Somos sus padres

2422 Words
Ralph recordaba que pidieron comida italiana, pastas a la boloñesa, y Drake parecía menos intenso después de comer y entender que él solo era un idiota enamorado de Tily. Gina quería entender en qué momento la bebé de la casa tenía su propia vida. La mayor de las hermanas escuchó en silencio a su hermana pequeña y a su novio. Drake estaba haciendo todas las dudas y ella tuvo que majarle los pies debajo de la mesa después de que a mitad de la comida, y de la nada pregunta: —¿Cuáles son tus intensiones, Ralph? —Llevo ocho meses con Atlas, tengo todas las buenas intenciones del mundo. A corto plazo, planeo llevarla de vacaciones conmigo a la finca de mis abuelos, hay todo tipo de animales y Atlas lo va a odiar porque juzga a los caballos. —Defecan mientras caminan. Cero educación —Explica Atlas y Gina sonrió. —A largo plazo todo, casa, auto, hijos y perros. Lo que Atlas quiera. Estamos destinados para toda la vida. —Qué intenso—comenta Gina. —Toda la vida. Es demasiado tiempo, ¿qué tal si Tily quiere otra cosa? Gina ya había vivido el desamor y sabía que para toda la vida se podía convertir en alguien robándose el perro y el otro echándole la policía muy rápido. En fin, le gustaba que tuviese un novio a diferencia de Drake quien estaba en silencio odiándole mientras comían, pero, Ralph tiene una actitud. —¿De eso se trata, ahora? ¿De lo que Atlas quiere? —responde Ralph sarcástico. —¿Qué quieres decir con eso?— pregunta Gina. —¿Le sacan sangre cada dos semanas? Vive sola en una casa, nadie le da de comer y nadie le acompaña. ¿Confío en que no se han decidido con respecto al rol o el lugar de Tily es una donadora o familia? —Tenemos una hermana enferma Ralph, ¿crees que nos gusta quitarle órganos a Atlas? La respuesta es: no. Estamos agradecidos por su existencia, no solo hemos ganado una hermana más, la cual es: divertida, dulce, inteligente, muy madura para su edad y caritativa como nadie. Hemos visto los milagros que la salud de Atlas obra en la vida de Fio —Responde Gina. —Nada de lo que se hace con el fin de lastimarle o por ser abusivos, mi mamá dio a luz a un bebé justo en el momento en que mi hermana enfermó. Y no era compatible, ninguno de nosotros lo es. —Dice Gina con tristeza. —El tipo de sangre de mi mamá es A+ y mi papá B-, ambos son recesivos—explica un poco de genética. —Como resultado; nosotros dos somos A +y AB+, Fiorella es O-. Es la probabilidad más baja en el cuadro genético de nuestra familia, pero mi hermana es incompatible con todos excepto con Atlas. —¿Dónde está el límite?—pregunta. —¿Dónde la vida de Atlas, sus sueños, su salud y su comodidad son más importantes? —¿Ralph?—pregunta Atlas. —¿Tu voluntariamente desde que naciste quieres donarle todo lo que sea necesario a tu hermana, emocionalmente es bueno para ti, te sientes cuidada y amada Tily? —Ralphy, ¿de qué vas? —pregunta Atlas. —En meses es la primera vez que veo a tu familia, todas las semanas después de donar estás aquí sola. Solo me gustaría entender. —Puedes haberme preguntado. —Es un tratamiento experimental, se requiere de un donador de sangre y médula ósea. Mi mamá ha dejado el trabajo, mi papá está en la cumbre de su carrera y nos mantiene a todos. Yo estoy bien y mi hermana enferma. ¿Entiendes eso? ¿Te queda claro? La puerta de casa se abre y el señor Zollinger ingresa con siete galones de helados. —¿Dónde están mis niños? —pregunta el hombre mientras su mujer empuja a Fio. —Fifi—grita Atlas y va corriendo en su dirección.—¿Te han dejado salir? —Por un par de noches, pero no podré ir a ver a Drake. —Fio señala a Ralph. —¿Eres el novio?—pregunta Fio. —Hola, sí. —Hola. —Es guapo—susurra para que su hermanita escuche. —¿El novio de quién? —pregunta Georgina mientras mete las cosas de Fiorella a la casa. —Drake es gay, y le pega a su nuevo novio—bromea Gina antes de ir a saludar a su padre. —No estoy entendiendo. ¿Es tu novio, Gina?