Nuestro más Grande Poder

XXI

—¿Qué haces aquí?— Choi arrastró del brazo a su esposa, él no comprendía la presencia de la mujer en Bakje.

—Vaya, ¿Ahora sí quieres hablar conmigo?— ella se zafó y acomodó su cabello, aquellos rizos rojizos estaban un tanto desordenados por el viaje pero de igual forma se veía bella e imponente.

—No he venido aquí a jugar, ésta es una...— El comandante se quejó, aquella máscara le fastidiaba y odiaba tenerla puesta.—...misión.

—Lo sé querido, lo sé, he venido por Jin...

—Rey Jin, eres muy irrespetuosa.— El alto la corrigió.

—Sea cómo sea, estoy aquí a causa de él y si no tienes más que decirme o reclamarme, iré a darle este pergamino al Rey Chan.— ella hizo una pequeña reverencia y se alejó no sin antes guiñarle un ojo a su esposo.— Pronto volveré querido, sé que mueres por tenerme entre tus brazos.— ella mencionó descaradamente.

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Hyuna miraba todo a su alrededor mientras era escoltada por unos soldados hacia el lugar dónde se encontraba el rey, ella tambaleaba sus caderas completamente coqueta y se reía al ver a los soldados sudar y mirarla de reojo, aquella mujer se divertía, piensa que el Palacio de Bakje es hermoso pero sobre todo es un lugar amplio para jugar.

—Llegamos.— Jong Dae abrió la puerta tras recibir la autorización de Chan.

—¿Qué sucedió, Jong Dae?— el alto rey se encontraba tomando el té con Baek quién poco o nada le importaba la presencia de Jong Dae allí dentro por lo que continuó con la mirada hacia su té mientras pensaba, mientras en su mente reproducía el momento en que acompañó a Min Seok, Chan parecía amar a su hermano, bueno, eso no tiene nada de malo considerando que él mismo amaba al suyo cuándo estaba vivo pero, ese no es el punto, el punto es que Min Seok parecía tener ciertos momentos en los que parecía irse, parece cómo su si mente se fuera a otro lugar mientras que su cuerpo permanecía inmóvil, aquello es nuevo para Baek, él no conoce del todo al príncipe,  lo único que sabe es que estuvo casado y tiene un hijo al que ve muy poco, piensa que algo sucede con Min Seok y sabe que debe preguntárselo a Chan o al mismo Min Seok.

—Tenemos noticias de Goguryeo.— el capitán se adentró con Hyuna tras suyo.— Ella es Hyuna...

Al escuchar aquel nombre, Baek alzó la cabeza antes de reír ruidosamente.—Mucho gusto, Rey Chan y...— ella miró en dirección de Baek.— Gusto volver a verlo príncipe Baek.

—Deja la hipocresía.— el más bajo se paró.— ¿Qué haces aquí?— el príncipe puso una mano sobre su cintura.— ¿Vienes a espiarme? ¿Tal y cómo la hacías en Goguryeo?

—No sé de qué habla.— ella mencionó inocente.— Pero, si piensa aquello, debo decirle que el motivo de mi presencia es para entregarle este pergamino al Rey.

—¿Jin lo envía?

—Sí y espera que se cumpla lo más pronto posible.— ella se lo entregó al alto quién ni bien lo tuvo en sus manos, lo abrió y empezó a leer su contenido, él gritó de rabia y frustración mientras arrojaba aquel pergamino al suelo.

—¡Maldición, Jin ya ha mandado sus tropas para rodear el reino!

—Eso es imposible.— Jong Dae se apresuró en tomar el pergamino y leerlo.—Rey, aquí dice que no nos atacarán si...

—Él piensa que soy su juguete, piensa que nuestro reino es insignificante.

—No piense eso Rey Chan, él únicamente quiere que nuestra alianza se dé según lo acordado en un principio, sólo que, lamentablemente usted no ha cumplido.— ella mencionó y Baek quería extrangularla.

—Tu deber ya ha sido cumplido por lo que es mejor que te retires.— Jong Dae se lo mencionó.— Los soldados te llevarán dónde el capitán Choi.

—No es necesario, puedo ir sola.— sonrió antes de hacer una reverencia y despedirse saliendo al instante.

—Mañana nos casaremos.— Chan estaba serio.— Asegúrate de estar listo al medio día.— dejó en claro antes de salir de aquella sala.

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Chan se paró frente al estanque de peces, él necesitaba relajar su mente para no dejarse cegar por la ira que sentía en aquel momento, se sentó en la orilla del estanque y observó el nadar de los peces.— ¡Tío Chan!— el pequeño Minhyun llegó corriendo y se abalanzó sobre su tío logrando sacarle una sonrisa al alto.— ¡Mira, mamá hizo ésto para mí!— el pequeño le mostró feliz la pequeña corona de flores que traía sobre su cabeza.

