Baek se encontraba con la mirada hacia un punto fijo en el techo, sus ojos tenían grandes ojeras que daban señal de no haber dormido por muchas noches, él realmente no lo ha hecho, desde su fallido intento de acabar con su vida él ha mantenido sus ojos abiertos y su cuerpo en aquel mismo lugar, Baek no piensa, él ni siquiera habla o sonríe, es obligado a comer, una plebeya se encarga de darle de alimentarlo a las horas propicias, Baek está muerto en vida, su sonrisa ha desaparecido, aunque ¿A quién engaña? Desde la muerte de su madre él prácticamente lo ha estado, su vida no tiene sentido por lo que ha decidido seguir de aquella manera, se niega a tener contacto con cualquiera, se niega a salir o a vivir siquiera, Choi llega algunas veces pero él tan sólo se lo queda viendo antes de marcharse y volver hasta el día siguiente, tal vez, Chan debería ser más generoso con él y dejarlo morir.— Largo...— una potente y furiosa voz se escuchó seguido del sonido de pasos alejándose.
Baek volteó la mirada hacia un costado y se encontró con Chan, el rey se había dignado en llegar luego de días ausente, el más bajo lo miró antes de decidir que su visitante era alguien sin importancia por lo que continuó con su mirada hacia el techo de tonos escarlata.
—Rey Chan, no...— El capitán Jong Dae llegó tras de él.— No cometa una imprudencia, el príncipe continúa delicado y no queremos que termine igual que el príncipe Min Seok...
Chan enfureció ante tan insolente comentario, él sujetó a Jong Dae del cuello y...— Si vuelves a mencionar algo cómo aquello en el futuro, no dudaré en ordenar a que te corten la lengua.— estaba enojado.
—Lo siento pero es la verdad, mi d—deber es hacerlo ver la realidad aún acosta de mi v—vida.— él miraba fíjamente al Rey quién tras un gruñido lo soltó.
—¡Maldita sea, lárgate!— gritó furioso, Jong Dae lo miró antes de caminar hacia la puerta.
—Recuerda que un Rey debe ser comprensivo y paciente.— y así, se fué sin mirar atrás.
:::¥:::
Jong Dae tenía las manos por detrás de su espalda mientras meditada sobre los últimos sucesos que han ocurrido, él tiene millones de pensamientos sobre el Rey y el príncipe Min Seok, recuerda muchas cosas, miles de recuerdos vienen y van de su memoria, piensa que si tan sólo hubiera actuado rápido, nada sería de ésta forma, que si hubiera detenido a Lujan y le hubiera informado a tiempo que se trataba de una trampa, nada de ésto estaría sucediendo, piensa que si no se hubiera ocultado cómo un cobarde aquella vez, tal vez, Minhyun en estos momentos tuviera a sus dos padres viviendo con él, piensa que, de alguna u otra forma debería aceptar su castigo y revelar todo lo que sabe, de revelar la verdad.
》》》— Síguelo.— Chan le había ordenado y Jong Dae lo hizo de inmediato, él lo siguió sigiloso tomando un atajo desde las montañas, Lujan iba junto a un hombre quién llevaba una máscara sobre su rostro, en Goguryeo era común ver aquello.— No puede ser.— mencionó al ver cómo a un par de metros de Lujan, detrás de una curva, se encontraban muchos hombres con insignias de Goguryeo, soldados de Goguryeo, cientos de hombres y aquello no se veía para nada normal, Jong Dae pudo habérselo advertido pero en su lugar se ocultó para no ser renoconido, Lujan llegó junto a ellos y parecía hablar incluso gritar pero aquellos lo amarraron con sogas gruesas, Jong Dae podía haberlo evitado, pero no lo hizo, no hizo nada, tan sólo fué un espectador de la muerte del príncipe Lujan.》》》
El cielo estaba gris, tan gris cómo sus recuerdos y agallas, se hacía llamar capitán pero aquel título le quedaba grande.
—Capitán Jong Dae, llegó ésto para usted.— un subordinado le entregó el pergamino.
—¿Quién lo envió?— él miró esperando una respuesta.
—No lo sé.
Jong Dae abrió el pergamino y leyó las dos escasas palabras que tenía escrito.— Estoy vivo.— leyó en voz alta, el capitán frunció el ceño ya que no sabía qué rayos significaba aquello.
:::¥:::
Chan se quedó pensando en las palabras de Jong Dae, él tenía razón y lo odiaba por lo que...— ¿Cómo te sientes?— cambió radicalmente su postura, optando por una actitud amable.— ¿Estás mejor?— Lo intentaba, él realmente intentaba mantenerse bajo control pero el silencio del contrario no ayudaba mucho.