—pregunta Gio a su hija mayor. —Es el novio de Tily. La mujer ve a la menor de sus hijas e intenta controlar su tono de voz, su marido y ella comparten una mirada y Christopher se acerca a Ralph, estrecha su mano y le pregunta su nombre. —¿Atlas, por qué no has mencionado un novio?—pregunta su padre y le da un beso en la frente. —¿Desde hace cuánto tienes un novio?—pregunta su madre y suelta la bolsa —¿Quién te ha dado permiso? —Mamá, aparentemente Atlas está en condición de abandono. Le sacan sangre cada tres semanas, vive aquí con su novio que no conoces. —comenta Drake.—Básicamente, ni la conocemos a ella. ¿Te apetece castigarla? —Sí, por supuesto. Tú no te mandas sola, no tienes permiso de tener novio y ni hacer lo que se te dé la gana. ¿En qué estás pensando? ¿Atlas este es el vago que te prohibí?—recuerda Gio y se acerca a su hija menor. Ralph la pasa detrás de él y le sostiene la mano. Gio le observa incrédula por el atrevimiento. —Estoy hablando con mi hija, muévete. —Mamá, cálmate. —pide Drake. —Los que están fatal son tú y mi papá, Atlas no ha hecho nada que Gina, Fio o yo no haríamos. A mí, después de estar una hora en esta casa lo que me apetece es pelear la custodia de Atlas. Atlas está en esta casa sola y cuando vienes la regañas, ¿con qué derecho? —Es un caso… particular, pero ganarías.—Añade Gina. —Nosotros dos hemos tenido acomodaciones de vivienda muy particulares y soy la primera en entender que la salud de Fio es fundamental, pero, Atlas no tiene situación de vida. Atlas no tiene cuidadores. Es obvio, que el problema no es Atlas. El problema es que en esta casa hay una adolescente de catorce que vive sola. ¿Qué esperaban? Georgina asesina a sus hijos mayores con la mirada y les pregunta cómo van a ser mejores papás de su hermana, si planean llevarle de gira con el equipo o a vivir en el apartamento pequeño de Gina que es inapropiado hasta para ella misma. Fiorella se muestra tan incómoda como Atlas y sugiere esperar a que se vayan las visitas para ser disfuncionales. Atlas les asegura a todos que está bien y todos se giran mirarla incrédulos. —Ralph, ya es hora de que te vayas.—Propone Atlas. — Gracias por acompañarme y ser tan político. Tu pobre mamá ha de estar tan preocupada. —Sí, su mamá—resalta Georgina. —Mira, se ha educado bien. Atlas no tiene mamá, pero piensa en la mamá de los otros —todos se giran a ver a Gina —¿Por qué no conocemos a Ralph? —propone Christopher. —¿Comes helado? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué planeas estudiar en la universidad? —Secuestró a mi hija y se la llevó a quién sabe dónde a hacer quién sabe qué. No lo quiero en mi casa ni cerca de mi hija. —Conozcamos a Ralph—insistió su marido. Ser como la noticia había estallado sus teléfonos en felicitaciones Atlas y Ralph decidieron que la mejor idea era apagar los celulares y concentrarse en disfrutar primero el uno del otro y segundo de la celebración de cumpleaños de la princesa Sofía, sus amigas, desde la infancia, algunos amigos que Ellis invitaron y el pretendiente de la joven. —¿Qué culpa tiene el cerdo? —pregunta Atlas. —Ya…nada de culpa. —¿Has visto el regalo del cuñado? —pregunta Elise. —¿Quién te ha invitado? —Mis tíos y mi prima. —¿Quieres que le cortemos los brazos? —pregunta Leonel. —Yo recuero tener la edad de Sofía, catorce son —Ralph mira a Atlas serio. —Y tener un novio, que me hacía sentir guapísima, segura de mí misma y sobre todo; amada y muy protegida. El sexo era divertido, pero tenerte fue espectacular para mi mente. Ralph deja la pinza de la carne y abraza a Atlas, le da un beso en la mejilla y le acaricia el pelo suavemente, mientras