EN LAS MANOS DE UN CEO IMPONENTE Y SUS DOS HEREDEROS.

Era un día normal como cualquier otro en la ciudad de Manhattan...Samira Robles, una Estudiante de 21 años de primer año de la universidad de "Manhattan Collage", está en la ventana de su aula observando como la torrencial lluvia que empezó desde temprano en la mañana no cesa, la lluvia había arruinado su día, quiere salir al patio y estirar las piernas pero es imposible. Ella comenzó la universidad, un año después de terminar la secundaria porque quería descansar de tantos estudios y ahora la lluvia entorpece su gran día planeado. Llegó la hora del receso y Samira se dirige a la cafetería con dos de sus amigas Carmen y Paola, para comprar su almuerzo, los padres de "Sami" como la llamaban cariñosamente se habían esforzado para darle una vida sin carencias y la apoyaron para que empezara la universidad, ellos habían pedido varios prestamos para que ella estuviera en la carrera de Gastronomía y pudiera cumplir su sueño. Samira está comiendo con sus amigas en la cafetería, cuando de la nada, un ruido exuberante, proveniente de su bolso, llama su atención. Es el sonido que le a puesto de identificación a su padre y sin espera alguna se dispone a responder la llamada. —¡Hola papi! ¿como estás?—Pregunta Samira. —Estoy bien Sami, tu madre y yo pasamos por ti como a las 4:00 pm cuando termines tus clases, iremos al centro comercial de la quinta avenida. —Está bien papi, dos de mis materias de educación física se cancelaron por la lluvia, así que pueden venir antes, estoy almorzando con mis amigas, ¡Ahh! papi hoy me llegó la notificación de los créditos para cursar el semestre que viene, debes depositarme mañana, y para el consumo de las siguientes semanas de la cafetería. —Bien cariño, no te preocupes yo me encargo. —Eres el mejor papi, los espero entonces, le das besos a mami. — Lo haré cariño. — Al colgar la llamada, Samira sonríe feliz, los ama con locura porque son su mayor inspiración. Samira no es rica, pero llevaba una vida decente, esperaba el verano para irse de vacaciones al otro extremo de la ciudad a casa de sus abuelos, estaba encantada con su vida. Pasan varias horas y ya Samira está enfrente de la universidad esperando el auto de sus padres, la lluvia no cesa y ya empieza a sentir un poco de frío. —¿Sami no te vas con nosotras?—pregunta Carmen quien espera cerca de su coche. —No amiga ya les dije que mis padres vienen a recogerme. —Bueno, nos vemos mañana, elígeme un lápiz labial para la fiesta del fin de semana— Le dice Paola, desde el coche. —Bien les traeré uno a cada una.— Se despide de sus amigas quienes se ponen en marcha. Pasado de las 4 de la tarde y Sami empieza a preocuparse. Intenta llamar a su padre pero no contestan, ella odia que la dejen esperando, trata llamar al celular de su madre pero se va directamente al correo de voz. Ella piensa que la lluvia está interrumpiendo la señal y por eso no puede comunicarse. Así que decide llamar a un taxi, siendo casi las 7 Pm. En cuanto el taxi llega, va muy preocupada, pues es la primera vez que sus padres desaparecen sin decirle nada, ni siquiera un mensaje. —Vamos papi, ¿por qué no coges el celular? si se fueron sin mi al centro comercial sin recordar pasarme a buscar realmente me voy a enojar con ustedes.—Susurra mientras va en el asiento trasero. Samira, se siente ansiosa, es como si sintiera que el conductor va muy lento, se aproxima a él un poco ansiosa. — Disculpe, ¿no puede tomar otra ruta? realmente estoy apurada.—Pregunta Samira al conductor. —Dios mío, jovencita hoy el día es terrible con esta lluvia, hay tapones donde sea, hubo un accidente hace rato, y parece que aún no recogen los cuerpos, está muy feo, parece que una patana se deslizó y perdió los frenos. Al escuchar aquellas palabras Samira queda en blanco, mira al frente y ve que llega una ambulancia, ella sin esperar, sale del coche que reduce su velocidad. sin detenerse, corre, ignorando los llamados del chófer. —¡Disculpe señorita! debe pagar la tarifa que ha consumido, ¡no puede bajarse así! ¡oiga!