Soy esto

1572 Words
Leonel estaba viendo a Ralph en silencio, era demasiada información. Básicamente, su primo se había metido en la relación de Atlas y su familia, luego en la relación laboral de Atlas y un productor de televisión. Ralph dejó a Atlas o Atlas lo dejó, y se reencontraron por casualidad. Ralph le pidió que dejara todo para irse con él a una ciudad aburrida, y luego la dejó sola en esa ciudad para venir a Mainvillage. Ahora que están juntos de nuevo, quiere dejar ese trabajo. —Ralph, ¿estás seguro de que quieres estar con Atlas? —Sí. —¿Y no la engañaste? —No sé. —¿No sabes? —No. —Eso suena muy parecido a tu papá y al mío cuando les preguntas sobre sus votos matrimoniales. Ves cómo sí estás genéticamente relacionado con ellos. —¿Conoces a Genoveva Shakur? —Sí. Ralph y Genoveva se conocían desde su primer año en Harvard. Ella, al igual que todos, estaba segura de que había entrado gracias al nepotismo y no por méritos propios. Sin embargo, Ralph demostró que tenía excelentes contactos, pero también era tan capaz o más que cualquiera. El joven destacaba en sus estudios como un alumno fantástico y poco a poco se abrió camino en oportunidades impresionantes. Genoveva estaba teniendo dificultades en una materia y, a pesar de lo mucho que le fastidiaba estar cerca del hijo del nepotismo, el nieto favorito del presidente, quien había hecho un inicio tardío en una de las universidades más prestigiosas del mundo, tuvo que humillarse y pedir ayuda. —¿Qué necesitas? —Tutorías y que me ayudes, entre más estudio más siento que fracaso. —Entonces no estudies —respondió Ralph. Ella le acercó un café. —No te estoy pidiendo que seas mi mejor amigo o mi cita para follar el sábado, estoy pidiendo compasión y ayuda académica. Les funcionó por un buen tiempo. Genoveva estaba tan enamorada de George, su prometido, como él de Atlas, y era muy estudiosa, responsable, una excelente compañera de estudios, aunque tuvieran sus diferencias. Cuando terminaron la carrera, Ralph consiguió un puesto en Nueva York y ella regresó a Mainvillage. Habían perdido el contacto durante años y la verdad es que su amistad no iba más allá de los estudios, hasta que Ralph regresó como su jefe. Le entregaron la Fiscalía de Brownsville, en la cual ella trabajaba como abogada. Se invitaron a comer, salieron a bailar, la amistad comenzó a florecer, pero... era diferente, alguien que entendía al 100 % sus ambiciones, que la apoyaba. —¿Te acostaste con ella o no? —Salimos de copas, bebimos un montón. Al día siguiente desperté con resaca, vomitando, intoxicado. Atlas estaba en el apartamento, me llevó al hospital, rompimos definitivamente y Genoveva dejó de hablarme. —¿Solo Atlas sabe si te acostaste con alguien más? —Básicamente, sí. —¿Cómo sentiste la polla o los huevos? —¿Leonel? Sentí que me pasó un tren, me drogaron, me sentía fatal, todo se sentía raro y Atlas me había dejado. —Llama a Genoveva. —Genoveva. —Sí, qué tal que tengas un hijo por ahí. —Hazme el favor. —Esas cosas pasan, Randolph. —Deja de inventar. Leonel obliga a su primo a tomar una ducha mientras él va al otro cuarto. Los dos se visten con su ropa y Ralph sigue a Leo como si él supiera algo del amor. Gina y Atlas, por otro lado, habían pasado hablando toda la noche. La mayor de las hermanas había tenido más de un dolor en el pecho y una incomodidad, y juntas habían planeado cómo decirle a Max que necesitaban un poco de distancia de Mily y Draske, pero no de los niños. Incluso Atlas se había adelantado y se ofreció a cuidar al menor de sus sobrinos para que mamá y papá tuvieran un descanso. Max había hecho las gestiones pertinentes para reencontrarse pronto con su esposa. Gina se pasó a la cama de su hermana y la abrazó. —Se puede perdonar cuando es la persona correcta y está suficientemente arrepentida, se puede perdonar. —¿Cómo lo sabes? —Atlas... Soy abogada de divorcio y veo a muchas parejas divorciarse por el miedo al qué dirán, la vergüenza o el "a mí no me pasa", o sea, el ego, y pasan la vida lamentándose, pasan la vida pendientes el uno del otro, separados, con cinco divorcios más encima solo por miedo. Tú y Ralph ya vivieron aparte, ya vivieron