Te deseo

1688 Words
Atlas no se entendía a sí misma, no sabía si debía abalanzarse sobre Ralph ahí mismo o simplemente seguir el plan original, el que incluía a sexo, pero no hoy. Conocía Ralphy y sabía que en su cabeza sí cabía la posibilidad de follarla como un loco, pero lo que pilló de la conversión con su madre entendía que la semana no estaba siendo fácil. —¿Te has preguntado qué va a pasar cuando acaben los dos años? —Pasarán dos cosas; estaremos más enamorados que nunca o nos daremos cuenta de una realidad que no hemos querido aceptar. —¿Y cuál es esa? —Eres mi primer amor, Atlas. Eso no va a cambiar y yo soy el tuyo, creo, que es el amor más intenso, genuino y maravilloso, pero, a veces puedes conocer otros tipos de amor y que sean buenos, sanos y simples —responde Ralph. Atlas no quería admitir que Ralph no solo era su primer amor, sino el amor de su vida y que no era solo sexo e ilusión. Era un tema de familiaridad, lealtad y confianza. El celular de Ralph sonó y este lo sacó del bolsillo escuchó a leo quejarse por estar varado. —¿Viniste en un deportivo? —No tengo autos grandes y nadie quería venir conmigo, no me gusta viajar de copiloto. —Le la vida no es una carrera —le recuerda Ralph. Su primo, y mejor amigo, el hermano que siempre soñó era corredor de autos impresionante, tenía una reputación y unos récords impresionantes, sin embargo, nadie confiaba en sus habilidades para contenerse fuera de las pistas. —Ralph, llevo una hora aquí botado, bajo este clima invernal me conformaré con ir de copiloto, si no ve a dejar a Tily y vienes por mí. —Vale, mándame tu ubicación. ¿Quieres comida? —Sí, por favor. Atlas y Ralph va a la registradora ella pide papas fritas, un café caliente como la gente decente y le muestra a su novio la ropa mientras esperan. Ralph le mira a los ojos y decide dejar de esperar y solo dar el primer paso. La besa en los labios, la besa de forma apasionada mientras pone su mano sobre sus nalgas redondas y preciosas. Atlas responde de inmediato al beso y a sus caricias, lleva una mano a su cabello y enreda sus dedos entre los risos de Ralph antes de gemir contra su boca ante el roce de pelvis contra la suya, la pareja se separará rápidamente y se miran a los ojos. Observan el lugar, en la baja cantidad de clientes, pero una en particular llama su intención. Kamille está por ingresar al restaurante para hacer un pedido para su esposo, su hermana y para ella. La joven se acerca y saluda a la agente más apasionada y enamorada que conoce en la ciudad, le da un beso a Ralph y otro a su compañera de trabajo. —¿Cómo han estado?—pregunta Kamille antes de acercarse a saludar. —Bien, haciendo unas compras y nos retrasamos. —¿para qué tanta comida? —Tu primo ha venido en un deportivo. —Está loco esto es pura montaña. —Sí, pero ya le conoces. —¿Quieres molestarle?—pregunta Kamille divertida y Tily ríe de inmediato, la mujer hace los pedidos de los tres y comenta que su cuñado ha traído a sus sobrinas y sus hijos en un auto solo, para que su mujer no llegue tan tensa a la reunión familiar. Están a una hora de distancia por todas las paradas al baño. Frank era un santo que además traía el asiento de copiloto disponible y una camioneta de papás. Los tres ríen ante la idea y Ralph le escribe un mensaje a su primo. Ralph Tronco, el rescate va de camino. Leo ¿Tily está manejando? Ralph. Ese es el menor de tus problemas Leo Randolph, ¿qué hiciste? Ralph (Kamille) No soy yo… Es Kamille, tu prima la sexy. Leo Dame a Ralphy, devuelvan a mi primo loca. Los tres ríen aún más. William sale del auto con la intención de apurar a su esposa. El joven saluda a su primo y su novia, luego las parejas se despiden para continuar con su camino. Mientras Ralph se dirige hacia la hacienda, Tily disfruta de la mala señal y el poco internet para rentar la cabaña todo el fin de semana, eventualmente, tendrán que disfrutar de la privacidad. La joven revisa su correo en busca de la confirmación, ve un correo de su padre y lo abre, no carga por completo así que le pide a Ralph que se detenga en medio de la nada. Ella sonríe y va corriendo hacia el bosque en busca de señal, y Ralph baja, cierra el auto y va hacia ella para recordarle no se adentrase demasiado en el bosque. Atlas consigue una barra de internet y con eso se carga lentamente el trabajo. Atlas, he estado pensando mucho en tu situación y quiero que entiendas que siempre he hecho lo que he podido. Yo no nací para ser un papá soltero o tomar la batuta en la