XX

1115 Words
—¿Cómo ha estado Capitán Choi? Ha sido agradable su estadía en Bakje.— Min Seok sonreía, su sonrisa era hermosa, una sonrisa brillante que podía capturar la atención de cualquiera, inclusive del capitán Choi quién lo miraba de reojo.—Sé que es un hombre de pocas palabras pero...— Min Seok se paró un tanto.— ¿Sabe? Cuánto más lo veo, más me recuerda a mi...— sintió un nudo en la garganta que lo hizo querer excusarse de lo que trataba de decir, sin embargo, mantuvo su sonrisa intacta y dejó su frente en alto.—...esposo, él también es de Goguryeo, tal vez lo conoce, se llama Lujan.— el príncipe terminó de decir antes de seguir con su andar. —Estar a—aquí ha sido muy diferente a lo que estoy acostumbrado.— su voz se escuchaba rasposa, gruesa y un tanto ronca, Min Seok lo miró, era la primera vez que lo escuchaba hablar. —¿A qué está acostumbrado entonces capitán Choi?— él trató de seguir con la conversación. —Guerras, peleas, al sol ardiente del desierto, a la sed y hambre de las batallas.— él respondió y aunque la máscara le molestara,  sentía la necesidad de hacerlo, algo dentro de sí mismo se lo demandaba. —Me lo imaginé, aunque estamos en tregua.— Choi negó. —Únicamente estamos en un ligero descanso.— debía ser cauteloso, lo sabía, pero con aquel príncipe de bellos ojos y sonrisa cálida se le era difícil pensar con claridad. —De ese modo, al parecer, deberemos ver quién es el mejor en el campo de batalla.— Min Seok mencionó serio y firme. —Esa es la única manera.— Choi asintió con un poco de dificultad, la máscara le estaba lastimando la piel por lo que decidió guardar una vez más silencio y acompañar de aquella manera al príncipe quién cambió de tema al tratar de enseñarle el Palacio y su estanque de peces Koi. :::¥::: —Perdón.— Chan manifestó de espaldas a Baek, ambos habían decidido dar un paseo por el bosque a solas pero cuándo el rey decidió adelantarse un tanto el príncipe de Goguryeo se esperaba cualquier cosa menos que se disculpara.— Los dioses me han dado una enorme boca que no puedo controlar, siento mucho haberte ofendido y menospreciado, a veces, la mayoría de las veces olvido quién soy y la educación que me han dado, a veces pienso más cómo un Rey que cómo una persona y si vamos a hacer ésto, es mejor que pongamos de nuestra parte, no quiero una guerra en Bakje, no ahora ni nunca.— Chan era serio con sus palabras, sabía que la alerta de un ataque estaba latente y efectivamente Baek tenía razón, él recibió un ultimátum de Jin por lo que en estos momentos estaba actuando cómo un Rey que intenta proteger a su pueblo a toda costa. Baek suspiró y asintió.— Está bien, hagamos ésto de una vez por todas, no soporto vivir angustiado, lo único que busco es tranquilidad.— el más bajo declaró, dolía casarse sin amor pero sabía que aquel era su destino desde que nació con aquella marca. :::¥::: 》》》— ¿Quién eres?— Lujan lo miró con el ceño fruncido, aquel intruso quién llevaba una máscara en el rostro parecía haber salido de las paredes. —Nadie.— él contestó.— He sido olvidado en este lacroso lugar desde hace diez años.— respondió mientras se acercaba.— Vaya, nunca me imaginé estar en el mismo lugar que el gran príncipe Lujan.— él hizo una reverencia.—Aquellas finas prendas, seda y oro, daría lo que sea por vestir sus prendas, príncipe.— él trató de acercar sus manos a las prendas pero justo antes de  que pudiera tocarlas, Choi lo paró. —Irrespetuoso.— El capitán lo arrojó lejos. —jajajaja.— el hombre se rió, él parecía ser otro, uno muy diferente, una persona quién, sorprendentemente se quitó con mucha facilidad aquella máscara revelando su rostro sucio y envejecido con unas cuántas marcas, aquel hombre, ese hombre a pesar de todo se parecía a Lujan. —¿Por qué la usas, si puedes sacártela?— Minho se lo  preguntó. —Descubrí cómo sacármela hace poco.— él se encogió de hombros. —¿Quién eres?—Lujan no podía creer lo que veía, casi, casi podía ver su reflejo en él. —Oh Sejun, un hombre desdichado que enfureció a Jin.— mencionó con la mirada fija en Lujan.— Él me dió el peor de los castigos, una muerte lenta por lo que, haría lo que fuera por irme de este lugar.— él se veía determinado, cualquier destino que tuvieran para él, era mejor que permanecer allí encerrado.《《《 :::¥::: Baek caminaba por los jardines, él miraba las hermosas flores de colores, le gustaban mucho, le recordaba a su madre, la mujer amaba su jardín por lo que Baek heredó aquello de ella, él seguía dando vueltas por allí cuándo de pronto escuchó un profundo llanto, uno que parecía querer pasar desapercibido pero sin embargo, se coló por sus oídos, el cual provenía de la habitación del príncipe Min Seok, Baek se acercó y lo vió, el príncipe lloraba mientras sujetaba entre sus brazos unas prendas, el más joven se encontraba entonces en un debate, no sabía si era apropiado ingresar y consolar al príncipe o mantenerse al margen, pero al ser el chico entrometido que era, obviamente optó por lo segundo, él ingresó. —Descuida, estoy bien.— la suave voz de Min Seok se escuchó, él sonaba amable a pesar de no darle la cara al príncipe de Goguryeo. —Estabas llorando, ¿Sucedió algo?— se acercó. —Únicamente recuerdos fugaces que duelen cómo miles de azotes. —Me quedaré a hacerte compañía, espero no te moleste.— Baek se sentó a su lado. —No es necesario. —Insisto.— Min Seok volteó a mirarlo entonces y le sonrió. —Eres muy amable.— Min Seok acercó su sanjo y se puso a tocar, sabía que aquello lo tranquilizaría. :::¥::: —¿Quién eres? Identifícate.— un vigilante la cuestionó. La mujer alzó la quijada altanera.—Soy Hyuna de Goguryeo, la esposa del capitán Choi, el Rey me ha enviado.— ella tenía en sus manos un pergamino con el sello real de Goguryeo el cual fué examinado por los soldados quienes fueron a avisar al capitán Jong Dae quién de inmediato salió junto a Choi.—Hola, cariño.— ella le sonrió.—¿Me extrañaste?  
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