juntos, solucionen esto. —Sabes, cuando alguien te siembra la duda en la cabeza, cuando te dicen, "uy... tus tetas son muy grandes" y comienzas a verlas anormalmente grandes, o cuando te culpan de haber sido infiel y llega un punto en el que ambos lo creen. —¿No me queda claro...? —Después de que le acusara en Washington, creí que si no había pasado, pasaría. Entonces, empecé a escuchar "Genoveva, Genoveva, todo con la puta Genoveva". —Sí. —Un día vine de sorpresa y encontré a Ralph desnudo en la cama, Genoveva a medio vestir en la sala, y ella me prometió que solo había bebido demasiado. —¿La mataste? —Le pegué, la insulté y le di veinticuatro horas para cambiar de trabajo si no quería que la destruyera por entrometerse en mi relación le prometí quemarla como la zorra que quería algo más con mi novio. —¿Se asustó con eso? —Puede que yo contratara a un investigador para seguir a Ralph las 24/7 por más de un mes, nunca pasó nada, solo algunas fotos en las que ella lo veía con ojos de: “quiero comerte”. Usé eso para asustarla. —Ay, Atlas —dice Gina impresionada—. Sí, eres mi hermana, pero todo esto es pasarse, estás loca. —Ya sé, la mujer renunció, rompí con Ralph y ya. —¿A qué le tienes más miedo? —A mi parentesco contigo. Es obvio que Ralph nunca lo supo, pero... ¿qué pasará cuando sepa que estoy loca? ¿Qué pasa si sí me engaña con doscientas mujeres? —¿Qué pasa si pones todo tu corazón y tu empeño en una persona y te falla? Es doloroso, te vas a sentir como si te destruyeran, vas a querer matarlo e intentarás matarte un poquito, pero... lo más importante es que sobrevivirás. Si eres lo suficientemente afortunada, te darás cuenta de todo lo que has amado y lo mucho que disfrutaste, y si eres mucho más afortunada de lo que pensamos, conocerás a alguien más, alguien mejor, y lo harás mucho mejor. —¿Eso te pasó a ti? —No, es lo que les digo a mis clientes —Atlas rueda los ojos incrédula y las dos ríen. Gina abraza a su hermana y Atlas la rodea con sus brazos de vuelta. Las dos escuchan golpes en la puerta y piensan que lo único que está mal con el lugar es el despertador humano. Atlas se ríe de la broma de su hermana y va a abrir la puerta. La joven se encuentra con Ralph y con Leonel, los dos la miran y ella a él. —Pensé que era el desayuno. —No sé por qué estás en otra habitación o por qué estás en un hotel con Gina, pero te amo. —Gracias, Ralph. —Cállate, hasta que termine. —Te amo, eres importante para mí y sé que en el pasado he estado con la cabeza en el culo de alguno de mis jefes, intentando escalar cosas que mi papá o mi abuelo escalaron, cuando en realidad ese no es mi sueño. Mi sueño es cocinar y tenerte a ti, amarte toda la vida y tener dos hijos preciosos que nos quiten un poco el sueño. Podemos tener un perro, pero la verdad es que no me gustan los gatos. Y vamos a cagarla, pero tienes que hablarme, escucharme y de vez en cuando creer en mí. Yo he visto gente con la polla más grande frotarse contra ti, gente más interesante o más famosa toquetearte, y me controlo. Y puede que haya hecho que despidieran a tu profesor, pero eso no puedes demostrarlo, y puede que haya logrado que te publicaran en The Times cuando hiciste el artículo, y la verdad, es que esos ocho meses que estuvimos separados los pasé fatal, viví en la oficina, tres secretarias y una pasante renunciaron porque las torturé un poco. Los últimos seis años no tiene sentido, básicamente he salido con citas que parezcan a ti o que son totalmente opuestas a ti y todo es simplemente jodido. Yo quiero estar contigo, sé eso y sé que funcionamos juntos. Yo soy muy consciente, de verdad, tengo defectos, y agradezco a Dios cuando los ignoras o cuando me amas lo suficiente y no los ves, Atlas, pero por más que quiera jugar a ser perfecto, no es real. Soy una persona con miedos y errores encima. Solo ámame y no me dejes, por favor. Maximiliano llegó a la habitación con rosas para su esposa, Leonel se las pidió prestadas y se las dio a Ralph. Gina se las quitó a este y fue a besar a su marido, tomó la mano de Leonel para dejar a Ralph y a Atlas a solas y ver si los dos resolvían sus problemas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD