—¿Qué quieres tomar? —Buenas decisiones, pero después de nuestro matrimonio no fueron tan buenas —dijo Agnes medio sonriente. Hunter la miró por encima del menú. —Hablo en serio. —También yo —replicó ella observando el menú sin saber demasiado cuál elegir—. ¿Sabes qué? No sé de vinos. Elige. Hunter eligió una botella de chardonnay y Agnes le dijo que era una buena elección. Era mentira que no sabía de vinos, solo le cedió un poco el control. Agnes se colocó la servilleta sobre las piernas y bebió un sorbo de agua antes de que llegara el vino. El mesero abrió la botella y sirvió las dos copas, mientras Agnes, sedienta, esperó para beber la mitad del líquido de un sorbo. —Afuera hay una fuente, por si aun tienes sed —bromeó Hunter. Agnes hizo una mueca y colocó la copa sobre la mes