-- Papá, Mateo me ha dicho Fea-- le dice Marife a su padre al momento de entrar al salón, ella le guiña el ojo a su padre para que entienda que era una broma, pero le encantaba pensar que el tiempo no había pasado y que todavía eran niños cuando siempre se peleaban
-- Mateo, no molestes a tu hermana. Vamos discúlpate-- le dice a Mateo y su padre le devuelve el guiño de ojo a su pequeña Marife
-- Lo siento pequeña-- le dice Mateo. Marife se le acerca y le da un peñizco en la mejilla y luego un beso
-- Mateo, tu novia no se pone celosa al verte besar a mamá en los labios--
-- No tiene novia-- grita su mamá, que había entrado a la cocina por la comida, Marife mira a su hermano y no puede creer que no tenga novia, si él es un chico hermoso, Mateo es muy parecido a su papá, pero es más alto, sus hermanas que no son tan altas siempre tienen que levantar el cuello para hablar con él, Marife no cree que no haya ninguna chica ocupando un lugar en el corazón de Mateo
-- Mamá tu eres la única mujer de mi vida-- le dice su hijo Mateo. La familia de cuatro se ríe mientras todos ayudan a llevar los platos a la mesa del comedor, ellos se sientan a cenar y al terminar Marife y Josephina su madre se encargan de recoger todo.
Giuseppe y Mateo suelen ir al escritorio para conversar de algunos casos que llevan en el despacho, al terminar los cuatro se encuentran en el gran salón.
En la Isla Esmeralda Marigrazzia esperaba la confirmación de vuelo, ella estaría de regreso en casa al día siguiente, antes siempre volvía en el yate de la familia, pero ahora estaba desesperada por abrazar a su hermana, así que prefería volver en avión.
En el pais H, Maripaz estaba cansada por haber caminado todo el centro comercial buscando obsequios, pero estaba feliz porque encontró todo lo que buscaba, al volver al hotel pasa por recepción y pide la tarjeta para entrar a su habitación, ella al igual que toda la familia siendo propietarios de los hoteles O’Conor que pertenecían al ML&C Group, estaba acostumbrada a hospedarse en la mejor suite, pero Enzo su novio nunca dejaba que ella pague, siempre le decía que ella debía aceptar lo que él podía costear, como Paz no quería que su novio se sienta mal, siempre que lo acompañaba, ellos se hospedaban en habitaciones simples y trataban que ambas estén una al lado de la otra. En esta ocasión la habitación de Enzo fue reservada por la clínica donde trabajaba, por lo que Maripaz no pudo obtener una habitación cerca, así que ella estaba en el piso siete y Enzo estaba en el piso ocho, ambas habitaciones compartían el mismo número que era el 32.
Maripaz se dirige hacia el ascensor y cuando este abre sus puertas, ella ingresa y toca el botón que indica el piso siete, al llegar sale del ascensor con los paquetes en la mano y camina por el corredor hacia la habitación 32, al llegar introduce la tarjeta pero la luz no cambia, ella no podía ingresar la clave, parecía que la tarjeta que tenía no era la de su habitación, Maripaz que estaba cansada observa bien la tarjeta y se da cuenta que no era la habitación 32 del piso siete si no que era la habitación 32 del piso ocho, la señorita de la recepción le había entregado la tarjeta de su novio Enzo por error.
Maripaz estaba realmente cansada, los pies le dolían pues no estaba acostumbrada a caminar tanto tiempo con tacones, ella lo piensa y decide en lugar de bajar y recoger la tarjeta de su habitación, subir un solo piso y entrar en la habitación de Enzo, ahí lo esperaría y podría descansar.
Ella vuelve a tomar el ascensor y toca el botón del piso ocho, como solo era un piso llega muy rápido, Paz camina por el corredor hacia la habitación 32, al llegar pasa la tarjeta por el sensor y una vez que marca verde coloca la misma clave que tenía su habitación, siempre hacían lo mismo, ponían la fecha de su aniversario 1402. Ella entra y deja sus bolsas en el pequeño living, y empuja la puerta para entrar a la habitación, al hacerlo no puede creer lo que está viendo, su novio Enzo estaba acostado en la cama con una chica durmiendo sobre él.