—¿Hoy viste a tu madre?— el rey se lo preguntó.— ¿Cómo está?

—Estaba feliz y jugamos.— sus ojos formaban perfectas medias lunas.

—Me alegro.— Ambos pasaron el resto de la tarde juntos en medio de risas e historias, en especial una que Chan le había empezado a contar al pequeño desde hace mucho,  una que hablaba de un par de príncipes enamorados.

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"¿Realmente piensas que me encontrarás? No, un vendido no puede hacerlo, eres un ingenuo al pensar que nadie lo sabría, eres un hombre sin lealtad."

Jong Dae estaba volviéndose loco, él ya no sabía dónde buscar, no sabía de quién se trataba, no sabía nada, él...— No puede ser posible.—... recordó algo que pasó aquel día en que murió Lujan.

》》》— Está condenado a muerte.— Jin se rió.—mi padre sabe que es un traidor.

—No diré lo contrario.— Jong Dae tomó de su copa de vino, él estaba allí, frente a Jin mientras ambos compartían puntos de vista.— Lujan nunca me dió confianza.— se rió de lado.— A decir verdad, únicamente lo seguí hasta aquí para asegurarme de que haya parado directo al calabozo, únicamente se trata de  un desterrado quién tuvo la suerte de enamorar a un ingenuo príncipe como Min Seok.

—Vaya, creí que era el único que lo pensaba.— Jin se burló.— De todas formas, él será ejecutado frente a todos, y morirá sin gloria alguna mientras yo heredaré el trono, gracias capitán Jong Dae por la información proporcionada que aunque sea falsa sirvió para engañar a mi padre.

—El placer es mío, estoy dispuesto a todo con tal de defender a Bakje.— Jin asintió.— Por cierto, ¿Puedes permitirme ver a Lujan?

—Claro.— Jin se levantó de su lugar y caminó hacia el calabozo acompañado del capitán Jong Dae, sin embargo, mientras más se acercaban se dieron cuenta de que muchos soldados empezaron a correr por todos lados, ellos gritaban que un incendio se había originado dentro del calabozo.— ¡Mierda!— Jin se fué hacia el lado opuesto de la entrada al calabozo para llamar refuerzos y cesar el incendio, mientras tanto, Jong Dae caminó hacia el infierno terrenal, entonces... lo vió.

—¡Capitán Jong Dae!— Choi se alegró de verlo allí.— ¡Rápido, Ayúdanos! ¡Gracias a Dios, abra esta reja antes de que las llamas nos calcinen!

—¿Qué haces aquí Minho?

—Vine por el príncipe Lujan, él...

—Vaya, veo que no me hiciste caso cuándo dije que nadie me siguiera.— Jong Dae puso una dura expresión.— Eres un traidor, has traicionado a Bakje.— Jong Dae creía que tenía razón, estaba cegado en aquel entonces.

Minho abrió enormemente los ojos.— Capitán, ¿De qué habla?— No comprendía.

— Y por tu traición, mereces la muerte.— Y así, Jong Dae empezó a alejarse ignorando los gritos desesperados de Choi quién no comprendía su delito, él gritó hasta que una gran explosión se escuchó, una gran explosión que cambiaría el curso del destino.》》》

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—Hay muchas cosas que no comprendo.— Baek se sentó junto a Min Seok.— Eres joven pero veo tristeza en tus ojos, ¿Qué sucedió contigo?— el chico no era de muchos rodeos por lo que preguntó de inmediato.

Min Seok volvió a mirarlo.— Perdí a mi esposo, él se llamaba Lujan y murió en Goguryeo.— Baek se quedó estático, aquello lo cogió de sorpresa, es decir, él no sabía quién había sido el esposo de su hermano, él nunca lo supo pero piensa que ahora las palabras de Chan cuándo se refería a Lujan tienen sentido.

—Tú...— Baek sintió su respiración inestable.— Yo soy el hermano menor de Lujan.

—Pero miren qué escena para más tierna, Bravo.—Hyuna interrumpió antes de ser sujetada por Choi quién tras darle un vistazo a Min Seok decidió salir, sin embargo...

—¿Quién eres?— Min Seok preguntó.

—La esposa del capitán Choi, a sus servicios príncipe.— ella agachó la cabeza y sujetó del brazo a Choi,  sabía la verdad y piensa que será divertido jugar con la inestable cabeza del principe Min Seok.