Retomo mi tarea y mientras disfruto de sus suaves labios, retiro suavemente de su cuello el collar que lleva, sé que es un recuerdo de su madre y no quiero que se estropee.
Continuó dedicado a sus labios, bajo por su cuellos en donde estaba su collar la llenaré de besos, mis manos buscan el broche del sostén y por fin logró liberarme de él, agradezco a Dios por las enseñanzas recibidas esta semana, lo tiro lejos y me dedico a ellos, son hermosos, pequeños y naturales, puedo sentirlos y ver como ella disfruta cada roce, cada beso, cada caricia.
Con pasos suaves la llevo hasta la cama me siento y quedo más o menos a su estatura, puedo recorrerla con mayor libertad, aun con el panti la lleno de besos y caricias, ella se aparta un poco, entiendo que siente pena, los tomó y lo voy bajando sin dejar besarla, frente a mí está una escultura de mujer, su cuerpo es perfecto tiene todo en su lugar, la siento a mi lado y mis besos la seducen, mientras mis manos la recorren hasta llegar a su territorio oculto, ella se tensa y toma mi mano, entrelazo mis dedos en esa mano, me arrodilló frente a ella, la miró y está con los ojos cerrados.
—Ábrelos quiero que veas lo que haré, no temas lo disfrutarás, seré lo más delicado que sea posible, esta noche será inolvidable para ambos.
Con mis manos voy abriendo sus piernas, ella se tapa con las suyas y se las empiezo a besar, mi lengua se filtra entre sus dedos y van cediendo hasta que dejan de ser un obstáculo para mí.
Me abrí paso y escucho un nuevo gemido, este más suave y relajado, estoy dedicado a consentir esa zona, es suave, dulce y cálida, ella se tira a la cama y se mueve al son de las caricias, sus gemidos son mucho más fuertes, intensificó los movimientos mi mano va a su pecho mientras meto la otra bajo su cintura y la atraigo para poseerla totalmente.
Ella trata de escapar, pero no la dejó, quiero sentir su primera liberación, que se entregue totalmente, que por primera vez pierda el control, quiero ser dueño de esos momentos veo como araña la sabana, sus piernas se tensionan y me apresan, dejándome clavado entre sus piernas, no pierdo el tiempo y aprovecho para hacer que sienta la corriente pasar por todo su cuerpo y libere todo, que no quede ni una gota en su interior y que calme mi sed de ella.
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Que fue todo esto, es una mezcla de emociones deliciosas, él me mira y esa lujuria en sus ojos me encanta y quiero más,
Me vuelve a besar y con su dedo me sigue acariciando, su camisa ya no está y veo un provocativo pecho, es como en mis cuentos de hadas, un delicioso príncipe que toma a su princesa.
Suelta su correa y el botón de su pantalón y este cae, su bóxer va bajando, me imagino algo de tamaño proporcional a lo que escucho hablar a mis amigas, queda desnudo y mis ojos no salen de mi asombro, es tres veces mucho más grande de lo que mis amigas me han descrito, creo que las han estafado.
—¿Te gusta lo que ves?
—Más bien me asusta lo que veo—contesta Andreina, tapando su cara con los dedos abiertos.
No puedo evitar reír, su cara es simplemente de pánico, pero también de curiosidad.
—Tranquila seré cuidadoso.
Regreso a mis juegos, nuevamente me dedico a su zona prohibida, a diferencia de hace un rato que me pedía que me alejara, ahora lo disfruta más gime y me pide que no pare, muy pronto nuevamente se derrite de emoción y sin darle tiempo de recuperarse, ubicó a mi amigo que está muy emocionado por entrar a explorar ese nuevo territorio, ella se tensa un poco al sentir a mi amigo en su entrepierna.
—Tranquila no te va a morder, iré despacio.
La beso suavemente en sus labios, pero ella toma mi cuello y me besa con pasión lo que me enciende y me hace querer entrar, voy suave, con ternura y mi amigo se abre paso, ella aprieta, mis dedos la acarician para que esté más cómoda y ella arquea su espalda y suelta su cuerpo dejando que todo sea mucho más fácil, veo una mueca de dolor y me detengo.
— ¿Quieres que pare?
—Quiero ser tuya— me dice al oído, así que continuo lo hago lento mientras ella se acostumbra a sentirme en su interior.
—¿Te gusta?
—Sí.
Se muerde los labios y voy aumentando la velocidad, la veo nuevamente arañar la sabana, toma una almohada y se tapa la cara, yo se la quito, deseo ver cada gesto, cada reacción, es mía, todo su cuerpo es mío, disfruto cada parte de su cuerpo, exploró todas sus regiones, he conquistado un territorio inexplorado y es todo mío, no te pienso dejar ir.
Terminamos y un rato después queríamos hacerlo de nuevo, esta vez ella se dedicó a explorarme, odio que toquen mis pies y ella se adueñó de ellos, los beso, recorrió cada parte de cada uno, luego ascendió por mi cuerpo, llegó a visitar a mi amigo y él muy cortésmente atendió bien a la visita, la alimento y le permitió seguir su recorrido por mi pecho hasta llegar a mis labios.
Es una mujer hermosa, la tenue luz de la mesa de noche me permito ver sus delicadas facciones, la senté en mi trono, terminé de soltar su cabello y es una diosa, maneje su cuerpo y nuevamente llegué el clímax junto a ella, esta vez sin dejar de mirar su rostro, quería grabarme su imagen, su aroma, todo de ella.
La tomé en mis brazos y ella se durmió después de preguntarme mil veces que diablos había sido todo eso, por fin me dormí, deseando descender del barco aferrado a esta bella mujer.
Desperté con los rayos del sol en mi cara, y entre dormido veo que ella ya está vestida, rápidamente se pone su antifaz, y sale corriendo, intento llamarla, pero no sé su nombre, nunca me lo dijo.
Me quedo en la cama, vuelvo a quedarme dormido, un rato después despierto y ella no está, sería solo un sueño, me levante y vi las manchas de sangre en la cama, me sentí feliz era realidad, había sido mía, toda mía, la busque en el baño y no estaba, solo encontré una nota en la mesa de noche.
Gracias por ser tan cuidadoso, nunca voy a olvidarlo. Besos.
Maldita sea no puede ser, se ha ido, como pudo dejarme, esto nunca me ha pasado, las mujeres siempre quieren seguir cerca de mí, pero no ella, ella es diferente, es única, es mía.
Debo buscarla, no me importa a donde tenga que ir, debo encontrarla debe saber que solo quiero estar con ella.