Maripaz no sabe qué hacer, ella nunca espero que Enzo, quien le juraba amor eterno ahora este durmiendo con otra mujer, Maripaz siente su cómo se aceleran los latidos de su corazón, las lágrimas se acumulan en sus ojos y pelean por salir, siente que las piernas están a punto de flaquear y que caerá en la alfombra, ella se acerca aun temblando y tira de la sabana que los cubría, ahí estaban los dos totalmente desnudos. Enzo al sentir un aire frio recorrer su cuerpo, abre los ojos y se siente desubicado, él no sabe qué pasa, intenta levantarse y se da cuenta que alguien está sobre él, mira al frente y ve el rostro de Maripaz lleno de lágrimas y el brillo de sus ojos no exista. Con todas sus fuerzas se quita el cuerpo que tiene encima y quiere levantarse para abrazar a su amor, pero ella solo lanza un grito de dolor y sale corriendo.
Maripaz no sabe a dónde ir, no puede entrar a su habitación porque no tenía la llave, pero pedirla en recepción haría que se quede en este hotel y vuelva a ver al estúpido de Enzo, ella toma el ascensor y toca el botón para ir al lobby, necesita salir de ahí a como dé lugar. El ascensor llega al lobby y Maripaz sale muy rápido, llega a la puerta del hotel y se sube a uno de los taxis que ahí se encontraban, ella no conocía a nadie en el pais H y tampoco tenía su cartera, ella dejo todas sus cosas en la habitación de Enzo.
--Señorita a donde desea ir-- le dice el conductor, Maripaz que todavía no sabe qué hacer le pide que salga del hotel y avance por la misma calle, ella le indicara la dirección en unos momentos, ahora lo único que quería era salir de ahí. El taxi hace lo que ella le indica y sale del hotel sin rumbo establecido, Maripaz intenta calmarse y pensar.
-- Pero que tonta soy. Señor por favor lléveme al bufete Richett-- le dice esperando que el conductor sepa a donde queda. Maripaz había olvidado que su padre es del pais H, y el bufete de la familia tenía oficinas en este pais. Ni su padre, ni su abuelo Jean Pierre se habían quedado en este pais, pero sabía que el bufete de su padre se asoció con un amigo y el edificio principal del bufete se encontraba en el pais H.
El taxi toma rumbo hacia el edificio Richett, así llamaban al edificio donde se encontraba el bufete con el mismo nombre, solo que hace ya muchos años cambio de nombre a Bufete Richett&Lombardi Asociados. Al llegar le pidió al conductor que se estacione y que la acompañe para que le paguen el viaje, el conductor hace lo que le piden y luego le abre la puerta para que Maripaz baje, luego le dice que la esperara en el auto, ella le agradece por la confianza y se dirijo a la puerta principal del edificio, ya es tarde piensa, pero las luces aún estaban encendidas, así que algún trabajador podría facilitarle el teléfono cuando se identifique.
El sensor de la gran puerta de vidrio se activó al acercarse, ella entro y miro hacia el mostrador esperando encontrarse con alguna secretaria o algún empleado, al que le guste quedarse a trabajar hasta tarde, si ahí está pensó al verla. Se acercó a una señorita que todavía estaba en su escritorio
--Buenas noches mi nombre es Maripaz Richett, me gustaría hablar con el juez Lombardi-- saluda educadamente rogando que no le pidan ningún documento de identificación
-- Buenas noches señorita Richett. El juez no se encuentra, podría ayudarla con alguna otra cosa-- le dice la señorita muy amable, Maripaz piensa y toma la decisión de contar parte de lo que le estaba pasando
-- Señorita vea usted, salí apurada de mi hotel y me acabo de dar cuenta que no traje dinero. Tengo al taxi afuera que me está esperando y no conozco mucho este pais, pero mi padre es el Doctor Giuseppe Richett, el socio del Juez Lombardi, por eso estoy acá, necesito hablar con él para que pague el taxi y me deje llamar a mi padre-- le dice Maripaz esperando se compadezca de ella y la ayude. La señorita la mira de pies a cabeza y puede ver que la ropa que lleva es de un diseñador y por ende debe ser muy costosa, pero los timadores existen en todos lados y vestidos de mendigos o de reyes.