Tengo tu espalda

1258 Words
Elise y Atlas habían pasado la mañana junto a Pilar ordenando y supervisando todo lo que pudieses ser posible. Las amigas compartieron una mitad cómplice cuando su abuela sonrió y aplaudió complacida, casi al medio día. Leonel y Ralph estaban acomodándole las sillas a Pia junto a los trabajadores, mientras William y Frank ayudaban con las mesas, los dos miraron a Elise y Atlas a punto de escabullirse. Ralph se acercó sigilosamente a ambas para asustarlas y por supuesto funcionó, su prima se tiró al suelo el susto porque no logra defenderse ante el peligro y su novia se quedó seria mirándole después de recomponerse. —¿Por qué están tan nerviosas? —Ralph, no me gustan este tipo de bromas. —Cómo estás casada con un Francotirador y no sabes defenderte de las cosquillas Elise, eres una vergüenza para este país. La mujer se levanta del suelo y toma una silla, su abuela se gira y ve a Ralph a Elise con ojos asesinos. Los dos sonríen y pasivamente se alejan de las decoraciones de su abuela quien asiente complacida, Eso no salva a Ralph de todos los manotazos que pueda soltar su prima en un minuto. —Eses tonto del culo. —Perdón, ya Elisita. —Disculpado, voy a ver a ms retoñas, comer con ellas, su papá y yo iremos a pasear, montar un poco, se unen o tienen planes. —Tenemos planes—Asegura Ralph mientras toma la mano de Atlas. La mujer quien ha estado muy reservada durante el día y concentrada en ayudar. Adecuar, apoya su cadera contra la de Ralph y trata de sonreír, lucir enamorada, feliz y relajada en cuanto ve a Michael, el hijo de en medio de los Westborn y sobre todo, la persona que oscila por el puesto de Ralph como magistrado. Atlas recuerdan pro qué están ahí mientras el hombre saluda a sus sobrinos y a su madre, Pilar él ve con el amor que solo una madre puede, por lo que; es incapaz de notar que su hijo tiene una agenda directa a su corazón. Todos saben que para causas políticas, Pia cree en un proyecto. Definitivamente, logrará convencer a su esposo de hacer lo que sea necesario por movilizar. En este caso, se enfrentan dos visiones, hombro con hombro, la modernidad contra la tradición. —Ralph, veo que tu padre te ha presionado y ha surgido el efecto correcto. ¿Has ido por la nieta favorita de tu abuela, ahora qué sigue, te casas? —Hijo, qué alegría verte—saluda Gabriel a su hijo pequeño con un beso en la frente. El hombre le da un corto abrazo a su padre. —Pensé que no vendrías. —No, están cerca las postulaciones par magistrado, no vaya a ser que no le apoyen los papás a los cincuenta —comenta Ralph irónico. —¿Están discutiendo por lo de ser magistrados? —pregunta Pilar y se ríe. —No tenemos control sobre ello. Es un tema del colegio de abogados y leyes, y a veces damos una sugerencia, pero no nos gusta tu idea de crear penas más largas y privatizar las porciones y no estamos enamorados de la idea de que Ralph sea magistrado. —¿Por qué? Ralph es dedicado e inteligente, lo hará fantástico —pregunta Atlas enfadado. —¿Por qué no hablamos de esto luego? —No mamá, por qué no hablamos ya de cómo les apoyas todo a mis hermanos y cuando se trata de mí buscan la mínima excusa? —pregunta Michael. —No hay competencia, yo debería ser el elegido, punto. —Michael, tienes el corazón en el lugar correcto, pero, tu cabeza viaja sin medida o limitación y eso no es bueno cuando se trata de juzgar si alguien mece o no ciertos castigos. Eres un juez muy estricto. —Es lo que el país necesita. —Bueno, mi respuesta es que no. Ralph, tu tampoco. Eres joven divertido, y muy creativo, hijo, ve disfruta. Ya cumpliste el objetivo, complaciste a tu padre, enorgulleciste a tu familia, has trabajado por este pueblo, es momento de que hagas algo por Ralph, algo que te guste como las cafeterías y cocinar, hijo. —¿De qué están hablando? —No vamos a apoyar a nadie para ser parte de ningún puesto durante los próximos años. —Sí, estamos de recargo. Vamos a solucionar mierdas e irnos con elegancia y si algo he aprendido es que el país no. Se merece el tiempo, la energía, los sacrificios. A mi hijo, Gabriel, le dio varicela y hubo inundaciones en Seinvillage y ningunos de sus papás estuvo en casa, tuvo todo arreglado la gente enviada y protegida, bonos para los damnificados la gente no se cuerda y no les importa. —Abuelo, tu legado es sobre dejar huella—Responde —Vale, hijo, es sobre dejar huella. En tres años, tu abuela y yo tendremos una nueva casa. Mi casa familiar será de alguien más. No voy a seguir haciéndonos esto. En todo caso, tú ganas si tengo que votar por uno de los dos. Tienes mi apoyo, Ralphy. Eres joven y eso es algo que nadie en esta familia te puede quitar. —El hombre toma el codo de su esposa y la aleja del grupo. Atlas sonríe triunfante hacia Michael antes de imitar al presidente y tomar a su pareja del codo para dirigirle lejos de su maldad. Ralph toma a Atlas de la cintura mientras van caminando enojados. En realidad, no saben a donde van, pero caminan. —¿Tienes hambre? —Sí, me gustaría comer unas pastas—comenta Atlas. —¿Te parece si preparamos una cesta y nos vamos a perder? —Preparo las cosas y tú la comida—Ralph asiente y los dos sonríen, él le da un beso sobre los labios y abraza. —Gracias por defenderme, Tily. —Siempre que necesites ayuda, llámame. Atlas va hacia la cocina y Ralph le ve desde el jardín con una sonrisa. Admirado por su nobleza y su dedicación. —¿Vienes? —Adelántate, tengo que hacer unas llamadas a la oficina. —Bien, voy adelantando. La joven entra en la casa entre confundida y emocionada. La sonrisa se le queda congelada cuando ve a su suegra, la mujer le mira y deja su merienda, se pone en pie para saludar a Atlas. —No sabía que venías. —Pia, es como una madre para mí. —responde la mujer. —Y yo he fallado en ser apasionada, defensora, intensa y loca por mí. Sé que es se construye con los años Atlas, pero somos familia, de una forma u otra. Con el tiempo agarraremos el toque. ¿Te parece? —Usted me defendió, cuando mis papás querían sacarme el riñón, contrató los abogados y pagó los gastos. Cuando estuve en el hospital enferma usted estuvo ahí. Es cierto, en el pasado fui egoísta, insegura e inmadura y Ralph ha llevado toda la carga emocional de mi inmadurez, de verdad, quiero intentarlo, lanzarme de cabeza. —Creo que eso último no tienes que decírmelo a mí. Lo otro lo he hecho con gusto Atlas, te mereces más. Te mereces una familia y creo que nosotros somos eso para ti. Regresé, perdón por la espera, pero sabe que me cuesta terminar las novelas y estaba ceñida con otra hasta terminarla. Tily defendiendo a Ralph, me encantó ¿ustedes? y lo que es el tío… ya espero sus comentarios. ¿Cómo estuvo la mamá de Ralph...?
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