Lluvia de primavera.

1499 Words
—¿Estas clara hasta ahora?—vuelve a preguntar Brittany al ver que Samira guarda silencio. Brittany piensa que está sacando las cuentas, lo que hizo que sonriera. —Si entiendo. —Bien, si un cliente quiere que te vayas con él, te pagaremos al instante 2 mil dólares, eso implica que deberás pasar una semana con el o la clienta, ya que hay casos de mujeres que también buscan nuestros servicios, pero en ese caso no nos hacemos responsables si te pasa algo, por eso debes firmar una salida, si el cliente te quiere para más de una semana, el deberá cubrirte todos los gastos de comida ropa y zapatos, y alojamiento, no deberás repetir atuendo cuando estás con el cliente, así que no te cohiba de gastar cuanto quieras de su dinero. Si un cliente quiere probar sadomasoquismo, o sexo an@l deben firmar un mutuo acuerdo, y se terminará cuando cualquiera de las dos partes así lo quieran, ese servicio se te paga aparte 5 mil dólares por cada mes completado, si terminas ese contrato antes de terminarse el mes porque no lo soportas, solo se te pagará el 5 por ciento. Y por último si un cliente quiere que dejes de trabajar con nosotros, ya sea porque quiera cansarse contigo o cosas por el estilo ese cliente o persona debe pagar 2 millones de dolares. Si eres tú quien quiere terminar el contrato antes de un año, debemos confirmar por todos los medios que no haya un hombre detrás de esa decisión, y deberás pagarme el 30 por ciento de lo que hayas ganado conmigo en ese tiempo determinado. Eso es todo en cuanto a eso. Samira tenía los ojos como dos platos cuando ve que Brittany, le hizo toda esa lista de precios y condiciones. Se siente super acalorada con tantas especificaciones y detalles, para ser una Escort. —Wao, eso es mucho dinero. Realmente son muchos detalles. —Bueno dame un segundo, ve pensándolo regreso ahora. Cuando Brittany se aleja Samira se gira de nuevo hacia el balcón con lo poco que le quedaba de aquel trago, minutos después la bartender se le acerca con otro trago y le quita la copa vacía. — Brittany camina hasta donde está Matías, muy sonriente. —Y que se cuenta de nuevo Sr.Valdivia, veo que le agrado mi nueva adquisición. —Si realmente nunca conocer un angelito tan hermoso, realmente me agarraste fuera de base. —Como ya sabes está acabada de llegar, nadie más la a visto. Matías la mira por encima del hombro, sabe que Brittany se ha dado cuenta que esa chica de coleta alta le a llegado hasta la médula, tanto que mintió sobre lo de la entrevista solo para disfrutarla un poco más, él estaba acostumbrado a que sean las mujeres que lo adulen, o se le lancen con cumplidos estúpidos. Pero esa chica no conoce ese mundo, aún era virgen a sus ojos, en cuanto a mañas. Matías pasa un dedo por el borde de su copa imaginando que son los labios Samira o mejor aún su entrepierna húmeda. —¿Cuanto quieres para que sea de mi enteró uso? —Sabes que en cuanto Samira esté a la vista de los debas sabuesos, la puja por tener su atención estará reñida, pero cómo hemos hecho tantos negocios juntos te tengo un fuerte aprecio—dice riendo entre dientes. —Te haré un cheque en blanco—le dice mientras se levanta de su asiento—. Voy al baño, regreso en un momento. A Brittany se le abrieron los ojos de la avaricia, un cheque en blanco significaba que si algún cliente quiere a Samira, por más dinero que le ofrezca ella tenía la obligación de anunciar que Samira estaría bajo la protección de la casa, quien sea que quiera tenerla, deberá pagar la suma para que Samira deje el trabajo, osea pagar 2 millones por ella. Mientras eso no suceda Matías mantendría la puja más alta de exclusividad solo para él. Claro siempre y cuando Samira aceptara trabajar en el club. Brittany regresa al lado de Samira. —¿Bien que has decidido? —pregunta Brittany. —Realmente necesito el dinero... pero no voy con eso de masoquismo, ni sexo anal—le aclara de inmediato. —De acuerdo, entonces puedes esperar en el bar, traeré el contrato para que lo firmes. Por cierto ya hay un cliente que quiere