leí tu mensaje—respondió con una mueca de disgusto—.Señorita Miller le presento a mi hermano Jared— dijo esta vez mirándome con seriedad.
—Es un placer conocerla señorita Miller, me encantan sus entrevistas y me alegro que haya venido a entrevistar a mi hermanito—dijo estrechándome su mano en un tono divertido, a lo cual Anderson lo vio con enojó por ese diminutivo que parecía no gustarle.
—El gusto es mío—le respondí de la misma manera.
Jared también ingresó al elevador y presionó el botón para que esté bajará.
—Lo veré mañana señor Anderson—logre decir antes que la puerta del elevador se cerrará.
En el elevador comencé a revivir todos los sucesos ocurridos hace unos minutos. No podía sacar de mi cabeza ni de mi piel lo besos de Anderson, fue algo realmente excitante.
—¿Cómo le fue con mi hermano señorita Miller?—preguntó Jared sacándome de mis pensamientos.
—Bien, respondió a todas mis preguntas—conteste algo acalorada por los recuerdos.
—Me alegra saberlo, mi hermano en ocasiones es un poco... serio, pero cuando me enteré que el mismo llamó al Señor Collins para que usted viniera a entrevistarlo—comentó con una sonrisa, ambos hermanos eran muy atractivos, su comentario con respecto a la entrevista me sorprendió ya que el hecho que el mismo Anderson llamará para organizar todo, me hizo pensar que seguramente tenía otros planes. Mi instinto periodístico cada vez aumentaba, necesitaba investigar más sobre él. Cuando llegamos al lobby, me despedí de él cortésmente.
—Espero tener el placer de volverlo a ver—mencione amablemente.
—Estoy completamente seguro que así será, tal vez en una circunstancia que no se imagina—respondió en un tono misterioso—. Adiós señorita Miller—añadió Jared dirigiéndose al lado izquierdo del edificio.
Su respuesta me dejó intrigada. Decidí regresar a mi departamento a terminar de redactar la entrevista que acababa de realizar, pero tenía una especie de presentimiento algo extraño a decir verdad.