—sigue voceando el taxista, sin obtener respuesta de la hermosa chica de pelo n***o. Samira se acerca a dónde está la ambulancia, temblando de miedo y orando para que sus padres no estén involucrados en ese accidente, ve como en una camilla llevaban el cuerpo de su madre ya sin vida en un estado muy terrorífico, alzo su vista y al otro lado ve a su padre que aún está atrapado por los hierros del coche que conducía. — Los bomberos trataban de sacarlo, pero lamentablemente ya no estaba con vida.— Escucha decir al paramédico que llevaba a su madre. Samira da vueltas, observando el desastre, su corazón late muy fuerte, tiembla ante la crisis nerviosa por la que está atravesando, su alma se pierde y le cuesta reaccionar ante la escena, se agarra abrazando su abdomen y llora sintiendo que le falta el aire. — ¡NOOOO! MAMÁ, PAPÁ, VUELVAN, VUELVAN, POR FAVOR…— Samira se arrastra hasta llegar al coche dónde su padre aún permanece sin ser removido. — PAPITO, PAPITO, LEVÁNTATE, NO ME HAGAS ESTO, NO ME DEJES SOLA, POR FAVOR. Al ver la escena, los bomberos se aproximan ayudarla, la tratan de alejar, pero ella lucha contra ellos tratando de sostener a su padre, lo toca y acaricia con dolor, la escena hace llorar a muchos de los presentes, una chica trata de calmarla, los paramédicos aparecen, incluso el taxista, quien la seguía pierde el interés de cobrarle el dinero, es una escena lamentable y las cosas empeoran cuando Samira pierde el conocimiento en medio de todo el caos. *Dos días después. Samira despierta, encontrándose con sus abuelos en el hospital. — ¿Abuela? — dice débil llamando la atención de sus abuelos, quienes se levantan en su encuentro. — Samira…— Dice la mujer mayor con preocupación. — ¿Cómo te sientes mi niña? — Abuela, mi mamá, mi papá, ellos…— Llora. — Lo sé mi niña, lo sé, todo va a estar bien, ya verás, todo va a estar bien. Samira llora en sus brazos, con angustia, se siente desecha, pues lo ha perdido todo, su felicidad cae en picada ante el dolor que ahora la abate y del que está segura, no podrá superar. *Dos meses después. Samira se da cuenta que su vida ha dado un giro inesperado del destino, pensaba que tendría a sus padres para siempre, pero no fue así, por la muerte de ellos sus abuelos tuvieron que tomar la mayor parte de sus ahorros, pues los servicios funerarios eran muy caros, no tenían seguro de vida, y el banco terminó quedándose con su casa para recuperar una parte de los prestamos que sus padres tenían pendientes. Samira tuvo que dejar la universidad, un mes después, ya que las deudas escolares empezaban a acumularse, el tener que viajar desde el otro extremo de la ciudad, era bastante agotador, y pensó en posponerla o trasladarse a una mas cercana, aunque tuvo que irse a vivir a casa con sus abuelos en Soho, siguió en contacto con sus dos mejores amigas, Pero su realidad se hizo notoria cuando tuvo que buscarse un trabajo de medio tiempo para ayudar a sus abuelos con todos los gastos, ellos ya eran de edad avanzada y eran los padres de Samira que les ayudaban en todo, así que sintió que esa responsabilidad se posaba en sus hombros. Samira busca por todas partes, en varias empresas, pero nadie quería contratar a una chica sin experiencia y sin estudios universitarios, solo le quedaba solicitar trabajos de baja categoría y asistir muy temprano a entrevistas con interminables colas de personas solicitantes igual que ella, pero igual no conseguía nada, hasta que una mañana muy temprano caminando hacia una entrevista, vio a un chico que dejaba un paquete de periódicos acabados de ser enviados por la editorial, saca dinero de su monedero