Y así nace un milagro. (Isa Galán) Estaba muy nerviosa, no quería manifestarlo, pero los temblores en mi cuerpo me delataban. Tenía miedo de que las cosas no salieran bien, llegué a pensar que incluso podría morirme durante la cirugía. Todo para mí era muy extraño, pero Julián me animaba y era el que llevaba el rumbo de mi vida. Jamás podría terminar de pagarle lo que estaba haciendo por mí. Aunque ahora que se había atrevido a confesarme que me amaba, moría de ganas por verlo. Su voz me hacía imaginarlo de piel clara y cabello castaño. Con el corazón gigante, me prometió que volvería a ver y aquí estoy, en reposo, recibiendo medicación para en algunos minutos iniciar con el proceso de cirugía. Sé que estoy en manos de expertos y por eso confío en que todo saldrá de la mejor forma p