Narra Vanessa. Había un dicho sobre los planes mejor trazados que salen mal o tal vez estaba pensando en uno sobre el camino al infierno pavimentado con buenas intenciones. Tal vez fue solo la Ley de Murphy sobre todo lo que sale mal. Cualquiera que sea la cita, era cierta porque todos mis intentos de aceptar que Eliot no era el hombre para mí no estaban funcionando. Cada vez que lo veía, mi piel se calentaba y mi corazón se desplomaba en mi pecho. Me gustaba Dylan. Era agradable, divertido, guapo y, a diferencia de Eliot mostraba interés en mí. Sabiendo que nunca superaría a mi jefe si continuaba soñando con él, permanecí abierta al interés de Dylan en mí. Charlamos en mi escritorio y más tarde esa noche, recibí algunos mensajes de él, sin nada importante, pero se sintió bien que quisie