y lo da al vendedor para comprar un diario. Camina a una banca, dónde se sienta a hojear el New York Time, fijando su vista en un pequeño anuncio que decía: “Necesito chica de buena presencia para trabajar en cafetería como barista, no necesita experiencia, aquí te entrenamos, solo necesitamos que sea mayor de edad, que viva cerca y que tenga disposición de aprender." puede contactarnos al numero +1 556 698x o puede venir a la cafetería en persona, la dirección es 107 Thompson St ST2, New York, NY 10012, Estados Unidos, Drip Drop Café.” En cuanto termina de leer el anuncio, se levanta observando la posición en la que está, no está muy lejos del lugar, así que toma el diario y camina buscando entre las calles la cafetería, que desde la entrada causa una gran impresión ante sus ventanales, y sus elegantes mesas marrones, se puede evidenciar que es un lugar exclusivo y muy frecuentado ante sus largas filas y el aroma de su rico café, un lugar magnífico para desayunar. En cuanto entra a la cafetería, no sabe cómo acercarse, así que va poco a poco dónde está el encargado, pues es el único que lleva ropa formal y no uniforme. —Buenos días, disculpe, vengo por el anuncio. — Dice señalando el diario en su mano derecha. — Wao, eso fue rápido jejeje, el anuncio lo puse anoche, pero adelante siéntate, te atenderé en unos minutos. —le respondió el señor de algunos 40 años. Samira hace lo que le ha pedido, va a una de las mesas donde es abordada minutos después. — Bienvenida, mi nombre es Sergio Aguilar. — Le tiende la mano que Samira toma. — Samira Robles, es un placer conocerlo. — Expresa de manera amable, apretando la mano del hombre que la analiza detalladamente. —Siéntate por favor.— dice el hombre señalando su puesto el cual Samira toma nuevamente. — ¿Deseas algo de tomar? — No, es necesario. — Responde formalmente. — Insisto. — Dice el hombre con una pequeña sonrisa. — Una bebida con gas, si no es molestia. — Para nada. El hombre levanta su mano y da una señal a su empleado, traen la orden poco minutos después, él toma café expresó con lates y ella una bebida con gaseosa, de manzana. — Cuéntame de ti Samira, ¿A qué te dedicas?, ¿has trabajado antes en una cafetería? Samira sonríe y dispuesta a empezar su entrevista le cuenta un poco de ella, su ocupación, lo sucedido con sus padres, y el deseo de aprender. — Soy una chica que aprende muy rápido, le aseguro, que si me contrata, no le fallaré, se lo prometo. — Entonces, no se diga más, ya trabajas para mi.. — ¿De verdad? — Dice con emoción. — Sí, bienvenida a Drip Drop Café. — Gracias, le aseguro, no se arrepentirá. *Meses después. A los tres meses después, Samira ya sabía todo lo concerniente a ser barista y hasta le dieron un pequeño diploma avalando su desempeño. Las ventas subieron mucho luego de la llegada de Samira a la cafeteria, todo tipo de personas se daban cita a diario, para comprar su café favorito, ya sea para tomar ahí mismo o para llevar. * Meses más tarde. Un año después de la muerte de sus padres Samira, se llegó a encontrar a veces con sus amigas, se estaba acostumbrando a su nuevo estilo de vida, pensaba que en un año más terminaría su deuda pendiente y así entraría a otra universidad, pensaba cambiar de carrera pues la anterior estaba muy costosa, se imaginaba una mas corta, de idiomas o informática, los pensamientos de sus planes a futuro la tenían muy distraída. Como de costumbre se dirige caminando a su lugar de trabajo, a las 5:00 AM cuando de la nada siente que alguien la persigue. Mira hacia atrás y lo nota, un hombre fornido, de casi 1,80 de alto, de tez clara que la persigue por las calles. Algo asustada camina por las calles tratando de perderlo, de pronto sintió como ese hombre corre hacia ella la toma del brazo y la lanza cerca de un contenedor de basura. —!Dame todo lo que tengas, maldita perra!