Capítulo Nueve: Libera a Athina Parr

960 Words
Phoenix revisaba unos documentos, había tomado un receso del trabajo, pero pronto debía volver. Cuando observó su teléfono estaba en vibrador, pero tenía una cantidad descomunal de llamadas perdidas. Eso lo preocupó al pensar en Miry y Ada. Iba a llamar, cuando la puerta se abrió, Miry entró, sollozaba. Phoenix se asustó y se levantó acercándose a ella. La niña estaba histérica y Ada entró, también lloraba. —¡Se llevaron a mi tía! —¡¿Qué dices?! —¡Mami, mi mami! —¡Se la llevó la policía! Phoenix estaba impactado, Dayne entró. —Papi, ¡Por favor, libera a mami! No puedo vivir sin mami. Phoenix, cargo a su hija, se sintió tan triste por ella. —Miry, traeré a mami, estoy es un error, pero en unas horas vendrá. Ahora ve con Ada y esperen aquí. Dayne quedó solo con Phoenix, él lo tomó del cuello de la camisa, estaba furioso. —¡¿Qué pasó?! —¡No lo sé! Llegaron por la señora, la acusaban de intento de asesinato. Los ojos de Phoenix se abrieron enormes. En la comisaría. Athina estaba ahí, estaba sola, agotada, sabía que era ese hombre, que él la había denunciado. 《¿Qué es lo que ha pensado hacer? ¿Cómo no vi al monstruo que he tenido frente a mí todo el tiempo? Siempre tan sumisa, la perfecta esposa para no defraudarlo, y todo porque creí que era mi única familia, ¿Y ahora? Solo quiere destruirme, es como una pesadilla de la que nunca podré despertar》, pensó Brian llegó ahí, observó al comisario, él era muy reconocido en Rosemund, todos le tenían gran respeto y admiración, era un supuesto hombre intachable y elegante. —Su esposa ha sido detenida. —¿Está aquí? —Sí. —¿Puedo verla? Sé que es extraño, pero necesito decirle algo, fueron dos años casados, entiéndame, comisario. —Solo por ser usted, haré una excepción —dijo el hombre y lo dejó pasar. Phoenix llamó al abogado, Elon entró. —¿Qué pasa? Me dijeron los guardias que hubo un problema. Dayne lo miró con recelo, no confiaba en ese hombre. —¿Averiguaste lo que te pedí? —Sí, Athina Parr está muerta, la única Athina que existe es su nieta Athina Thompson, recién exesposa de Brian Thompson, creo que esa mujer te ha tomado el pelo, Phoenix. Los ojos de Phoenix sé oscureciendo de desconfianza, sintió rabia al saberlo. —¡Imposible! Recordó que quería vengarse de ese hombre. —Su divorcio fue firmado apenas ayer. Phoenix tomó su teléfono y salió, Dayne lo siguio. —¡¿A dónde vas?! —exclamó —Iré a liberar a la madre de mi hija —sentenció. Athina no soportaba más, imaginó su vida ahí, encerrada por siempre, sus ojos se nublaron a punto de echarse a llorar, escuchó unos pasos. —Hola, querida exesposa. Esa voz siniestra la hizo temblar de miedo —¡¿Tú?! ¡Eres tan cínico para estar aquí! Él sonrió siniestro. —¿Creíste que podrías librarte de mí? ¡Quisiste arruinar mi reputación y ahora mírate estás acabada! —exclamó—. No dejaré que salgas de prisión, quizás hasta te mande a matar o primero te torture. Athina lo observó con ojos llenos de odio y rabia, ¿Quién era ese hombre? Era un monstruo. —¡Mejor que lo hagas! Hazlo, porque si logro librarme de esto, juro que acabaré contigo, te recordaré este momento, pagarás caro. Brian se echó a reír. —¡Pobre mujer, me das risa y lástima! Mejor considérate afortunada te dediqué un poco de mi tiempo y atención, de eso pedías un poco de limosna, ¿No? Es toda atención que tendrás de un hombre en tu vida, una mujer como tú no merece a un hombre como yo. —¡Claro que no! Yo merezco algo mejor que tú, Brian Thompson, eres una basura. Brian empujó los barrotes asustandola y ella retrocedió. —Ya veremos, mujercita, lo pagarás muy caro. Phoenix llegó y observó al comisario. —¿Tiene aquí detenida a Athina Parr? El hombre lo miró con desdén. —Sí. —Quiero verla. El hombre esbozó una sonrisa. —¿Y quién es usted para pedirlo? Nadie tiene autorizadas visitas a la mujer, larguese. —Soy Phoenix Masiss, ¿Mi nombre le resulta conocido? El hombre abrió ojos grandes, escuchó sobre ese hombre muchas veces, pero nunca pensó que lo vería cara a cara. —¿Cómo ha dicho? —dijo con voz temblorosa. —¿La veré o no? —exclamó rabioso —¡Claro que sí, señor! lo que usted ordene. Brian apareció ante él, lo vio y sintió nervios. —Señor Masiss... Phoenix lo miró, sus ojos se volvieron oscuros. —Libera a Athina Parr ahora mismo, es una orden o te despediré y te arruinaré tu carrera y la vida. El hombre le miró con ojos grandes, incrédulos. —Pero... ¿Qué interés tiene usted en Athina? El hombre lo miró 《No puedo terminar con Athina Parr, para Miry ahora ella es su madre, si vuelvo a casa sin ella, mi hija volverá a sufrir y no puedo soportarlo》 —¿Interés? ¿Acaso crees que no sabría de tu sucio secreto? ¿Crees que tu escándalo personal no llegaría a mis oídos? ¡No quiero a un gerente que tenga tan horribles problemas! Ni por todo tu talento como diseñador. Retira la denuncia o te despediré —sentenció Phoenix —¡Señor, no me despida! Yo retiraré la denuncia —dijo como un pusilánime. 《Retiraré la denuncia, pero luego la mataré... Athina no será más un escándalo en mi vida》, pensó
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