Angeles de Jimmy

1419 Words
Samira cuelga el teléfono, se da aún buen baño, toma de su mesita de noche unos calmantes y pone en el celular dos alarmas para sonar en 8 horas. Debía tratar de recomponerse. Ella va a tratar de cambiar su destino o morir en el intento. Hugo por otro lado la noche anterior, trato de zafarse de Yesi pero no lo consiguió, tuvo que pasar la noche con ella. —Buenos días amor—dice Yesi dejándole un café con unas tostadas untadas de mermelada. —Buen día mi reina, ¿qué hora es?—responde somnoliento. —Son las nueve vida mía —dice ella mientras le da un beso. —Ahhh...tengo que alistarme no quiero que mi padre me regañe por llegar tan tarde. —Bueno amor, pero tengo algo que decirte... espero que no te enojes. —¿Qué pasa porque esa carita?—pregunta Hugo mientas toma un solo de café. —Karen mi agente me llamó temprano, dijo que debo volver a Canadá esta misma tarde, una de las chicas principales tuvo un accidente que hasta la enyesaron. Hugo vio la oportunidad de deshacerse de Yesi, así que dio gracias a los cielos por darle esa oportunidad. —Wao que mal, que pena cariño... pero el deber te llama no puedes quedarles mal eso lo entiendo. —¿No estás molesto? —¡Claro que estoy molesto bebé!, no podré abrazarte el día de mi cumpleaños, pero debo ser comprensible, ¿Qué le podemos hacer?—dice mientras la besa. De esa manera Hugo en persona la llevo al aeropuerto, y se despidió con una sonrisa de felicidad sin que la pobre Yesi se percate de la situación. La alarma de Samira sonó a las 4 Pm mira si tiene algún mensaje ya sea del hospital o de su amiga, pero su mensajería de w******p está sin novedad. Se dió un buen baño y busca en su ropero prendas de color blanco, que les queden perfectos necesitaba que le dieran el empleo sí o sí, dedujo que si no le dieron por teléfono la información de cuánto pagaban significa que pagan bien. Dió gracias al cielo que la vestimenta no fuera roja, porque se hubiera sentido peor, pues estaba de luto. Encontró un vestido blanco corto de lentejuelas con una manga larga en el lado derecho y sin manga del lado izquierdo, le quedaba bastante ceñido al cuerpo y con el culo que se gastaba, le quedaba fenomenal, los combinó con unas zapatillas altas de puntas abiertas una cartera blanca tipo sobre, y un abrigo hasta las rodillas en piel sintetica. En el pelo se hizo una cola alta, y solo se puso un brazalete de plata con circonitas que parecían diamantes, para no cargar tanto el Outfit, ella optó por un maquillaje sencillo y los labios rosados. Luego rebuscó en una carpeta, unos analisis de sangre que se había hecho reciente por rutina y los coloca en un sobre que pone en el bolsillo de su abrigo. Antes de que Samira saliera del apartamento, llama a la enfermera, para saber si ha habido algún cambio, en el estado de salud de su abuela, pero ésta le informa que todo seguía igual, que si su abuela despierta se lo hará saber de inmediato. A las 6 Pm, llama a un taxi. —Llévame al Bar Jimmy por favor, 15 Thompson St, aquí en Soho.—dice ella al taxista. El Bar Jimmy, es un bar clásico de Nueva York, ubicado a 18 pisos de altura en Soho, este es uno de los primeros y más queridos tejados de Nueva York, cuenta con una de las pocas terrazas con piscina al aire libre de la ciudad. Con una decoración inspirada en la época azul de Picasso. Con un ambiente íntimo y refinado, tiene muebles antiguos y contemporáneos y una chimenea, todo rodeado por ventanas de 14 pies con vistas panorámicas de Midtown, Wall Street, el río Hudson y los puentes que cruzan el East River. La música es genial y de nivel conversacional, pero se calienta a medida que avanza la hora los fines de semana. A diferencia de los típicos bares en azoteas, el Bar Jimmy es un destino durante todo el año. En los meses más fríos, los huéspedes gravitan hacia el área de conversación interior, que