Una Muñeca con empleo nuevo.

985 Words
—¿Me estás dando empleo?—pregunta Samira sorprendida. —Si...te vi ayer en el super llevabas los clasificados, imagino que buscas empleo, no es que te estuviera espiando, no me mal intérpretes, necesito una mano aquí y los que han venido no tienen la experiencia o exigen mucho— le dice de inmediato—Por como te vi trabajar hace un momento, tienes la experiencia, eres amable, rápida, muy inteligente y solo espero que no seas muy exigente. —Ooh, ya veo...bueno si estoy buscando trabajo, pero el caso es que también estoy buscando apartamento o casa para comprar, vivo con mi abuela, es muy mayor y estoy buscando trabajo donde me quede cerca de donde quiero comprar ya sea casa o apartamento. No quiero tener que viajar tan lejos y no me gustaría aceptar tu trabajo para luego tener que dejarte a medias y tener que abandonar el empleo. —¡Mi hermano está vendiendo el apartamento que está en el sótano!—le dice la hermanita de Cristian a Samira, señalando el letrero de "se vende" que está colgado en la puerta de la cafetería. —Pues si...estoy vendiendo el apartamento que está en el sótano, por más increíble que parezca, ese es el número del abogado él tiene todos los detalles y es quién hará el contrato. —Wao, ¿puedo verlo?—pregunta curiosa, siente como si los cielos estuvieran de su lado. — Carolina ¿Puedes mostrar el apartamento a la señorita?—le dice su hermano mayor mientras ve que dos clientes entran al negocio. —Si hermano—responde de lo más feliz tomando el juego de llaves del mostrador—ven por aquí por favor. Samira acompaña a la niña salen de la cafetería, van por fuera hasta la parte de atrás, Samira puede ver un portón de metal color rojo, tiene algunas lianas con flores muy bonitas, la niña abre con la llave y entran a un pasillo bastante ancho, y bajando algunos unos escalones, llegan a una puerta azul con un picaporte antiguo, la niña elige otra llave, Samira piensa que parece que la niña conoce muy bien cuál llave abre cada puerta. —Ya llegamos aquí es, este apartamento era de mi hermano, pero se mudó arriba conmigo porque nuestros padres murieron en un accidente, hace 5 años—le dice tranquila Carolina, como si ya se hubiese acostumbrado a hablar de aquello. —Lo lamento mucho, yo... también perdí a mis padres hace casi dos años—le dice mientras abre la puerta del apartamento. — Yo también lo lamento, es muy triste, pero mi hermano me dijo que la vida sigue, y que nuestros padres se pondrán tristes si me ven llorar. Samira piensa que esa fue una forma muy tierna de poner las cosas. —Si eso me dice mi abuela a veces, pero no es malo extrañarlos, ellos están en el cielo cuidando de nosotros,¿Cuantos años tienes?—pregunta Samira. —Si, se fueron y ahora son estrellas en el cielo, yo tengo 12 años—comenta inocente. — yo cumplo 23 años en noviembre—le dice Samira mientras toma su frapuccino. —El cumpleaños de mi hermano también es en noviembre y el mío ya pasó, era en febrero. —Felicidades aunque sea atrasado—le dice Samira con una sonrisa, se sorprende al ver lo espaciosa que es el lugar. —Espero que decidas mudarte mi hermano tiene muchos amigos pero yo solo tengo una amiga, me gustaría tener una amiga nueva. Samira pasa por una cocina pequeña y mira hacia una pequeña sala enfrente, tiene medio baño de visitas un cuarto de lavado, continua por un pasillo y hay dos habitaciones cada una con su baño una de ellas aún llena de corotos, una bicicleta rota, una caminadora, cajas con ropas de invierno, y una alfombra gigante. Ambas habitaciones bien iluminadas, con una ventanas rectangulares, a lo largo de toda la pared tocando el techo y muy espaciosas, en generar se notaba que estaba bien cuidada. afuera notó la rampa al lado de las escaleras, tiene unas buenas alcantarillas, lo que significa que no estará nadando en agua en tiempos de lluvia, el techo de la vivienda es bastante alto y tiene una chimenea en ladrillos rojos. —¿Te gusta?—pregunta la niña. —¡Si está muy bien, me gusta!, solo debo ver cuánto cuesta y ver si no se pasa de mi presupuesto. Ambas salen del apartamento y regresan a la cafetería Aromas. —Bien ¿Qué te parece?— pregunta Cristian. —Me gusta bastante, pero tal vez se pase de mi presupuesto.—le dice con sinceridad—Pero tomaré el número y llamaré al que está en cargado de la venta. —Bueno podemos llegar a un acuerdo, si llegas a trabajar para mi—le dice—habla con él abogado de bienes raices, si te conviene cerramos el trato. Samira regresa con el número de bienes raices, su abuela estaba aún dormida así que decide marcar al abogado. —Si buenos días, bienes raices García, ¿En que le puedo ayudar? —Necesito información del apartamento debajo de la cafetería Aromas. — Mañana podemos juntarnos, igual debo pasar cerca de allá. —Bien, hablamos mañana—dice Samira. Por otro lado Alejandro ya estaría libre a media semana de todos sus compromisos y podrá ir a Boston para saber cómo va la investigación busqueda y rescate de su adorable muñeca. Es está tan perdido en sus pensamientos con unos documentos en mano que no escucha su teléfono celular cuando suena. —Si, buenos dias, Ofelia ¿que pasa?— contesta la llamada. —Señor acaban de llegar los resultados de sangre que le hice a la señora Samira cuando se sentía mal la última vez...hay algo que usted debe ver por usted mismo.
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