Los ojos de Lorena se abrieron de la impresión al escuchar la palabra ESPOSA. Robert no le había mencionado nada de eso en ningún momento, así que se encontraba tan sorprendida como todos los demás presentes en la sala, sin embargo, no dijo nada, solo lo miró de reojo en silencio, pues sabía que él era su única oportunidad para poder salir de ahí y si él había decidido que esa era la solución, debía ser por una buena razón. No sabía cuál era la estrategia de su abogado, pero no quería arruinar nada, así que se mantuvo callada aguantando la ansiedad que sentía.
Por su parte, Joonam observaba a Robert desde el estrado lleno de rabia. En cuanto escuchó aquella declaración sintió como la ira lo invadió, pero debía mantener la compostura. Nadie estaba al tanto de sus sentimientos hacia Lorena y cualquier vestigio de ello podría complicar aún más las cosas para la chica e incluso, para él. Así que respiró profundo e intentó calmarse aunque no podía evitar apretar los dientes de manera inconsciente cuando sus ojos se posaban sobre Robert quien sonreía alegremente frente a Hans, el juez principal del consejo.
– Su señoría, ella es mi prometida y futura esposa –respondió Robert a la pregunta que le hacían.
Todos reaccionaron conmocionado y comenzaron a murmurar entre ellos. Las voces poco a poco dejaron de ser susurros para escucharse como una feria de sonidos que invadió la sala. El ruido molestó a Hans quien pareció perder la compostura por un momento.
– ¡SILENCIO! –gritó el juez golpeando su mazo. Todos los presentes callaron de inmediato.
– Señor King, no me agradan las bromas, así que si anda buscando burlarse de mí, le pediré que salga de mi sala.
– No me estoy burlando de usted su señoría. La documentación es correcta. La señorita Starring es mi prometida y he marcado la solicitud como esposa porque planificamos contraer nupcias en cuanto ella sea liberada.
Hans miraba a Robert no muy convencido de aquella respuesta. Le parecía completamente extraña esa situación, pero conocía al abogado desde que era un niño, después de todo, era el hijo de uno de sus empleados más fieles y antiguos, así que confiaba en él.
– Yo quiero saber sobre ese compromiso –se escuchó decir a una voz en un tono fuerte. Los ojos de Lorena se posaron sobre Joonam quien había decidido interrumpir su silencio– Yo no me encontraba al tanto de ese compromiso y eso me hace dudar de si es real o es solo un engaño para hacer que aprueben la solicitud –preguntó mirando con furia a Robert. Este le sonrió divertido.
Se notaba claramente la molestia de Joonam. Lorena por su parte estaba sorprendida, aquella declaración de su jefe buscaba sabotear lo que Robert intentaba hacer, no se estaba poniendo de su parte, no la estaba ayudando y eso le dolió.
– ¿Qué quiere saber exactamente señor Leng? –inquirió Robert casi con diversión.
Todos en la sala hacían silencio observando a ambos hombres discutir. Sin duda alguna era una situación que nadie se esperaba y no sabían qué pensar o cómo reaccionar. La molestia de Joonam era notable para todos, pero la mayoría simplemente pensaba que se sentía ofendido por descubrir que ocurría ese tipo de relación dentro de su institución sin él saberlo. Todos conocían a Joonam y su compromiso con las normas. Nadie nunca dudaba de su responsabilidad y seriedad, por eso pensaban que su ira se trataba más de haberse dado cuenta que lo habían engañado frente a sus propias narices.
– ¿Desde cuando conoce a la Señorita Starring? –comenzó Joonam con el interrogatorio.
– ¿Acaso eso importa? –Robert continuaba mostrando su sonrisa burlona.
– Sí, por supuesto que sí. Tengo entendido que usted tomó el caso hace apenas dos meses cuando mi asistente lo contactó, así que no sé qué está tramando, pero no creo que ese matrimonio sea real si se conocen desde hace poco tiempo.
– Pues… en eso te equivocas –aseguró Robert un tanto engreído– Si es cierto que conozco a la señorita Starring desde hace tan solo dos meses, pero desde el primer momento en que la vi, quedé cautivado con ella y es algo que no debería sorprenderle señor Leng, pues usted sabe muy bien cómo es eso. Todos en la sala conocemos a su novia y la historia de amor que comparten, así que me atrevo a decir que apenas la conoció, supo que era especial para usted… pero ¿sabes una cosa? a diferencia de muchos hombres… –dijo Robert observando a los ojos a Joonam de manera amenazante– yo no tengo miedo de demostrar lo que siento, yo si soy capaz de decirle al universo entero que amo a esta mujer, en especial porque sé que mi amor por ella le permitirá ser tan libre como merece. Por eso le pedí que fuese mi esposa y ella aceptó ¿Qué quieres que te diga? estamos enamorados y a la espera de que nos aprueben la solicitud que les hago para poder ser felices fuera de aquí.
Joonam resopló ante aquellas palabras. Quería golpear a Robert de la rabia que sentía, pero no podía, así que luchaba con sus sentimientos para poder controlarse. El ambiente de la sala se tensó luego de esa explicación. Era claro que entre los dos hombres existía una pequeña rivalidad y antes de que las cosas se complicaran, Hans decidió intervenir.
– Señor King, debo hablar con honestidad y decir que las condiciones en las que hace la solicitud me parecen poco ortodoxas. De haber sido hecha por cualquier otro abogado la habría rechazado de inmediato, pero debo confesar que aunque no lo quiera, seré parcial en este caso y aceptaré evaluar la solicitud porque como ya dije, lo conozco a usted y a su padre lo suficiente como para considerarlos profesionales serios y eso me hace creer en todo lo que me dice, quiero pensar que no busca engañarme, así que confiaré en su palabra.
– Gracias su señoría –respondió Robert sonriendo victorioso mientras miraba a Joonam con el rabillo del ojo.
– De igual manera –continuó el juez. Robert frunció el ceño confundido, creía que todo había acabo ahí– confío también en el señor Leng y su criterio. Aunque todos saben mis problemas con su familia, a él lo considero diferente. El par de siglos que tiene trabajando para nosotros me han demostrado que es un hombre honesto, responsable e inteligente. El señor Leng parece no equivocarse nunca y si se ha sembrado en él alguna duda con respecto a este matrimonio, quiero hacerle caso y asegurarme de que estoy tomando la decisión correcta, así que durante nuestra evaluación, el señor Leng se encargará de determinar cómo confirmar la veracidad de todo lo que estos documentos dicen… La sesión pasará a tomar un descanso temporal mientras evaluamos el caso –concluyó golpeando su mazo.
Los miembros del consejo junto a Joonam se levantaron de sus asientos para luego retirarse a la reunión privada que llevarían a cabo. La expresión de Robert había cambiado por completo, ahora se le notaba molesto, no se esperaba que Hans se pusiera de parte de Joonam, estaba acostumbrado a que siempre le dijeran que sí, por lo que en este momento estaba furioso.