ella le acaricia la espalda. —Después de decir todo eso entiendes cuán peligroso es permitirle un novio a mi hermana. —Él puede salir violado en esta situación—Asegura Elise. —¿Sofía tienes sensibilidad ahí? —pregunta Elise y su amiga y sus primos niegan con la cabeza. Lo último en lo que necesita pensar Ralph es en su hermana teniendo sensibilidad durante el sexo —Siente cosas muy ligeramente en diferentes partes, su “ahí” no es algo de lo que hemos estado preocupados. —Ralph, cariño—le llama su madre. —¿Puedes hacernos un favor? Deja de ver a ese niño así, como que le vas a matar —Me cae mal. —Vale, pero a tu hermana le gusta y tienes que acostumbrarte. —¿Tiene permitido tener citas, siquiera? —Tiene permitido, porque nosotros somos sus padres, no tú, cuando seas papá, podrás ser celos, horrible y engañarte tu mismo. Tienes permiso de ir a citas, cero sexo y cero lágrimas, porque entonces tendremos una excusa para mirarle así —Explica su padre. Ralph vuelve a darle vuelta a la carne y unos minutos más tarde la sirve, todos toman su puesto en la mesa. Melissa da un pequeño discurso en el cual recalca lo mucho que aman a Sofía y lo feliz que les hace tenerle en sus vidas. Ralph llena debes a su hermana pequeña y sus amigas se toman de las manos. —Señor Westborn. —Sí, niñas. —¿Qué tal si Sofi regresa con nosotras a la escuela? La llenamos de amor. —Yo tengo uniformes sin estrenar y somos de la misma talla desde el día que nacimos. —Comenta Alba. Los Westborn comparten una sonrisa y niegan con la cabeza. —Yo soy una tutora impresionante—agrega Cloe. —Y tengo los mejores apuntes de la clase. —Yo solo soy su amiga, ¿qué pasa si tiene un mal día? —pregunta Willow. —Definitivamente, no. Ustedes cuatro hablan demasiado. Viajamos en un auto juntos y hablan demasiado. Lo mejor para las notas de todas es que estudien separadas y como hasta ahora, se ven en la tarde todas las tardes, para hablar más de lo que estudian. —Las cuatro lo ven sorprendidas. —No es agradable para discutir esto en un cumpleaños. —Ya, ¿quién lo trajo a la conversación? —pelea Rafael de vuelta con las niñas. Hunter comenta que él y sus amigos viven todos en países diferentes y juegan casi todo el tiempo por internet, se mandan memes y una vez al mes, dos viajan a casa del alguno y pasan la semana. —Tus papás te dejan toda una semana libre. —¿No saben? Mi tía y mi abuela me visitan todo el tiempo. Tengo muchísima supervisión y soy responsable, compro comida y cocino y todo el tiempo me queda sin sal, pero leí que puede llegar a ser saludable, y lo más importante, es que estudio y mi casa tiene sensores, así que mi mamás sabe cuándo adopto un perro callejero o traigo gente a casa. —¿Sofía, mi preciada hermana, es un perro callejero? —Sofía, es mi amiga, y me estás viendo enojado porque sí y soy una buena persona. —Yo fui un… “perro callejero” —comenta Atlas. —Así que lo que sea que necesites Hunter, desde un acompañante al doctor o un plato de comida con sal que va a preparar Ralph porque cocino como el culo, soy tu persona. —Gracias. —Dice y sonríe hacia Atlas. —No son malos papás solo trabajan mucho. —Sí, nosotros sabemos sobre trabajar de más. —Aquí todos tenemos papás promedio—Comenta una de las amigas de Sofía. —¿Bueno… se puede comer o planeamos incomodar a alguien más? Alba mira a Leonel y le pregunta si está soltero. Todos en la mesa ríen y le aseguran que ese juego le puede salir muy caro. Leonel les recuerda a todos que pasó por los catorce hace mucho tiempo. —Yo soy la menor del grupo, pero, aprendo rápido. —Dios bendiga tu espíritu—Leonel cambia de asiento con una de las hijas de Elise y todos ríen porque la pequeña Lucy, sabe bien proteger territorio y el tío Leonel es suyo.
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