tus servicios, osea que te pagaré desde que firmes 200 dólares extras, lo que implica que te quiere para que hables, le sirvas las bebidas, y lo acompañes, puedes juguetear y hacer que te desee, y así ir subiendo tus ganancias, es un cliente Mega VIP y lo bueno de eso es que estarás en esta área no necesitas bajar al bar a que nadie más te vea, puedes ordenar, comida y bebidas del menú a Daniela, la bartender y camarera que está en aquel bar, ella será tu asistente para lo que quieras, de ahí en adelante todo depende de ti, mientras mejor te portes con él, siendo tu misma, mejor te irá. tú trabajo termina cuando el cliente decida irse, no te preocupes son personas muy ocupadas, y con el tiempo encima. —¿Así de fácil?—se quedó sorprendida—y ¿cual es el cliente que me quiere?—pregunta. —El vendrá en un momento— dice Brittany. Brittany baja por un momento a buscar el contrato, a los varios minutos Samira lee bien todo y estuvo de acuerdo. Brittany le entrega 200 dólares de inmediato. —Bueno ya sabes en cualquier momento llegará el cliente. ¡Buena suerte! — ¿Puedes darme otro trago igual?—pregunta Samira a Daniela. —Hola de nuevo...esta bien yo se lo sirvo, Daniela—interrumpe de nuevo esa voz grave, casi como de barítono, quitándole la copa de la mano—dije que te enseñaría como prepararlo. Samira levanta la vista, y ve otra ves al Sr. Valdivia. Junto a él ella no se sentía intranquila, y saber que el estaría ahí cuando llegara el otro cliente, del cual ella no conoce nada, le calma los nervios en gran manera. —Hola de nuevo...cierto quedaste en enseñarme —le confirma con una sonrisa. Matías y Samira entre cuentos y risas, pasan dos horas, ya Samira se ha devorado 4 cócteles y probado otros dos nuevos sin tanto alcohol, ella le contó anécdotas de cómo prepara todos sus cafés, en un intento de compartir recetas, se siente muy bien, pero de repente hecha de menos que aquel cliente misterioso no termina de llegar, se siente intranquila por un momento, no puede olvidar a lo que ha ido. Mira su teléfono y ve una llamada perdida de Hugo, había olvidado por completo que había quedado en verse luego del partido de bingo con su abuelo. Una tristeza la invade. Pero vuelve a guardar el celular. —¿Estas bien?—pregunta curioso al ver el cambio de ánimo. —Si es solo que, Brittany me dijo que un cliente quiere mis servicios, y aún no llega. Matías sonríe a sus anchas, él da la vuelta, y se sienta al lado de Samira muy cerca. —Umm...ya veo, y ¿te asusta algo de eso? —La verdad...aún no se, es difícil para mí imaginarme haciendo esto... pero no tengo otra opción. Solo espero que sea educado y no se vea tan mal.—bromea mientras sonríe sin muchas ganas. —Me gusta tu abrigo blanco, fue lo primero que me llamó la atención en cuanto subí, luego vi tu coleta que dejaba ver tu sexy cuello, y ni se diga de tu vestido que te hace ver como un verdadero angel...realmente me dejaste sin habla. No recuerdo la última vez que vi a una mujer tan sexy. Samira no sabe por qué aquel hombre le parecía tan sensual hablando, lo compara con Hugo y éste le gana por más picardía y que le decía sin restricciones todo tipo de halagos. En ese momento comienza a llover, es una lluvia constante, que deleitaba a sus oídos mejor que cualquier música. —Muchas gracias Sr.Valdivia.—le dice mientras se bebe otro trago y ve lo hermosa que se ve la piscina infinita, cayéndole agua del cielo. El se le queda mirando, sin embargo Samira esquiva su mirada, vuelve a mirar hasta donde está el barandal, no sabe porque el cambia tan de repente y se le a sentado a su lado teme que si llega el cliente se lo valla a espantar. Y como si Matías le leyera la mente, este se gira hacia ella. —Samira si te digo algo debes prometer que no te enojarás conmigo. Samira arquea una ceja ahora llena de curiosidad. Ella no tenía motivos evidentes para enojarse con él. —Puedes decirme si no es nada indecente. Prometo que no me enojare contigo. —Yo... soy ese cliente que estás esperando.
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