Cuando el pasado pesa. (Isa Magdalena) Cada mañana es un día más para alejarme de mi deseo oscuro de conseguir venganza. ¡Desearía ver correr la sangre de esos que de modo premeditado dañaron a mi papá! En mi adolescencia no fui tan autoritaria… era una chica enamoradiza. Soñadora e ingenua. Me enamoré de mi mejor amigo, solo tuve ojos para él. Confiaba en sus palabras y el día que le declaré lo que sentía, no se burló, pero tampoco le dio importancia. El sentimiento fue creciendo y para nadie era un secreto. Después que se lo confesé, no dude en contárselo a los demás. Me sentía orgullosa de que las posibilidades de iniciar una relación con él habían aumentado. Las demás chicas bromeaban y hacían que mis ilusiones crecieran cada día un poco más. Recuerdo que siempre inventaba excus