Al día siguiente Miry salió del cuarto de baño, y fue al jardín del colegio, buscaba a Liam, cuando escuchó a los niños burlarse, Liam estaba en el suelo, mientras uno de los niños lo apuntaba con su dedo índice. —¡Eres un tonto! ¡Eres un tonto! Miry sintió rabia, miró la escoba y la tomó. —¡déjenlo en paz! Malos. —¡Cállate, tonta! Miry tomó el palo de escoba y les pegó en la cabeza, los niños intentaron quitarle la escoba, pero ella no se dejó, golpeó sus cabezas con más fuerza. Los niños chillaron y salieron corriendo —¡Te vamos a acusar! —¡Háganlo, chismosos! —gritó Miry—. ¡Hermanito! Ya te defendí. Liam la miró sorprendido, Miry lo ayudó a levantarse del suelo, se abrazaron con fuerza. —Hola, niños, Miry, ¿Cómo estás? —Masha se acercó a ella, se puso de cuclillas, y admiró s