Pasó una mano por su largo cabello y decidió volver a intentarlo.— ¿Quieres que te traiga algo?— esperó por alguna respuesta pero no obtuvo nada.— Creo que... ésto no está prosperando.— le echó un vistazo a un Baek quién continuaba con su mirada hacia el mismo punto dentro de la habitación.— ¿Sabes?— vió un ligero parpadeo pero no está seguro si tan sólo se trata de su imaginación.—Amaba a Lujan tanto cómo amo a mi hermano.
Un prolongado silencio se hizo presente luego de aquello, Baek seguía mirando hacia aquel punto y Chan decidió hacerle compañía en medio de aquel silencio.
:::¥:::
—¡Madreeeeee!— Minhyun llegó emocionado hasta la habitación de su "madre" quién lo recibió con una sonrisa, Min Seok esta mañana había despertado con una sonrisa en los labios, él había tenido un bello sueño dónde podía recordar a su pequeño Minhyun por lo que las plebeyas no vieron ningún problema en dejarlo estar con él por un tiempo, ambos rieron y jugaron mucho, Minhyun llenó de besos a Min Seok quién no dudó en abrazarlo, Jongin miraba aquello con una sonrisa, el príncipe parecía estar bien o al menos, eso era lo que todos los presentes en aquel lugar querían creer.
—Es hora de irnos Príncipe Minhyun.— la dama que cuidaba del joven príncipe ingresó y Min Seok lo entendió, no quería alejarse de su pequeño pero sabía que habían horarios, las lecciones del pequeño príncipe estaban por empezar por lo que era necesario que se marchara.
Minhyun estaba feliz por ver a Min Seok, él ahora sonreía y podía contarle a los demás niños sobre su madre.—¿Puedo volver luego?
—Sólo si haces bien tus lecciones.
—Seré el mejor.— dijo determinado.
—Estoy segura Príncipe.— aquella mujer le sonrió.— Capitán Choi, buenos días.— hizo una pequeña reverencia que fué ligeramente correspondida.
—¡Waooo, eres muy grande!— Minhyun se quedó con la boca abierta mirándolo ya que con el uniforme el hombre se veía imponente.—¿Es esa una espada? ¿Puedo tocar tu máscara? ¿Puedo tener eso también?— señaló hacia el escudo que llevaba Choi.
—Vaya príncipe para más curioso.— la dama mencionó un tanto avergonzada, Choi negó y a paso lento se acercó al pequeño quién retrocedió un par de pasos, el hombre de la máscara únicamente lo miró antes de palmear con suavidad su cabello, aquel pequeño se parecía mucho a Min Seok.— Gracias por comprender, nos vemos capitán.— el hombre asintió y correspondió a la despedida de mano del pequeño quién iba dando saltitos divetidos.
:::¥:::
Era muy tarde por la noche cuándo Chan decidió salir a dar un paseo, él recorrió todo el Palacio, cada rincón, para cuándo finalizó ya casi estaba por amanecer.— ¿Qué debo hacer?— le preguntó a la tan majestuosa Luna que se despedía poco a poco.— No sé qué hacer.— negó con la cabeza, él decidió entonces volver a su habitación.
Pasó por frente a la de su hermano y escuchó el sonido de su sanjo, Chan frunció el ceño porque aquello significaba que Min Seok había estado despierto toda la noche, la idea no le agradaba y más porque se supone que las doncellas debían cuidar de su hermano.— Puedes entrar.— una voz se escuchó desde adentro tras un breve silencio.— Acompáñame.— Min Seok retomó la melodía que había dejado incompleta hace unos escasos segundos.
—Hyung, deberías estar durmiendo.— Chan ingresó de inmediato.
— Tú también pero...— esbozó una sonrisilla sin despegar la mirada de su instrumento.— Si prometes guardar mi secreto yo lo haré con el tuyo, no se lo diremos a nuestros padres.— paró el movimiento de sus manos sólo para mirarlo.—¿De acuerdo?
—¿Quieres que mienta?— el Rey se sentó en el suelo junto a su hermano.
—Sólo es cambiar una verdad por otra en diferentes tiempos, iremos a dormir pero no a la hora que corresponde, sin embargo, lo haremos, por lo que creo que no será una mentira.— Para Chan fué inevitable retener aquella carcajada que salió de su boca y resonó por toda la habitación.
—De acuerdo, me convenciste.— se cruzó de brazos para escuchar la relajante melodía que su hermano tocaba, aquella que lo hizo olvidar sus problemas, tal vez, aquel sea el mágico efecto que tiene el más bajo sobre aquellos que lo escuchan.
:::¥:::
》》》—¡¿Quién eres?!— le lanzaron un latigazo en el abdomen.
—M—minho, Choi Minho de B—Bakje.— el hombre estaba todo ensangrentado, él logró decir aquello con dificultad, luego de que lo capturaron, él sabía muy bien que no tenía escapatoria y más cuándo era Jin quién lo estaba torturando de aquella manera.》》》