—¡Hice una pregunta! ¿Qué hace está mujer aquí? —dijo Lady Agatha con severidad —Lady Agatha, Lord y yo la invitamos, queríamos que la fiesta estuviera rodeada de personas agradables, además ella trabajará como nuestra administradora en la casa. —Pues no confiaré en tus buenos gustos para amistades, Lady Mackenzie. Ella se quedó muda —Ya basta, podemos invitar a quien nos plazca, abuela. —¡Cuida el tono de voz, Andrew! Puedes ser un Lord, pero sigues siendo mi nieto —espetó la abuela cerrando su boca—. En ese caso, estoy de acuerdo, pero ahora no tienen tiempo que perder con este personal, deben volver a la pista de baile, ya los esperan. Terminando la pieza, se despedirán, nos iremos a su luna de miel. Lady Agatha los dejó perplejos —¿Cómo? —Claro, si me hubieses prestado atención