paternidad. Esto es más un sueño de tu madre, por el cual estoy agradecido, tengo hijas espectaculares; Drake es uno de los mejores deportistas de su generación, Gina tiene una carrera impresionante para una mujer de su edad, y tú, hija; Atlas. Tú eres creíble. Te desenvuelves bien como: escritora, periodista, productora, ingeniera audiovisual… por cuenta propia. Te convertiste en esta mujer impresionante con una carrera a tope, enamorada del amor, sana y feliz. Tu felicidad me alegra el triple, si alguien merece ser feliz y vivir su propia vida, eres tú. Puede que sí estuviese leyendo tu currículo y me he abierto una red social (La app de colores; eso me tiene algo nervioso. Dar ¿un like? Fuera de contexto) ¡Qué horror!, pero ahí te ves feliz, viajando por el mundo, riendo con amigos viviendo el camino de Atlas. Lo que quiero que sepas es que estoy intentando saber quién eres. Quiero conocer a la mujer en la que se ha convertido mi niña cuenta chistes, la pequeña a la que le entregué mi amor y atención de la que casi nunca sé nada, incluso si su vida está en riesgo, Atlas, se ha confundido en el camino y cree que no puedes venir con papá. Cuando estés dispuesta a enseñarme un 10 % de la persona que está en estos documentos y fotos; la amiga que todos aman y admiran, la hermana por la que Drake pelea desde el segundo que te vio y la hija que me dio la vida, el regalo verdadero de la paternidad, lo conocí y lo entendí contigo. Tenía tres hijos ya cuando naciste, Tily, pero a ti te di el nombre, te esperé durante cuatro largas y tediosas semanas a que lucharas y sobrevivieras en el hospital, día y noche te di biberones, te cambié los pañales y te arrullé por las noches, porque te amo. Porque me pusiste los pies en la tierra y el corazón en el pecho. Juro que no eras la más hermosa de mis hijos, pero sí la más tierna. Esperaré tu llamada porque en internet dice que los hijos llaman por otras cosas que no son problemas y dinero. Te amo y te dejo mi número. Christopher Zollinger, directo de la base espacial Mainviliana, primer hombre en ir a la luna de este país, enamorado de su esposa por más de 38 años, con una azaña de alta importancia siendo el papá de Georgina, Fiorella, Drake y Atlas, la niña del papá. Nuevamente, recuerda que te amo, y no eres mi favorita, no quiero que muramos jóvenes si Gin o Drake llegan a ver esto. La joven ríe y se lo muestra a Ralph el mensaje de su padre. —¿Cuánto tiempo le habrá tomado?—pregunta el joven impresionado por los detalles y la declaración de amor paternal. Definitivamente, no podía competir con eso. —Déjalo. —¿Qué? —Eres… eres exactamente lo que quiero y yo también te conozco y sé que él eso tiene más que ver con todos los problemas en tu vida y el estrés, que con lo mucho que me deseas, pero no me interesa porque quiero hacerlo. Quiero sexo contigo y he reservado la habitación del hotel… Ralph la arrinconó contra el tronco de un árbol, la besó con fuerza, deseo, pasión y le metió mano. Atlas rápidamente tenía las manos ligeramente frías acariciándole los huevos. El hombre desabrochó el pantalón de su chica y repartió besos por su cuerpo para besar el sexo entre sus piernas, Atlas gimió y enterró su cabeza confuerzo contra su coño. La joven gimió mientras él saboreaba los jugos que demostraban lo lista que estaba atlas. —Fóllame. Penétrame, Ralph. No me hace falta nada más que tú dentro de mí. Es que escucharla decir lo mucho que le deseaba le encantaba, Ralph sabía que no sería una sesión de sexo larga si introduce su polla en ese momento dentro de ella, pero se puso de nuevo a su nivel y acarició ligeramente su m*****o. Altas le acarició las nalgas y desde atrás estimuló sus testículos. Él pasó la punta de su polla por el huevo caliente de la mujer y la escuchó gritar cuando metió por completo su polla dentro de la cavidad apretada y ansiosa por el contacto, los dos gimieron en el oído del otro. Atlas se llevó las manos a los pechos y los acarició mientras Randolph la follaba como un poco. La chica lamió el cuello del chico para enloquecerlo y él acarició su clítoris para ayudarle a terminar porque sabía que estaba muy cerca de c******e, los dos jadean, juegan con sus leguas, sus sexos. Se miran a los ojos ferozmente mientras Ralph se corre, la sensación del semen en su interior y las caricias de los dedos expertos de Ralph contra el botón sensible entre sus piernas hacen que Atlas se corra unos segundos más tarde.
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