REGLAS MARITALES

1901 Words
La voz del juez principal Hans Petroff era la única que se escuchaba en la sala. Todos permanecían en silencio mientras oían al hombre leer los documentos con todas las condiciones que Lorena debía cumplir. Ésta continuaba sintiéndose ansiosa con la situación, pues la idea de que Joonam fuese su supervisor la había tomado por sorpresa y temía que las cosas se pusieran peor. 4. Se impondrán condiciones con respecto al matrimonio a realizarse entre Lorena Starring y Robert King. El matrimonio deberá cumplir con ciertos requisitos durante el periodo de libertad condicional para asegurar al consejo y demás oficiales a cargo, que dicho matrimonio es real y no pretenden engañar al sistema. – El señor Joonam Leng será el encargado de supervisar que se cumplan todas las condiciones y reportar cualquier eventualidad que se presente –explicó Hans a la sala. Lorena suspiró. Su jefe iba a supervisar su matrimonio, sin duda era la mejor manera de iniciar su vida marital, pensó con sarcasmo. Solo esperaba que las reglas no fuesen demasiado complicadas y se limitaran a simples entrevistas de vez en cuando. 5. El divorcio no está permitido antes de los primeros tres años de matrimonio. Sin importar las circunstancias, la pareja deberá permanecer junta y el señor Robert King deberá cumplir con su trabajo de responsable durante los primeros 3 años de matrimonio. Luego de transcurrido este periodo y de darse el caso de divorcio, se llamará a evaluación por parte del consejo en donde se asignará un nuevo responsable. – He de aclarar que ese nuevo responsable solo se asignará en caso de que el consejo considere mantener la libertad condicional –explicó Hans– pues en caso de que se piense que la señorita Starring ha faltado de alguna manera al proceso o simplemente no se encuentre a alguien que pueda hacerse responsable de ella, deberá regresar a su antigua condición hasta la próxima revisión por parte del consejo. Lorena tragó duro ante aquella explicación. Básicamente estaba en manos de Robert, pues si él decidía un día que quería divorciarse de ella y no ser su responsable por más tiempo, la echaría a la suerte, pues como él mismo le había dicho, habían muy pocas personas en la que el consejo confiaba para ser responsable de un recluso como ella. Así que en otras palabras, si quería mantener su libertad, debía hacer que su matrimonio funcionara a como diera lugar. 6. El proceso de divorcio podrá iniciarse y aprobarse por parte de Robert King cuando este lo decida. El proceso de divorcio podrá iniciarse por parte de Lorena Starring únicamente cuando la solicitud del mismo sea aprobada por el consejo. Tras cumplido el periodo de los tres años establecidos como obligatorio, Robert King podrá separarse de su esposa en cualquier momento si lo considera necesario. Debido a su cargo e historial, su solicitud será aprobada en el mismo instante haciéndose efectivo el divorcio de inmediato. Por su parte, Lorena Starring solo podrá iniciar el proceso de divorcio si y solo si, el consejo acepta la solicitud en base a la lista de razones pre-establecidas como aceptables y de ser aprobado el pedido, se hará efectivo en el tiempo que dicho consejo lo considere pertinente. ¡Madre dios! Fueron las palabras que golpearon la mente de Lorena en ese momento. No podía creer lo que estaba escuchando, básicamente no tenía derecho a divorciarse de Robert, solo él podía decidir dejarla, porque estaba segura que esas razones “aceptadas” por el consejo, serían cosas que posiblemente ella no pudiese cumplir. Si aquel comentario machista del juez la había hecho sentir incómoda, esta situación le molestaba terriblemente. Era claro que la estaban castigando solo por ser mujer. 7. La pareja deberá presentar pruebas de que se ha consumado el matrimonio en un periodo máximo de 1 mes tras efectuarse la boda. El supervisor de la libertad condicional será responsable de asegurar que el matrimonio sea consumado y las cosas transcurran con normalidad de manera de confirmar que la unión es real y no un simple engaño al sistema. El supervisor determinará a criterio propio, las maneras en cómo verificar que el matrimonio ha sido consumado. Los ojos de Lorena se abrieron como platos ante el asombro de aquellas palabras. Miró a todos los jueces con cara de susto. Hasta ese momento no había pensado en nada de eso. Sí estaba consciente que debía casarse con Robert e ir a vivir con él, pero quizás debido a su inocencia, en ningún momento cruzó por su mente que eso también implicaba que debía acostarse con él. No era precisamente que se quejara, ya que Robert era un hombre bastante apuesto, pero ella nunca había hecho nada de eso y no podía evitar sentirse ansiosa, en especial porque su jefe debía estar enterado de todo lo que ocurriría en su noche de bodas. Quería morir. – Señorita Starring –la llamó el juez. Ella posó su mirada sobre él. – Sí su señoría. – Debo hacerle una pregunta ¿es usted virgen? –interrogó sin pudor y con una sonrisa en el rostro que a Lorena la hizo sentir incómoda. Hans la miraba de manera un poco pervertida y eso la asustó. Los labios de Lorena comenzaron a temblar por los nervios y no sabía qué responder. Su corazón latía acelerado y volteaba a ver rápidamente a todos los hombres de aquel juzgado que de golpe parecían interesados en ella. – Creo que eso no es importante –se escuchó decir a una voz. Joonam nuevamente salía a su auxilio. Lorena volteó a verlo un poco asustada, pero sintió