cuenta con muebles modulares de terciopelo azul y cuero, taburetes esculturales y una mezcla ecléctica de muebles tono sobre tono. En climas más cálidos, la experiencia se extiende a la terraza del techo, pasando sin problemas desde tumbonas durante el día hasta asientos para cócteles por la noche con vistas incomparables de la ciudad. La piscina está reservada exclusivamente para los huéspedes Mega VIP. Posee una gran terraza al aire libre y está abierta a partir de las 8 Pm. Solo tiene un camarero exclusivo para esa área que luego de firmar y pasar todos los requisitos da servicio excepcional. Para el código de vestimenta, el bar es exclusivo pero informal, aunque se busca vestimenta elegante y apropiada para la hora del día; ya sean fiestas en la piscina de fin de semana o noches después del trabajo u horas nocturnas. Debido a problemas de capacidad, especialmente en la temporada de clima cálido, el personal de puerta tiene discreción para la admisión. Cuando Samira se desmonta del taxi, nota a dos hombres bastante fornidos llevando trajes, en la entrada del bar. —Buenas tardes, vengo para una entrevista—les dice Samira —Me muestra una tarjeta de invitación y su identificación por favor —le dice el tipo con un tatuaje en el cuello. Samira saca todo lo que aquel hombre le solicita, dejándola pasar. —El bar está en el piso 18 y le aconsejo que tome el ascensor.—añade el otro hombre de melena larga. Cuando llega al bar solo ve a una chica con uniforme n***o en la barra, y otra limpiando con un paño un gran espejo en lo que sería un pasillo que da a los baños, pero no ve por ningún lado a Brittany Collins. Así que decide acercarse a la señorita de pelo verde con rojo, detrás del mostrador. —Buenas tardes, soy Samira Robles, vengo a ver a la señora Brittany Collins. —Hola buenas tardes, Soy Barbara Thompson, la señorita Collins aún no llega, estará aquí como en 30 minutos junto a las demás chicas, llegaste bastante temprano, eres puntual, eso es bueno, ¿trajiste los análisis? —Si, aquí están—saca el sobre de su abrigo—muchas gracias por el cumplido. —Puedes esperarla en la terraza, a esta hora muy difícil que venga algún cliente Súper Vip, yo te guío—añade la joven Bartender. Barbara, la guía a unos escalones, que dan a la terraza con piscina, cuando Samira sube levanta la vista, la terraza con algunos 100 metros, tiene una piscina infinita, varias tumbonas y un pequeño bar en hecho en madera de roble, esa terraza realmente tiene una vista increíble de la ciudad y el río Hudson. Samira se acerca al borde del balcón para apreciar mejor la vista, se ha quedado anonadada, tanto que apenas nota que ha caído la noche. —Es preciosa la vista, ¿cierto?—le sorprende una voz varonil. Samira se voltea, para saber de quién era aquella voz, y ve a su lado un hombre vestido con un traje azul y camisa blanca, tiene barba en la zona central de la barbilla y rebajado en los laterales consiguiendo que tu rostro se vea más estilizado con una especie de candado. —¿Eres nueva? Nunca te había visto por aquí. Soy Matías Valdivia.—la saluda mientras le ofrece la mano. —Hola soy Samira, solo vengo por una entrevista, pero la Sra.Collins a un no ha llegado. —Ohh ya veo, ella justo llegó delante de mi, pero vine con algunos colegas, está un poco ocupada atendiendo, lo lamento si te haré esperarla. —Ahh...no hay problema, puedo esperar. Matías cuando llegó a la terraza, se le clavaron los ojos en aquel abrigo blanco de piel de aquella chica, quería saber de quién se trataba, ya conocia a casi todas las damas que trabajaban ahí, asi que pensaba que Samira sería alguna clienta adinerada igual que él, y suponía algún tipo de reto el acercarse, pero la dama que está en frente sería un suculento postre en sus garras un cordero que acababa de entrar a la boca del lobo.
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