que su corazón saltaba de felicidad al darse cuenta que él la defendía. Estaba completamente avergonzada y no quería responder a esa pregunta con todos mirándola de esa manera. La incomodidad que sentía era cada vez mayor y por eso agradecía a su amado jefe que hubiese decidido ser su pequeño héroe en ese momento. – Por supuesto que sí señor Leng –aseguró el juez mirándolo de forma burlona. Todos permanecían en silencio, pero mantenían sus ojos sobre Lorena al tiempo que ella sentía que le sonreían de la manera más asquerosa. Definitivamente la incomodidad era terrible para ella y lo que más le molestaba, era que Robert parecía muy tranquilo. No lucía como si le importara aquella pregunta, ni tampoco como si quisiera intervenir de alguna manera. Solo se mantenía de pie sin inmutarse como si aquello fuese la cosa más normal. Lorena comenzaba a sentir algo de dudas sobre su futuro marido. – Señor Petroff, no creo que la virginidad de la señorita Starring debiera ser un tema de discusión aquí –repuso Joonam con molestia. – ¿Está seguro que es señorita? –exclamó el juez con una sonrisa. Joonam apretó los dientes con rabia, no se podía creer que algo así estuviese sucediendo. – No me parece un tema relevante. – Bueno, señor Leng, si vamos a hablar sobre matrimonio, este tema hay que tratarlo porque no puedes decir que se han casado por amor si no mantienen relaciones –Joonam suspiró tratando de calmar su molestia. – Está bien, pero eso es indiferente de si ella ha estado o no con algún hombre antes. – Bueno, considéralo como simple curiosidad por parte del consejo –rió de forma burlona– además, a ti también debería causarte algo de curiosidad por que por las cosas que todos hemos escuchado de tu familia, ustedes son expertos en estos temas ¿no es así? –Joonam no respondió, se limitó a mirarlo con una expresión que gritaba que quería matarlo– así que supongo que hemos elegido a la persona correcta para hacer todas las verificaciones –concluyó mientras reía alegremente. – Por favor señoría, continuemos con el resto de la sesión. Aquella frase fue más una orden de parte de Joonam que cualquier otra cosa. Él no dudó en usar su pequeña habilidad en ese momento. Quería acabar con el tema cuánto antes. Aunque se sentía bastante agotado mentalmente después del día que había tenido y debido a eso, su talento especial no era tan fuerte como hubiese querido, hizo su mayor esfuerzo para lograr acabar con la situación. Estaba realmente enfadado y le causaba asco que los miembros del consejo se comportaran de esa manera. – Si me lo permite –habló finalmente Robert dirigiéndose al juez– le puedo asegurar que mi futura esposa es virgen –exclamó tranquilamente retomando el tema cuando todo parecía haber quedado saldado. Lorena lo miró asombrada ante aquella declaración. No sabía que le sorprendía más, si el hecho de que Robert estuviese tan seguro que ella nunca antes había estado con un hombre o el que lo dijera como si nada. Ella esperaba que él se sintiera al menos, un poco ofendido por la pregunta que el juez le hacía, pero parecía que solo ella y Joonam habían tomado de mala manera ese interrogatorio. – Muy bien –dijo Hans con una sonrisa– entonces supongo que el trabajo del señor Leng será sencillo –exclamó riendo. Él lo miró con el ceño fruncido– solo le toca revisar las sábanas luego de la noche de bodas y confirmar que el matrimonio sea real –concluyó como si nada. – No se preocupe señor juez, yo mismo me aseguraré de demostrarle al mundo que mi esposa… es solo mía –respondió con una sonrisa de orgullo mientras volteaba a ver a Joonam. Éste se tensó, pues no sabía por qué Robert había decidido afirmar aquello como si intentara decirle algo. En su mente se instaló la duda de si él podría sospechar sobre los sentimientos que tenía hacia Lorena y esa idea lo hizo tragar duro. De todas las personas que podrían ponerlo en aprietos si descubrían la verdad, Robert era al que más temía, ya que sabía que ese hombre no tenía escrúpulos y la rivalidad que ambos habían amansado durante años, le daba todas las excusas para que intentara acabar con él. Por otro lado, la quijada de Lorena había caído por la sorpresa. Se sentía terriblemente abochornada y lo peor era que su prometido y futuro esposo reía con orgullo ante la situación. Actuaba como si ella fuese un trofeo que hubiese ganado y quería exhibirlo. No podía creer que le tocara vivir algo así. Él único hombre en aquella sala que parecía querer protegerla era Joonam, cuya expresión reflejaba su evidente rabia. En ese momento él tenía ganas de agarrar a golpes a más de uno, comenzando por Robert, a quien consideraba un gran idiota. Los hanyagur podían saber que sentían y pensaban su pareja en todo momento, pero esto solo ocurría tras la vinculación. Lorena y Joonam jamás habían hecho el intercambio, no existía tal conexión entre ellos, sin embargo, en ese momento a él no le hacía falta esa unión para saber muy bien lo que su pareja de vida estaba sintiendo. Lorena lucía completamente avergonzada e incómoda y eso le causaba a Joonam una rabia descomunal. Su quijada estaba salida hacia adelante demostrando lo molesto que se encontraba, pues en ese momento veía a su mujer agachar la cabeza intentando aguantar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Ahora más que nunca odiaba a Robert y a ese estúpido matrimonio que se había inventado, pues estaba poniendo su vida completamente de cabeza.
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